Comadre este año cumplirá cuatro años de haber muerto. Tocaron de 2004 a 2013 ¿Por qué se separaron? Quién sabe, pero podría acusar al inmenso poder de las nalgas. Primero se cantoneó Steve (bajista) y después el buen brother de Kenny (guitarra). Sabemos que ellos dos junto a Jack (segunda guitarra), Juan (vocal) y Wes (batería) fueron una bandota que salió de Redwood City, California, ligada a la escena punk de la Costa Oeste de Estados Unidos.
Durante sus primeros años, precisamente con sus discos The youth (2004, Bloodtown CD; 2006, Dood LP), Songs about the man EP (2005, Coldbringer 7″; 2005, Bloodtown CD) y Burn your bones (2006, Cosmic Note CD; 2006, Bloodtown CD/LP; 2007, ADAGIO830 LP), todos –y me incluyo con mis amigos– queríamos llevar a cabo lo que veíamos por YouTube: sólo era cuestión de dar con los siguientes vídeos que son mis favoritos de aquellos años (2005–2006), y tres pertenecen al canal de Keny (r0ckitd0ntstopit):
Videos by VICE
- Comadre – “Celly cell” at CD release show in Redwood City.
- Comadre – The Che Café on June 9, 2006.
- Comadre – “Remind me never” live in Riverside, CA.
- Comadre – Japanese CD extra music video.
Después vinieron las giras por casi todo Europa (tocando en Fluff Fest o Cry Me a River Fest o New Noise Fest), Japón (compartiendo escenario en Pump Up Volume Fest junto a Endzweck, Bane, Set Your Goals, Misery Singals…), Australia, Puerto Rico, Malasia, Singapur. También se dio su rápida visita a Tijuana con los chicos de Nuestra Lengua Records, los épicos vídeos del Kind a Like Fest que ellos armaban en San Francisco, California, los otros del The Fest en Gainesville, Florida tocando canciones de Refused en un pequeño cuarto y con un peculiar e insoportable calvo que se parecía a Ponchito “El Güiri Güiri”, junto con los del año siguiente, en el lobby de un hotel y covereando a At The Drive-In, donde incluso casi se arman los putazos con un guardia de seguridad que se parecía a Kimbo Slice, mientras mi buen amigo Barajas se logra ver bien pedote, disfrutando del: “SEND TRANSMISSION TO THE ONE ARMED SCISSORS… GET AWAY… GET AWAY“ que Juan gritaba.
El 5 de enero de 2008 Comadre llegó al Toro Gabacho en Monterrey, Nuevo León, ubicado a espaldas del McDonalds que está entre la avenida Cuauhtémoc y Pino Suarez, en el centro de la ciudad. Para mis amigos y yo eran fechas en que nos considerábamos los únicos screamo kids de la ciudad. Al chile qué pendejos y chingones fuimos. Estando chavos todo se nos hacía fácil.
La noticia de que Comadre venía a México me la dio el puto amo de la violencia en esa época, Charley, quien ahora se dedica a producir música electrónica entre Canadá y México. Este carnal tocaba el bajo en Arse Moreira, la banda más chida que ha dado el país en esas ondas del también llamado “emo violento”. Charley lógico tenía los contactos para hacer realidad el sueño guajiro de que finalmente llegara al país una banda de esta índole. Sin embargo, resulta que el del contacto directo fue Arturo (bajista de The 39 Steps). No sé si sea cierto, pero me enteré que dicho acercamiento entre Arturo y Comadre se dio en el Dude Fest, aquel viejo festival de Indianapolis que Phoenix Bodies popularizo en lo desconocido, desnudándose año tras año durante el transcurso de sus presentaciones. Sinceramente no me hagan mucho caso, es lo único que puedo recordar. Y en cuanto Charley me dijo que Comadre se dejaría caer a México, casi me cagó en los calzones. Les di la noticia a mis amigos porque habría que ponernos al cien en los ensayos y en la organización del show.
Eran tiempos que en Monterrey muchísima gente no sabía qué era la el verdadero espíritu del screamo. Siempre salían con las bandas que se están imaginando: Underoath, Silverstein, Alexisonfire, Norma Jean, etcétera. Pero en Monterrey sí existe un pasado screamo: a principios del nuevo milenio con Non Plus Ultra y OMA. Entonces la tocada de Comadre iba a ser la cachetada con guante blanco para todos los que creían que Tooth & Nail Records y sus grupos cristianos eran sinónimo de screamo. No obstante, se venía lo que nombramos como Jungle Fest por el simple hecho de andar gozando del afrobeat de Fela Kuti en esa época. El festival iba a ser para sentirnos en el YouTube y para que otros le entraran a la novedad del caos, el confeti y el tigersuit que solía cantar los italianos de Raein. O ya bien narcisistas nosotros: para que nos alabaran unos cuantos infames de la ciudad.
