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Y lo que es más: sirve para eyacular. Así es, la eyaculación no es nada más territorio masculino. Cuando se estimula la próstata, suelta un chorro —grande o pequeño, para afuera o para adentro—, dependiendo de cada mujer. Esa eyaculación no es lo mismo que un orgasmo, así que, ¿para qué sirve? ¿Tiene sentido hacerlo si no es por placer?Hora de una encuesta: ¿cuántas de ustedes han estado bien calientes y de repente se han "meado" mientras cogen? Pues eso es la eyaculación, aunque muchos la confunden con orina. Nunca he eyaculado (visiblemente) y las veces que me tocó observarlo en una chica, también creí que era un chisguetazo de pipí. Hasta que vi a un montón de mujeres meterse los dedos de la vagina y soltar su chorro totalmente en vivo.
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La evidencia era innegable: todas teníamos próstata. "Qué alegría", nos dijo la facilitadora. Muchas lo tomaron como un chiste, pero las palabras de Diana tenían detrás una historia terrible: durante un taller teórico que dio se topó con esta chica cuyo novio se sacaba de onda cada que ella eyaculaba, así que fue al ginecólogo quien le dijo que tenía un problema de incontinencia, la mandó al cirujano y allí le extirparon un órgano perfectamente sano y funcional.Decidimos descansar y comer. Al volver nos esperaba el ejercicio final: estimular nuestra próstata para alcanzar la eyaculación. Podíamos hacérnoslo nosotras mismas, buscar ayuda de Diana o de cualquier otra chica que se ofreciera. Cada quien lo haría como quisiera: ahí, en la privacidad del baño, con juguetes que la facilitadora llevaba, con guantes, sin guantes, masturbándose o "en seco". Las técnicas eran la "no contracción de la vagina", la presión con los dedos en "ganchito" y la de "empujar" como si orinamos. El asunto era sentirse a gusto. Sólo había una condición: si eyaculábamos debíamos hacerlo en un vasito que nos dieron.
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Salimos del salón y del café, nos despedimos, le dijimos adiós y gracias a Diana. Afuera estaba una pareja a punto de casarse, desfilando hacia la iglesia. Otra vez pensé en el contraste de lo que iba a suceder ahí y lo que había pasado en el café.Sólo me queda decirle algo a Ana, mi compañera de secundaria: sí te puede dar cáncer de próstata porque sí tienes una. No te asustes, infórmate y cuídate.Sigue a Caracol aquí.