Todos tenemos una amiga guapa, inteligente y resuelta que —como Katherine Heigl en todas las comedias románticas— no es capaz de encontrar un hombre decente. Todos los hombres con los que sale resultan ser unos imbéciles; se empeña en salir con gente que no está a su altura y está apunto de darse por vencida en la búsqueda de una relación estable.
Poco después de cumplir los treinta, el escritor Jon Birger se dio cuenta que tanto él como su esposa conocían a muchas mujeres que estaban en la misma situación. Por otro lado, sus amigos solteros eran contados. Birger me explicó que una de sus amigas “estuvo con un tipo unos dos años. Parecía que todo iba bien y que se iban a casar. Ella estaba a punto de cumplir los 40 y él le llevaba algunos años de diferencia. Ella quería casarse y tener hijos; el paquete completo. De hecho, esa mujer era fabulosa en todos los aspectos”.
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Un día, en la comida, Birger le preguntó sobre su novio. “Le cambió la expresión por completo”, explicó Birger. Acababan de cortar. “Llevaban más de dos años juntos pero él salió con que no estaba preparado para sentar cabeza”.
Esto hizo que Birger, excolumnista de economía en Fortune y Money, se preguntara: ¿Cómo es posible que un hombre de esa edad se atreva a rechazar a una mujer tan increíble? ¿Y por qué hay tantos casos de mujeres asombrosas que no pueden encontrar una pareja decente? ¿Por qué hay tantas mujeres increíbles solteras? ¿Dónde están los hombres increíbles solteros?
Birger utilizó sus conocimientos sobre economía y estadística para encontrar la respuesta. El resultado está en su nuevo libro, Date-onomics: How Dating Became a Lopsided Numbers Game (Economía del amor: cómo el amor se convirtió en un juego de números asimétrico), una lectura interesante con una conclusión alarmante: no hay suficientes hombres solteros con educación superior. Por cada cuatro mujeres de mi generación que estudiaron en la universidad, hay tres hombres con estudios universitarios. El resultado es lo que Birger llama “las sillitas” del corazón: a medida que los hombres encuentran pareja, las opciones de las mujeres heterosexuales sin pareja se van reduciendo. Al final, millones de mujeres se van a quedar sin opciones.
Me reuní con Birger para saber por qué cada vez menos hombres se gradúan de la universidad, por qué tu mejor amiga sigue soltera y por qué más mujeres deberían considerar mudarse a otro país.
VICE: ¿Cómo determinaste que hay un déficit de hombres preparados?
Jon Birger: Cuando empecé la investigación, creí que el resultado iba a ser distinto. Supuse que era un problema exclusivo de las ciudades grandes. Por ejemplo, en el caso de Nueva York, creí que tenía algo que ver con el mercado laboral de ahí; la moda, las relaciones públicas y los medios atraen a muchas mujeres y Wall Street ya no es un lugar exclusivo para hombres como antes. Pero estaba equivocado. De hecho, el déficit de hombres preparados es peor en estados rurales como Montana y Mississippi que en California y Nueva York. Es un fenómeno nacional.
¿Dónde están los hombres?
Existen, solo no están yendo a la universidad. No es como en China o India, donde hay más hombres que mujeres por una serie de medidas extremas. Hay hombres suficientes, solo que no estudian. El año pasado hubo un 35 por ciento más mujeres que hombres que acabaron la universidad.
¡La diferencia es enorme!
El Departamento de Educación de EUA cree que en 2023 habrá un 47 por ciento más de mujeres que de hombres [que terminen la universidad]. Es decir, tres mujeres por cada dos hombres. Obviamente, nada de esto importaría si todos fuéramos más tolerantes sobre con quién salimos y con quién nos casamos. Pero se han realizado varios estudios sobre el tema y resulta que, en los últimos 50 años, los estadounidenses se han vuelto más reticentes a casarse y salir con personas que no tienen el mismo nivel de educación. Esto significa que el matrimonio intereducacional —no estoy seguro de que exista ese término, creo que lo acabo de inventar— está en su tasa más baja desde hace 50 años.
¿Eso significa que en la clase obrera hay muchos hombres solteros? ¿En qué nos afecta esto?
Hay 9,4 millones de hombres y 7,1 millones de mujeres solteras entre los 22 y los 29 años que no han estudiado la universidad. Y si analizamos a las mujeres de ese grupo de edad que no estudiaron la universidad, alrededor del 30 por ciento están casadas. Por otro lado, solo el 22 por ciento de los hombres dentro de este rango de edad están casados.
