Música

Entrevistamos a Camilo Froideval

El horizonte que mira la escena musical de nuestro país cada día luce más prometedor. Habrá quienes piensen lo contrario, pero el mundo siempre ha sido de los que creen y caminan hacia adelante. Las posibilidades actuales para las bandas y solistas de tener un lugar en la escena son altas, y si se construye una propuesta original, con un mensaje y buena producción, las probabilidades de crear un proyecto sustentable son bastante prometedoras.

Existen actores dentro de la industria de nuestro país que han fortalecido y llevado a otro nivel la producción musical. Uno de ellos, Camilo Froideval, es un personaje único en su especie. Argentino de nacimiento, y cada día más mexicano de corazón, este productor se ha mantenido en el ojo del huracán de la música nacional por una década. Navegando con la bandera del rock, Camilo ha conseguido el reconocimiento internacional al ganar junto con Ely Guerra el Grammy Latino al Mejor Álbum Alternativo en 2010 con Hombre Invisible; recientemente, la mirada de la Academia Latina de la Grabación ha caído de nuevo en su trabajo, esta vez en la canción “Flotadera” de Hello Seahorse!, con quienes trabajó en el disco Arunima. Milo es hoy en día un elemento clave en el sonido que tiene el rock en nuestro país; ha colaborado con los músicos más activos de nuestra industria, y no sólo eso, sino que también ha creado una comunidad de músicos que constantemente colabora entre sí. Además de tener una trayectoria impresionante en la producción musical, Milo también figura en el diseño sonoro del séptimo arte.

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Con el objetivo de dar a conocer su trabajo, tuve una conversación con él, la cual comparto con ustedes.

¿Cuándo llegaste a México y con qué proyecto?

Llegué a México en 2003, con un proyecto para TV Azteca. Apenas llegué me puse en contacto con los Molotov, que ya eran amigos desde Argentina, y empecé a trabajar en sus estudios. Además de desarrollar proyectos para Azteca, comencé pronto a trabajar en cine.

¿En qué áreas de la producción sonora te has desenvuelto?

Básicamente hago dos cosas: composición de scores para cine y producción musical, o artística, de discos. Sobre todo rock. Hablando del tipo de pelis que hago, en general son aquellas que el público denomina “de arte”. Además de esto también toco con algunos grupos (Hello Seahorse!, Molotov, Dirty Karma, Mal’akh, entre otros) en sus shows, y junto con Paco Ayala y Tito Fuentes desarrollamos dos estudios llamados Topetitud.

¿Quiénes son los clientes más grandes que has tenido?

No los llamaría clientes. Son en general grupos o solistas con los que trabajo. En general son amigos con los cuales tengo mucha afinidad. En cuanto a producción puedo nombrar cosas que hice para: Molotov, Ely Guerra, Hello Seahorse!, Dirty Karma, Royal Bloodline, Julieta Venegas, The Growlers, Jessica Hernández, entre muchos otros.

En el campo del cine, es extenso mi trabajo con Lynn Fainchtein, que es como mi co equiper y amiga. Además he trabajado con Carlos Cuarón, Patas Lozano, Mariana Rondón, Marité Ugás, Carlos Carrera, entre muchos otros. También desarrollo contenido para Argos cine. Algunos proyectos los hago solo, otros me gusta hacerlos con más gente, como con Raúl Vizzi o Tito Fuentes, por nombrar algunos.

¿Tienes proyectos personales o siempre contribuyes con tu estilo a quienes se acercan a ti?

Tengo algunos que nunca tengo tiempo de acabar, siempre me cuesta más con mis proyectos, no encuentro tiempo ni calendario para grabar mis cosas. En los discos que produzco, meto la cuchara en varias partes (si me dejan), con lo cual los hago propios. Para mí un disco en el que trabajo es mío en algún sentido. Seguir aprendiendo y experimentando es la clave. Me gusta intentar hacer discos completamente distintos entre sí, aunque ya se nota un sonido más mío. En composición siento que soy más reconocible.

¿Puedes mencionar algunos de los artistas más relevantes que has producido?

Todos son relevantes, pero he aprendido mucho con los Molotov, y estoy feliz de haber hecho un par de canciones con ellos. Hello me encantó, es una banda fresca con la que resultó un gran disco. Ely Guerra es una joya, siempre tratando de empujar todo hacia algo nuevo. Dirty Karma, tremenda banda. Pero sería injusto no nombrar a todos; con todos me la he pasado bien, aprendí y me reí también. El punto es hacer buena música siempre. Es mi única presión, hacer algo nuevo.

¿Qué te llama de México, que decidiste desarrollar la mayor parte de tu carrera aquí?

México es el lugar. Por lo menos para hacer rock indie en español. Se está conformando una escena que cada vez aprende a trabajar mejor. De alguna manera aprendió a sobrevivir al nulo apoyo de las compañías tradicionales; por lo mismo, percibo cierta comunión y solidaridad. La propuesta artística es alta, a veces me entusiasma aun más que trabajar en el gabacho. Tenemos cierto desorden artesanal, que es sano en el sentido de la originalidad. Hay que darle la vuelta al tema del dinero, pero mientras eso mejora, seguimos de pie y trabajando.

@delabuena