25 razones por las que casi me vuelvo heterosexual por Scully de los ‘X Files’

The X-Files cumplió 25 años esta semana. Recuerdo cuando de adolescente, esperaba a que llegara la noche para emocionarme con una de las series más exitosas de todos los tiempos. Emmys, Globos de Oro y muchos otros premios no dejaban mentir: Los Expedientes Secretos X —como los conocíamos en Latinoamérica— era un fenómeno que arrasaba en la TV e incluso fuera de ella, llegando al cine en dos ocasiones: The X Files: Fight the Future (1998) y The X Files: I Want To Believe (2008). ¿Por qué esta serie de extraterrestres, conspiraciones y fenómenos paranormales tuvo tanto éxito? En gran parte fue por el extraordinario trabajo actoral que había detrás. Más de uno, entre quienes me incluyo, nos enamoramos de sus personajes. Nerd como soy, debo confesar que mi primera cuenta de correo fue mulder_scully@hotmail.com (misma que aún uso) y que tal vez Dana Katherine Scully, esa pelirroja escéptica, sarcástica y testaruda, fue de las pocas mujeres que pudieron rescatarme de las garras de la homosexualidad.

25 años después sigo enamorado de su manera de entornar los ojos ante las descabelladas teorías de Mulder, de su manera de ponerse los guantes de látex y de encontrar siempre una explicación lógica, racional y cientifista en un universo de sinsentidos lleno de monstruos y criaturas del espacio exterior. Por eso es que a un cuarto de siglo de haber sido emitido el episodio “Piloto”, quisiera enumerar 25 razones por las cuales caí rendido a los pies de Dana Scully.

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1. Demostró que la inteligencia es sexy

Para ningún fan es un secreto que uno de los principales problemas que tuvo Fox para concretar The X Files fue encontrar a la protagonista perfecta. La cadena buscaba a una mujer de grandes pechos, labios sensuales y piernas largas. De hecho le “sugirieron” a Chris Carter, el creador de la serie, que llamara a Pamela Anderson, amada por sus escenas en bikini en Baywatch. Pero Carter al ver los castings se enamoró de otra Anderson. Una Gillian pequeñita y menuda y de apenas 24 años, con licenciatura en Arte Dramático, demostró que no se necesita tener un cuerpo lleno de silicón para enamorar a toda una generación de frikis que aún hoy seguimos considerándola un sex symbol.

2. ¡Girl Power!

Scully jamás fue una damisela en apuros. Su personaje era mucho mejor tirador que Mulder y no dudaba en asestar golpes de karate y patadas voladoras cuando la situación lo ameritaba.

3. El efecto Scully

Este año, el Geena Davis Institute of Gender in Media (GDIGM) publicó los resultados de un estudio muy interesante. En los Estados Unidos, un 63 por ciento de las mujeres que se dedican a profesiones científicas y técnicas, se valieron de Dana Scully como modelo a seguir. Este mismo estudio reveló que el 91 por ciento de las encuestadas consideran a Scully como una figura femenina ejemplar, muy por encima de las princesas Disney o de cualquier otro personaje femenino de la TV o el cine.

4. La lucha contra el cáncer

Uno de los arcos argumentales más importantes de la serie ocurren cuando Scully es abducida no por extraterrestres, sino por hombres del gobierno que experimentaron en ella, desatándole un tipo muy peculiar de cáncer. Scully jamás pide licencia para ausentarse de su trabajo ni se victimiza: haciendo uso de sus herramientas como científica, no duda en luchar contra un enemigo que día con día la va minando. Esta actuación desgarradora y verosímil le valió un Globo de Oro, un Emmy y un Premio del Sindicato de Actores.

5. El equilibrio perfecto

En los primeros episodios, Dana Scully es poco menos que la caricatura de una nerd. Conforme fueron pasando las temporadas, se empoderó: sacó el delineador de ojos, el lápiz labial y los trajes sastre entallados. Si ya estábamos enamorados de ella, nos encandiló aún más cuando se sacó partido. Gracias Scully por demostrar que la inteligencia y el sex appeal no tienen por qué estar peleados.

6. Tripas, sangre y sesos. ¡Yummi!

Ahí donde Mulder arrugaba la nariz y hacía esfuerzos sobrehumanos por no vomitar, Scully tomaba el escalpelo con una naturalidad absoluta. Lo mismo practicaba disecciones en cadáveres llenos que insectos, que hurgaba en el estómago de las víctimas para encontrar alguna pista que abonara a sus investigaciones. Dato curioso: Gillian Anderson pedía que en la medida de lo posible le dieran órganos reales para que las autopsias se vieran creíbles.

