Drogas

Hablamos con modelos de marihuana españolas

WeedGirls

“Tanto la sexualidad y la sensualidad como la marihuana han sido temas reprimidos y criticados durante décadas, pero poco a poco están ganando aceptación pública. No tienes que ser un porreta para declarar públicamente que eres un consumidor de cannabis, ni una modelo de contenido erótico para aceptar y expresar tu lado sensual públicamente, y eso es lo que hacemos en Weed Girls: visibilizar que tanto el erotismo como el cannabis, tradicionalmente asociados a estigmas sociales, hoy en día son aceptados y mostrados con orgullo”, dice Sergio Viegas, uno de los productores de la plataforma Weed Girls.

El primer “contenido sensual” de la plataforma, en palabras de uno de sus productores, se creó en 2010. “La intención era generar tráfico, analizar los datos y descubrir tendencias. Iba dirigido principalmente a hombres consumidores de cannabis de entre 20 y 35 años. Sin embargo, los análisis de nuestros seguidores nos sorprendieron con más del 65 por ciento de mujeres. También recibimos muy buena aceptación de la comunidad árabe y de países como Turquía y Nepal, principalmente de chicas. Quién lo diría”, explica Sergio.

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“En el primer equipo de producción y redes sociales fueron todas mujeres y a veces se contrataba un cámara hombre. El toque sensual del primer contenido de Weed Girls fue muy delicado, casi inocente. Creo que por eso adquirimos tanta aceptación de la comunidad femenina, que inicialmente se interesaba no solo en seguirnos, sino también en participar”, comenta. “Actualmente, Weed Girls es una mesa redonda en la que la toma de decisiones se hace a partes iguales en un grupo de hombres y mujeres”.

Con base en Barcelona, donde se producen todas sus sesiones de fotos y vídeos, en 2018 relanzaron la web, que ofrece dos modelos de navegación: gratuita y libre o suscripción, en la que el usuario dispone de descuentos en la tienda, invitaciones a eventos, regalos y acceso al contenido más erótico, que incluye desnudos integrales no explícitos. Además, publican una revista impresa que puede comprarse tanto en Barcelona como en San Francisco. Hablamos con dos de sus modelos, Allyson y Dalí, sobre la relación entre la hierba y el erotismo, el empoderamiento femenino y su día a día como “modelos cannábicas”.

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Allyson en una de las sesiones para Weed Girls. Imagen vía @ivaxsmoke

Allyson, 22 años

VICE: ¿Qué hay, Allyson? Más allá de tu trabajo como modelo de Weed Girls, ¿fumas hierba?
Allyson: Sí, claro. De hecho, trabajo en un club cannábico. Llevo siete años fumando marihuana cada día. Me gusta porque, básicamente, me hace entrar en una forma diferente de ver la vida y de pensar, y me ha ayudado en muchas situaciones en mi vida. Para mí, la hierba significa un poco una forma de vivir, porque me ayudó a afrontar algunos problemas, me sirvió como “medicina mental”, por así decirlo.

¿Crees que hay peña que tiene un fetiche con las tías que consumen marihuana?
Sí, creo que sí. Como en todas las cosas, si algo es muy bueno y se junta con otro algo muy bueno, definitivamente se vuelve algo superbueno. No tengo más explicación. Yo misma tengo ese fetiche, hace tiempo que me di cuenta de que desde que empece a fumar marihuana y me empezaron a gustar las mujeres, las dos cosas juntas me gustaban mucho.

¿Cómo te imaginas al público que ve Weed Girls?
Supongo que básicamente será gente que fume marihuana, no habrá mucha gente que no fume y compre contenido, a no ser que le guste una chica en especial. Aparte de eso, creo que no es gente muy, muy joven, sino más de 25 a 30 años, y que en la mayoría son hombres. Creo que hay pocas mujeres que compren el contenido.

¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu curro?
Lo que más, poder juntar dos cosas que me encantan: la fotografía y modelar y algo que ha sido mi día a día durante años: la marihuana. Es muy divertido y en las sesiones hay muy buen ambiente, porque con el tema de poder fumar ya te entra el buen rollo. Las chicas, la verdad que son todas muy amables y graciosas, nos lo pasamos muy bien, nos reímos con el equipo, comemos, fumamos… para un fumeta es muy divertido. Lo que menos me gusta es que en invierno pasas frío (risas).

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Dalí en una de sus sesiones para Weed Girls. Imagen vía @ivaxsmoke

Dalí, alias Slava, 25 años

VICE: Hola, Slava. ¿En qué consiste ser una Weed Girl?
Slava:
Para mí, ser una Weed Girl consiste básicamente en ser una mujer que no tienen problema con su físico, con la sensualidad, que la vive plenamente y que además fuma marihuana y demuestran que no hay nada malo en fumar maría y hacer tu vida cotidiana: trabajar, estudiar, ser enfermera, diseñadora, profesora, veterinaria… Lo que hacemos son sesiones de fotos en las que nos mostramos tal cual somos en distintos ambientes, creo que todos ellos bastante caseros o cotidianos, sin tener que ser algo feo o sórdido… porque no somos drogadictas.

¿Cómo llegaste a Weed Girls?
Uno de los productores me escribió por Instagram y me dijo que fuera a una reunión que hacían en la que iban a explicar en qué consistía el proyecto y fui con mi mejor amiga, Fabi, que también es Weed Girl. A partir de ahí, tú decidías si querías o no empezar a participar y, obviamente, había una sesión de prueba en la que simplemente ibas a ver. Los productores siempre nos lo han dicho: “hasta donde tú te sientas cómoda”. Si te sientes cómoda en pelotas, te sientes cómoda en pelotas; si te sientes cómoda en topless, pues topless; si no quieres hacerlo, no pasa nada. Hubo un día en que yo dije que no quería enseñar el pecho y no lo hice. Las chicas hacen lo que les gusta, es tu cuerpo y tú lo muestras como te dé la real gana.

¿Para ti es empoderador como mujer? ¿En qué medida y de qué manera crees que podemos combatir el machismo o sentirnos empoderadas haciendo lo que llevan siglos “obligándonos” a hacer con nuestros cuerpos, convertirlos en objetos de deseo y consumo?
Para mí, todo lo que pueda representar a través de mi sensualidad que no me inhiba y que no me juzgue, obviamente me empodera porque me hace sentir yo misma. Y yo puedo decir, “fumo maría, soy diseñadora, soy madre, soy esposa, soy responsable y disfruto de esto, así que ¿cuál es el problema?”. Me empodera, me hace sentir bien. Cuando la mujer se vende en lencería o se vende de manera erótica, siempre está arriesgándose a ser juzgada, así que cuando lo está haciendo obligada para gustar a otro, obviamente sí hay un problema. Pero cuando lo hace porque se siente cómoda consigo misma, eso te empodera, y eso sí que derroca al machismo. A mí, por ejemplo, mi marido no me va a decir que no me haga fotos, en pelotas o tapada, sensuales o en las que salga guapa; si yo me siento bien, ¿por qué no hacerlo?

¿Cómo es un día normal en una producción de Weed Girls?
Empezamos viniendo aquí temprano, nos preparan el pelo y nos maquillan. De ahí nos movemos a la localización y va pasando una chica tras otra para hacer sesiones. Después hacemos fotos en grupo, y a lo largo de todo el día se va granando el making of… y fumando, claro.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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