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Investigadores logran comunicarse en tiempo real con personas que están en medio de un sueño lúcido

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La humanidad ha podido alcanzar horizontes remotos, como la Luna, las profundidades de los océanos y los agrestes territorios en los polos de la Tierra. Ahora, los científicos han logrado un nuevo avance en la exploración de un muy diferente tipo de frontera: el alucinante mundo de los sueños.

Un equipo internacional de investigadores pudo lograr establecer un diálogo en tiempo real con personas que estaban en medio de un sueño lúcido, un fenómeno que se denomina “sueño interactivo”, según un estudio publicado el jueves pasado en la revista Current Biology.

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Los participantes del estudio fueron capaces de responder correctamente diferentes preguntas, como problemas matemáticos simples, mientras se encontraban sumidos en los estertores del sueño de movimientos oculares rápidos (REM). La investigación revela un “canal de comunicación relativamente inexplorado” que podría permitir “una nueva estrategia para la exploración empírica de los sueños”, según reporta el estudio.

“Hay estudios en los que los soñadores lúcidos se comunican a través de los sueños y también recuerdan hacer tareas”, dijo en una llamada telefónica Karen Konkoly, estudiante de doctorado en la Universidad Northwestern y primera autora del artículo. “Pero hay una cantidad bastante limitada de investigación acerca de los estímulos que entran en juego en los sueños lúcidos”.

“Una cosa que nos sorprendió es que podías simplemente decirle una oración a alguien y esa persona podía entenderla tal cual era en la realidad”, agregó.

Konkoly y sus colegas reclutaron a 36 personas para que fueran a dormir en laboratorios ubicados en Estados Unidos, Francia, Alemania y Holanda, con el objetivo de que entraran en un estado lúcido en el que fueran conscientes de que estaban en un sueño. El estudio incluyó a varios soñadores lúcidos experimentados, como un individuo con narcolepsia, y también a personas que estaban menos familiarizadas con ese tipo de sueños.

Los investigadores verificaron que los participantes hubieran entrado en la fase de sueño REM mediante electrodos que les colocaron junto a los ojos, en el cráneo y la barbilla. Al medir las ondas cerebrales y los movimientos de los globos oculares, los expertos en sueño pueden determinar si una persona ya ha entrado en ese estado de sueño profundo. Luego les pidieron a algunos de los participantes que confirmaran que estaban en un sueño con una respuesta ocular preestablecida, en la que debían mover los ojos en un patrón específico de izquierda a derecha.

Estas señales oculares, junto con las contorsiones faciales, fueron utilizadas como medio de comunicación durante las sesiones de sueño. Por ejemplo, los investigadores le pidieron a un participante estadounidense de 19 años que le restara seis a ocho mientras se encontraba en un sueño lúcido, y señaló correctamente la respuesta “dos” con dos movimientos oculares de izquierda a derecha. Cuando le preguntaron de nuevo, repitió la respuesta correcta.

Aproximadamente el 18 por ciento de las pruebas dieron como resultado este nivel de comunicación clara y precisa por parte del soñador; el 17 por ciento dio respuestas indescifrables, el 3 por ciento terminó con respuestas incorrectas y el 60 por ciento no produjo respuesta alguna.

“Es increíble sentarse en el laboratorio y hacer un montón de preguntas y que luego, de hecho, alguien pudiera responderte alguna”, dijo Konkoly. “Es un tipo de experimento con una enorme gratificación inmediata. No tienes que esperar a hacer el análisis de los datos ni nada de eso. Puedes verlo justo allí, mientras siguen dormidos”.

Además, muchos participantes pudieron recordar las interacciones con los investigadores después de despertar, y dijeron que las indicaciones sonaban como si se tratara de un narrador con voz en off o un altavoz que claramente se encontraba fuera de su sueño.

Todos hemos tenido la experiencia de despertar de un sueño vívido, solo para sentir que sus fragmentarios detalles se desvanecen rápidamente en nuestras mentes despiertas, hasta que ya no podemos recordarlos.

En ese sentido, algunas personas al despertar recordaron preguntas y respuestas diferentes a las que recibieron o dieron en el sueño, lo que evidenció la dificultad de reconstruir con precisión los sueños una vez que estamos despiertos.

El equipo planea darle continuidad a este estudio con más experimentos que probarán las posibilidades de la comunicación bidireccional con los soñadores lúcidos.

“Hemos pensado en muchos experimentos que podríamos hacer con todo esto”, dijo Konkoly. “Creo que un dilema en el que estamos trabajando ahora es: ¿cómo podemos optimizar el procedimiento? ¿Cómo podemos hacer que esto suceda con más frecuencia? ¿Cómo podemos hacer que la gente tenga más sueños lúcidos? ¿Cómo podemos comunicarnos de manera más confiable? “

“Tenemos una gran variedad de ideas”, concluyó, “y nos emociona ponerlas a prueba”.