7. Hizo su tesis en Física cuántica

A pesar de tener un Doctorado en medicina, Dana Scully fue asignada a los X Files por sus conocimientos poco convencionales en ciencia teórica. Su tesis de grado fue “La paradoja de los gemelos de Einstein: una nueva interpretación”.

Nerdgasmo absoluto.

8. Era adorable verla sentir celos

A pesar de que Chris Carter nunca quiso que la relación de pareja de Mulder y Scully estuviera por encima de los casos que resolvían, la tensión sexual se sentía desde los primeros episodios. Pero no fue sino hasta que llegó el personaje de Diana Fowley, una exnovia de Mulder y excompañera de trabajo, que se vio a Scully mostrando celos más allá de lo profesional. Vaya, vaya: Dana también tenía su corazoncito.

9. Feminista y con una voz poderosa

Para nadie es un secreto que Estados Unidos es, a pesar de su discurso libertario, un país altamente machista. En muchas ocasiones, a Scully se le vio comparecer ante grupos de hombres apoltronados en el poder, mismos que decidían el futuro de la nación y del mundo. Sin dejarse amilanar, señalaba conspiraciones, levantaba la voz, desacataba reglas de protocolo e increpaba a sus superiores sin más poder que el de su propia voz y su conocimiento.

10. La verdad está ahí afuera

A diferencia de su personaje, Gillian Anderson sí cree en extraterrestres. Considera que sería un absurdo incluso matemático el que en un universo lleno de sistemas solares prácticamente idénticos al nuestro, no haya otros seres inteligentes.

11. Doglover de corazón

Scully tenía un perro, un pomeranian de nombre Queequeg, aludiendo al arponero de Mobydick (nerd). Cada que el perro aparecía, Scully nos mostraba su faceta de doglover, derritiéndonos el corazón. Por desgracia, el animal terminó en las fauces de un cocodrilo gigante, pero ella quedó tan enganchada con su mascota que nombró su correo electrónico en su honor: queequeg0925@hotmail.com

12. Reina del sarcasmo

Una pregunta retórica impecablemente construida, una teoría científica sólidamente elaborada o una mirada de hartazgo eran herramientas suficientes para ridiculizar y pulverizar a Mulder. Era como Daria, pero con posgrado.

13. ¿Detrás de un hombre? Nunca

Gillian Anderson denunció en varias ocasiones que una de las condiciones que le imponían en los rodajes era que nunca podía ir delante de David Duchovny, el agente Mulder. Cansada de esto y de la brecha salarial que había entre ambos, Gillian amenazó con retirarse de la producción hasta que esto llegara a su fin. Los productores dieron su brazo a torcer y le dieron a Scully el lugar que merecía.

14. Nos enseñó de lealtad y fuerza de convicciones

En el episodio piloto, puede verse cómo los altos mandos del FBI asignan a Scully como compañera de Mulder para tener una informante que desacreditara su trabajo desde la ciencia. Ética al borde de lo inflexible, Scully no se prestó a ese juego y al FBI le salió el tiro por la culata, convirtiéndose ella en la única persona en el mundo en la que Mulder confiaba.

15. Beisbolista amateur

Pocos lo saben, pero el apellido de la agente estaba basado en el legendario beisbolista Vince Scully. Involucrada como estaba en la construcción de sus personajes, Guillian Anderson aprendió a jugar y en el episodio ‘The Unnatural’ se le puede ver tomando lecciones de béisbol y haciendo un home run.

16. Nos mostró que el amor es, en el fondo, una sólida amistad

En el episodio ‘El rey de la lluvia’, Scully acuña la que sería la frase más poderosa de amor en toda la serie, dejando ver también que está enamorada de su amigo y colega: “Cada vez me convenzo más de que las mejores relaciones, las más duraderas, son a menudo las qué se fundamentan en la amistad. Un día uno mira a esa persona y ve algo que no había visto en ella la noche anterior. Es como si alguien hubiera pulsado un interruptor, y la otra persona que no era más que un amigo es, de un día para otro, la única persona que uno se imagina a su lado”.

17. La escéptica creyente

Uno de los matices más interesantes de Scully consistió en que a pesar de su cientifismo férreo, también era una católica practicante, llevando incluso una cruz en el cuello, regalo de su madre en su cumpleaños número 15. Scully podría haber sido una caricatura del ateo o del científico escéptico pero gracias a este twist, su personaje se vio involucrado en prácticamente todos los casos paranormales que incluían ángeles, demonios y fanáticos religiosos, confrontándola y haciéndola un personaje rico y complejo.