El rechazo a la gente de clase obrera afecta más a las mujeres que a los hombres
Otro dato interesante —que también pasa en China— es que, después de analizar un censo que se realizó a hombres entre de entre 25 y 30 años con trabajo y sin estudios universitarios, descubrimos que los que están casados ganan un 20 por ciento más de los que no están casados. Para mí, esto significa que para poder atraer a una esposa y casarte, debes ganar más, ser más empresarial y trabajar más arduamente.
También hay un problema: como mujer, cuanto más alto sea tu nivel de educación, las posibilidades de encontrar pareja se vuelven más escasas. Parece que cuanto más inteligente sea una mujer, es menos probable que encuentre pareja porque las mujeres no acostumbran salir con hombres menos inteligentes que ellas.
No solo las mujeres, tanto hombres como mujeres prefieren salir y casarse con personas que tienen el mismo nivel de educación. Para los hombres no es un problema porque el número de mujeres con educación es tan elevado que su propio clasismo no les afecta. No obstante, el rechazo a la gente de clase obrera afecta más a las mujeres que a los hombres. Es injusto, lo sé. Aunque no todas las mujeres son tan exigentes y no todos los hombres son de mentalidad abierta.
¿Por qué el número de mujeres que se gradúan de la universidad es mayor que el de los hombres?
Obviamente, si hubiéramos tenido esta conversación hace 40 años, habría sido muy diferente. En esa época, el número de hombres que salían de la universidad era mucho mayor que el de mujeres. Las universidades discriminaban a las mujeres porque creían que solo lo hacían para obtener su títulos de Sra. Los institutos no estaba por la labor de enseñar matemáticas y ciencias a las mujeres. Había muchas razones por las que las mujeres tenían tan bajo rendimiento en la escuela y eran discriminadas en el momento de solicitar una plaza en la universidad. Pero todo cambió con la Enmienda Educativa de 1972.
Sin embargo, no creo que todo haya sido gracias a dicha enmienda porque las mujeres también empezaron a ir a la universidad en otro países donde no había una enmienda similar más o menos en la misma época. Entonces, la pregunta es: si no fue por la enmienda, por qué fue?
Claudia Golden, economista en Harvard, cree que se debe a la píldora anticonceptiva. Su teoría es que el porcentaje de mujeres que entran en la universidad creció porque tenían la esperanza de participar en la fuerza laboral. Si te casas a los 21 o 22 y tienes hijos poco después, prácticamente no vas a amortizar el tiempo invertido en tu formación. Si puedes planear tu vida con certeza y posponer el matrimonio y los hijos, el valor de la inversión crece. Entonces, según ella, todo es gracias a la píldora.
Eso explica cómo llegamos a una tasa de inscripción a la universidad de 50/50. Pero aún no entendemos cómo llegamos a una tasa de 58/42. Mi teoría es que la discriminación [contra las mujeres] ocultaba una verdad biológica fundamental: los cerebros de las niñas maduran a un ritmo más rápido que los cerebros de los niños; las mujeres maduran más rápido tanto social como intelectualmente. Están un año por delante de los hombres. En la escuela, las mujeres hacen mejor su tarea, son más organizadas y son menos propensas a tener TDAH y no acaban en la cárcel [al menos no tanto como los hombres]. Por eso creo que las mujeres tienen una ventaja evolutiva en lo que respecta a la preparación universitaria.
Es como la pregunta del huevo y la gallina. Si el matrimonio es difícil de encontrar, ¿dejas de buscarlo?
¿Crees que la actitud de los hombres entre de entre 30 y 50 años que no sienten la necesidad de sentar cabeza se debe a que los números están a su favor?
Todavía no sé si esta actitud es consciente o inconsciente. Cuando un hombre entra en la universidad y ve que hay muchas más mujeres que hombres y muchas oportunidades de ligar, entonces sí es algo consciente. ¿O será más por lo de “allá donde fueres, haz lo que vieres”?
También puede ser porque la actitud en torno al matrimonio está cambiando. ¿Crees que mi generación da menos valor a las relaciones largas?
Es como la pregunta del huevo y la gallina. Si el matrimonio es difícil de encontrar, ¿dejas de buscarlo?
¿Qué averiguaste sobre el divorcio?
