Al tener la posibilidad de elegir entre estar en casa y tallar un vagón en un rifle Winchester, en Texas, Arturo “El Gorupo” Rojas decidió hacer eso último. “Prefiero trabajar”, dice el gordito y bigotudo de 73 años de edad, nativo de Yurécuaro, Michoacán, en México. “Siempre hay algo que hacer y aprender”.
El Gorupo —quien se ganó su apodo porque nació pequeño y blanco como un ácaro, un gorupo— comenzó a grabar armas con volutas, al puro estilo mexicano, a los 12 años. Aprendió el oficio de su hermano Regino, cuya foto descansa junto a una vela blanca, siempre encendida, sobre la mesa de trabajo de su tienda de armas, inaugurada en 2011 por Gino Rojas, el hijo de Gorupo, poco después de que la familia se mudara a Texas.
Videos by VICE
Gorupo se ha ganado una respetable reputación con su arte preciso y florido sobre piezas antiguas. Ahora tiene clientes en todas partes del mundo, gente que viaja buscándolo para que grabe sus armas.
Aquí la comida se toma su tiempo.
Detrás de la pared parcial que separa la cocina del comedor, el tiempo corre de manera diferente. La tía de Gino, Tere, es responsable de las tortillas abrasadoramente frescas. Juanita, la madre de Gino, es la jefa de cocina, con las asistencias significativas de sus hijas María y Chelo. Juanita se encarga de los platillos insignia del restaurante, incluyendo la birria, el mole, y un huevo tibio envuelto en una tortilla: el taco más pegajoso y delicioso que haya probado en mi vida.
Gorupo no quería mudarse al estado de Texas, pero cuando le pregunté si prefiere trabajar en México o en los Estados Unidos, admite que no importa en qué lugar trabaje. “No es importante”, dice mientras toma un plato sucio en la cocina pequeña de Revolver. “El arte no tiene fronteras. Mientras pueda mantener mis manos ocupadas y pueda seguir practicando, seré feliz”.
Este artículo fue originalmente publicado en julio de 2015.