18. Creo que alguna vez fui infiel

Retratar a Scully como una mujer impoluta, siempre enamorada de Mulder y girando alrededor de él como satélite siempre fue una tentación de los escritores de The X Files. Pero Gillian Anderson, siempre atenta a la redacción de los guiones, sugería darle más dimensión a su personaje, agregándole toques interesantes. En el episodio “Never again”, Scully se toma un break de su trabajo, se tatúa y se ve involucrada en un affair con un hombre desconocido. En el episodio “Milagro”, entra en conflicto al ser seducida por un joven escritor, vecino de Mulder y se sugiere que si este no los hubiese interrumpido, habrían terminado en la cama. Pero fue en el episodio “Todas las cosas” en el que Gillian Anderson sacó todo su arsenal. Escrito totalmente por ella, el episodio narra cómo Scully siendo estudiante tuvo una relación con uno de sus maestros de la universidad, un hombre casado y con una hija. ¡Quién la viera!

19. Secuencias de acción y carreras imposibles… en tacones

Una de las cosas que todos los fans siempre nos preguntamos fue, ¿cómo era posible que corriera tanto y propinara patadas —sin uso de stunts— montada en tacones? ¡Cómo no íbamos a enamorarnos de ella!

20. Sostuvo dos temporadas sin Mulder

Las temporadas 8 y 9, las últimas planeadas por Fox, apenas contaron con la aparición del agente Mulder. El personaje de Scully tuvo la suficiente fuerza como para sostener un show que se acercaba al final. Claro, tuvo la ayuda de los agentes Dogget y Reyes, pero vamos: todos queríamos más, más y más de Scully.

21. Más que una madre

Una de las razones para que Scully se replanteara dejar la serie fue que los escritores estaban reduciendo su personaje a la madre de William, el primer supersoldado híbrido humano/extraterrestre. Lo interesante de Scully era verla destazando cuerpos, haciendo autopsias, creando teorías delirantes poniendo al límite la ciencia conocida, no cambiando pañales. Cuando Gillian Anderson vio que el conflicto de su personaje se estaba reduciendo al de ser “la madre del hijo de Mulder”, decidió no renovar su contrato.

22. Mulder, it’s me…

Si de frases icónicas de The X Files se trata, podemos enumerar varias: tenemos “The Truth is out there”, “Trust no one” o “I want to Believe”. Pero hay otra frase que todos los fans amábamos escuchar: “Mulder, it’s me”. Con esta frase, sin mencionar su nombre, Scully se comunicaba por teléfono con su compañero. Esta quote causó tal furor que actualmente hay tatuajes, playeras y posters inundando la red.

23. Reina del cosplay

No sólo durante los 90, aún hoy en convenciones como como la Comic-Con se puede ver siempre a alguna Dana Scully robándonse las fotos y las miradas. ¡Quién no querría una foto con ella!

24. Demostró que ser símbolo sexual no tiene edad

Ya en sus intervenciones en los 90, Dana Scully, sin habérselo planteado, se convirtió en un sex symbol. Pero cuando la serie regresó en 2016 para su décima temporada, no lo podíamos creer: ¡Scully se veía mucho mejor que en aquellos ayeres! Gillian Anderson, además de continuar haciendo papeles interesantes en el teatro, la TV y el cine, volvió en la cúspide de su sensualidad a encarnar al personaje que la hiciera famosa. Ver a esta mujer que hoy cuenta con 50 años, dando clases en la Universidad, exhumando cuerpos y dando saltos imposibles resultó de-li-cio-so. La comida tiene fecha de caducidad, la sensualidad no.

25. Supo colgar la gabardina

Si bien los fans de corazón agradecimos el regreso de Mulder y Scully, las temporadas 10 y 11 dividieron a los críticos. Mientras que la temporada 10 cosechó buenos comentarios, la 11 se sintió obsoleta, forzada e innecesaria. Ante esto, Gillian Anderson, con una sólida carrera teatral y con participaciones notables en series como Hannibal, decidió que seguir encarnando a Dana Scully lejos de dejar un buen sabor de boca en los fans, mancharía el buen recuerdo que se tiene de ella. Por eso decidió no regresar para una doudécima temporada, dejando la gabardina, el escalpelo y la lámpara de mano que la hicieran famosa. Gracias, Gillian, por no convertir a Scully en eso en lo que Los Simpson tristemente sí se han transformado.

Por supuesto que tenemos muchas más razones para amarla. Y aunque nadie va a llenar el hueco que dejaron en la pantalla su actitud badass y su cabello rojo tiziano, el mundo tiene mucho qué agradecerle a un personaje que rompió esquemas para quedarse tatuado en la memoria colectiva. ¡Larga vida a la agente más escéptica, inteligente y cientifista del FBI!¡Felices 25 años, Dana Scully!

@PaveloRockstar