El deal, como me lo planteó Charley –quien la neta se mamoneaba por saber lo que representaba Arse Moreira en el micro mundo del ritmo cortado– era poner en la mesa 2000 o 2500 pesos, no recuerdo, para que Comadre llegara a Monterrey, entre sus presentaciones en la Ciudad de México, San Luis Potosí y Guadalajara. Y no sólo eran los californianos que parecían estar jugando con el sonido y las íntimas presentaciones que se daban. Esa cantidad de dinero también incluía a The 39 Steps y Arse Moreira, quienes andarían también de tour. Era toda una ganga.
Mis amigos y yo, los de la banda-gritona-disque-de-emo-violento-nihilista-y-con-fuerte-influencia-de-filosofía-nietzcheana juntamos 1000 o 1500 pesos, para depositárselos lo más pronto posible a Charley. Recuerdo que le marqué a su celular un día antes de que llegaran a Monterrey y me dijo algo así como: “Qué pedo, mano… Ah… Va va va… Chingón que ya quedó parte de lo acordado… Mañana nos vemos, canijo”. Charley hablaba con estilo de chilango fresa. Cuando finalmente nos conocimos en persona, no pensé que estuviera tan chaparrito. Tampoco era una cosa que le afectara. Su ego se mantenía por los cielos, sacando el pecho por Arse Moreira y Escucha!! Records, donde movía bastante material que parecía ser inconseguible.
Al Jungle Fest se le sumaron nuestros carnales del alma Arcadhianonstabian de Mazatlán, Sinaloa y Manolo (baterista de Carlton Banks, quienes se suponían que también tocarían). La gran sorpresa la dieron los texanos de Tentacles of Flowers. En ese tiempo así se hacían llamar. Hoy en día, entre las filas de la mítica React With Protest Records, son TENTACLES. Estos morros están bien cabrones. Son la reencarnación de Shikari, pero en versión de Vatos Locos. Con decirles que hasta sus jefitos de sombrero y bota picuda los llevaron al Toro Gabacho la tarde de ese día. Sentí como que me los encargaron, aun cuando el nervio principal se centraba en que era el primer show internacional que organizábamos. Todos andábamos orinando fuera de la bacinica por el toquín, y estos güeyes se dejaban venir de la nada; nos avisaron dos tres días antes y ni nos pidieron dinero. Simplemente querían tocar con Comadre y Arse Moreira. Fue cuando me di cuenta que no éramos los únicos que estábamos siendo abducidos por el screamo en ese momento.
Recuerdo que los llevé al Mercado Fundadores a comer unas deliciosas tortas de soya que vende el ex roomie de Martín Crudo (vocalista de Los Crudos y Limp Wrist), Ferna, ícono del punk regiomontano. Nos dábamos a entender con el spanglish de Miclo y Paco de Blood in, blood out. Eran chidos los TENTACLES. Nada más que el pinche baterista se madreó uno de mis platillos y Kenny después de presenciar se acercó a decirme: “ Really man, this is screamo“, cuando tocaban al final, a altas horas de la madrugada y ya no había casi nadie del público más que las bandas. Ese momento la neta sí fue más screamo que cuando tocó Comadre. Para empezar Comadre ni es 100% screamo, y ya estoy utilizando mucho esa palabra que define al género para cualquier cosa. Qué mal pedo quienes se fueron en cuanto el set de Comadre terminó y ya no vieron a esos texanos. Todo ocurrió gracias al entrañable Soulseek. Así TENTACLES aportó su granito de arena a la historia del screamo en México.
Las bandas que venían en el flyer y tocaron y no tocaron eran Comadre, Arse Moreira, The 39 Steps, Arcadhianonstabian, Tentacles of Flowers, Our Bastard Existence (una de las dos bandas que no tocaron, se dejó ver muy claro que era nuestra primera vez organizando un show internacional) y Strong Belief (quienes no le cayeron, supongo porque algún Dios de la Nuevo León Hardcore no los dejó ir a otros lados que no pertenecieran a la escena).