Es obvio que si las mujeres escasean, te vas a esforzar más para seguir con tu esposa. De hecho, se ha investigado mucho sobre la conducta animal cuando un sexo supera al otro en proporción. En el libro menciono un estudio sobre las especies monógamas. Primero empezaron con seis machos por cada cuatro hembras. Cuando el número de hombres era mayor, la tasa de deserción masculina bajó del 22 al 11 por ciento
Porque no tienen otras opciones.
Pero espera. Cuando invirtieron la proporción y pusieron a seis hembras por cada cuatro machos, la tasa de deserción masculina subió de 22 a 52 por ciento. Esto significa que la cultura de apareamiento puede cambiar de monógama a polígama si se altera la proporción de los sexos.
En realidad, se trata de una adaptación evolutiva, ya que en un entorno en el que las mujeres son escasas y deseas transmitir sus genes a la siguiente generación, hacer un mayor esfuerzo de crianza tiene mucho sentido. Pero cuando las hembras son abundantes, la mejor estrategia de apareamiento es centrarse más en apareamiento y menos en la crianza.
¿Este descubrimiento tiene algo positivo para las mujeres?
Algunas mujeres sintieron alivio al saber que ellas no eran el problema. Llevaban mucho tiempo creyendo que tenían la culpa por su falta de éxito en el amor. Creo que fue un dato reconfortante.
Muy reconfortante.
Pero para otras es deprimente.
¿Cómo consuelas a tus amigas solteras si sabes que muchas no van a encontrar pareja a menos que bajen el listón?
No me gusta eso de “bajar el listón” porque me recuerda a mi amiga [que se casó con un conserje] y no me parece que su matrimonio esté “por debajo del listón”. Para mí es simplemente tomar una decisión diferente.
Además, como hombre casado, quiero agregar algo: todos los matrimonios implican un grado de compromiso. Ya te darás cuenta. A veces lo divertido del matrimonio es explorar el compromiso y encontrar tus zonas de confort. Por eso, lo de “bajar el listón” me chirría. Si por bajar el listón entiendes que te vas a casar con un gilipollas, entonces estoy de acuerdo. Pero si significa que te vas a casar con alguien que gana 20.000 en vez de 200.000, ahí no te doy la razón.
Creo y espero que cuando esta información se de a conocer, la conducta de la gente cambie
Cada vez hay más mujeres que deciden tener una vida independiente y no casarse. ¿Crees que esa tendencia es el resultado de la escasez de hombres?
Es importante entender que no fomento el matrimonio ni la monogamia. Creo que cualquier persona puede tener una vida feliz sin necesidad de casarse.
Pasa lo mismo con la cultura del ligue. No quiero sonar moralista pero a veces me pregunto si ligar nos entusiasmaría menos si fuera más fácil tener una relación estable. No sé la respuesta, solo me lo pregunto.
Entonces, ¿a esta generación le espera una serie de divorcios y sufrimiento? Me suena a la tormenta perfecta.
Así es. Pero no somos peces, tenemos una brújula moral que nos diferencia de los animales. Creo y espero que cuando esta información se de a conocer, la conducta de la gente cambie. Creo que cuando todos sepan que los hombres están actuando como cerdos o que las mujeres van a estar mejor si amplían sus criterios para buscar pareja, el comportamiento cambiará.
También creo que la gente va a empezar a salir con personas que no tienen el mismo nivel de educación. Es inevitable. Por ejemplo, en la comunidad afroamericana, donde el número de mujeres con estudios universitarios es casi el doble que el de hombres, los matrimonios entre personas con diferente nivel de educación son más comunes. Un estudio realizado por Pew reveló que las mujeres afroamericanas son mas propensas a casarse con hombres que no están tan preparados como ellas.
¿Hay sociedades en las que el fenómeno sea al revés?
China. Hace poco, Bloomberg publicó un artículo que citaba a una pareja que estaba a punto tener un bebé. El padre dijo: “Espero que sea una niña. Los niños salen muy caros”. Esto se debe a que en la clase media-alta de China, para que un hombre pueda casarse, debe tener su propia vivienda. En Shanghái, un piso cuesta entre 300.000 y 400.000 dólares, y además debe tener coche. Eso genera presión no solo para el joven sino para su familia, que quiere ayudarlo. Es como una dote.
El libro de Jon Birger, Dateonomics: How Dating Became a Lopsided Numbers Game, ya está a la venta.
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