Hubo un tiempo en el que el hombre estaba rodeado de oscuridad, el espectáculo de la naturaleza se consideraba producto de una fuerza mágica inexplicable que generaba ficciones y alzaba dioses inmortales. Todo esto cambió con la irrupción de la ciencia moderna y las narrativas fantásticas desaparecieron o fueron relegadas a una función secundaria dentro de las sociedades, hasta llegar a día de hoy, donde cualquier tipo de duda puede ser resuelta con un pequeño toque de la mano mágica de internet, más concretamente de YouTube; la gran enciclopedia de manuales prácticos del hombre posmoderno.
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