Los amplificadores los prestó el ex bajista de Invictus Maneo, Tony Diablo, quien se divirtió un chingo y nada más terminó pidiéndonos 200 pesos de los 500 que le teníamos que saldar. Como sea, era bien camarada de Barajas y maestro de odontología de Ramón. La batería la sacó Castañeda, otro muy buen amigo que toca en la banda más dinámica del Poniente de Monterrey: 90’s.
Como éramos unos inexpertos, el orden de los grupos lo dejamos en una rifa estilo el Sorteo Tec. Raramente salimos primeros y tocamos bien culero; dimos un chingo de lastima pero no nos agüitamos. Digamos que era parte de la presión y la organización de tan magno evento. Le siguió Arcahianonstabian, que pocos los conocían y Jack (guitarrista de Comadre) alabó su sonido, como queriendo llevarlos a su estudio The Atomic Garden. Esto me lo dijo el talento con barba y playera de Raein, Tlacuache (guitarrista de los mazatlecos). The 39 Steps continuó el Jungle Fest azotando micrófonos que eran del dueño del Toro Gabacho y sonando a Botch, The Assistant, Majority Rule, Takaru, Zann, más violento-metálico. Arse Moreira, no mames, pura perfección: pinche Louise Cyphre del sur de la Ciudad de México. Comadre se conectó a los amplificadores y bueno, ahí estábamos como pendejos mis amigos y yo, a punto de comenzar a hacer lo que veíamos en los vídeos, al grito de: “ WE’LL TAKE THE SCENE / AND BURN IT DOWN / REBUILD THE LOVE / AND TAKE BACK THE SOUND“, como inicia su canción “Burn the scene”, con la cual solían abrir la mayor parte de sus presentaciones.
Íbamos a divertirnos y cantar mientras cargábamos a Juan y a alguno de los aproximados cuarenta asistentes. El primero que se cayó al suelo y que ayudé para que no lo pisaran fue a la persona más amable y chida del mundo, Pollo Emo (ex cantante de Non Plus Ultra), quien en paz descanse y fue famoso por esa foto que muchos le firmaron en su Fotolog, en la cual gritaba y sangraba en un Festival del Chenchas, mientras cantaba en Non Plus Ultra. Y bien habíamos acordado que aquel sujeto haciendo moshpit –como lo fue Aliber, vocalista de WFCC– la iba a cagar más de lo que la cagan siempre tirando karatazos. Eso no sería divertido en esa ocasión, los shows de Comadre consistían en llevar a cabo un carnaval. Pero bueno, así era el rock, así era la danza de esa tribu urbana y así era la manera de divertirse con Comadre, la primera y única vez en Monterrey. Al final sucedió lo que ya quedó escrito de TENTACLES en algún párrafo de arriba.
Todo el crew del Jungle Fest, afuera del Toro Gabacho
El Jungle Fest quedó como un mito, como una de las tocadas más recordadas en el Estado de Nuevo León. Y no juego, los fines de semana que le siguieron –o las ocasiones que tocábamos– nos decían que estuvo bien chido, que cuándo era el otro, que deberíamos traer más bandas de ese género, que se arrepentían de no haber ido, que ya eran bien screamo y hacían todas sus cosas a la do it yourself.
Tal vez así fue que el vinilo comenzó a coleccionarse. Tal vez así fue que el género de las bandas y de los blogspots comenzaron a usar esa horrible palabrita: skramz, aun cuando a todo lo que viene de la escuela de Fugazi podría llamársele “post hardcore”. Y tal vez así fue como Comadre mandó a chingar a su madre todo, aunque no podía desligarse de la biósfera del screamo y siguió saliendo a tocar por diversas partes del mundo o sacando discos, como el Split con Trainwreck (2007, Bloodtown CD; React With Protest LP), A wolf ticket (2009, ADAGIO830 LP; 2009, Cosmic Note CD; 2009, Pure Mind Tape; 2010, Bloodtown 10″; 2010, Paper + Plastick 10″), otro Split con Glasses (2010, Bloodtown 2×7″; Vitriol 2×7″); sus participaciones en Carry the torche: A tribte to Kid Dynamite (2009, Black Numbers 2xLP, Get Outta Town CD), Live At The Atlantic Vol III: Fest Edition (2009, Sound Study LP), The emo annihilation (2008, React With Protest 6″), para finalmente lanzar su último Self titled (2013, Vitriol Records LP; 2013, Cosmic Note CD), organizar su last show en el legendario 924 Gilman de San Francisco, California y decir adiós, nos vemos otra vez en cuanto llegue la nostalgia y la juventud se convierta en una añoranza, compartiendo miles de experiencias entre cuatro amigos que se dedicaron a quemar la escena.
