Muchas veces las parejas tienen problemas porque sus deseos sexuales son diferentes: uno quiere sexo y al otro no le interesa. La biología podría ser la culpable de que algunos tengan una libido baja, ya que nuestros impulsos sexuales disminuyen naturalmente a medida que envejecemos.
Hay estudios que demuestran que la producción de testosterona en los hombres disminuye aproximadamente un 2 por ciento al año, mientras que en las mujeres, la menopausia limita considerablemente la producción de estrógeno, lo que disminuye el interés en el sexo. En ambos casos, la terapia hormonal puede ayudar a estabilizar los niveles.
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Nuestro estilo de vida y el medio ambiente también afectan a nuestra libido. Todo, desde lo que ingerimos (alcohol, drogas y alimentos) hasta el lugar donde vivimos y el estrés que tenemos en nuestras vidas puede afectar a nuestros niveles de lujuria. No es de gran ayuda que todo nuestro estilo de vida moderno contribuya a que nuestro impulso sexual disminuya. Otros ni se dan cuenta de que son indiferentes en relación al sexo. Del mismo modo que tenemos días felices y tristes, también tu apetito sexual puede tener momentos buenos y malos.
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Según un nuevo estudio publicado en Archives of Sexual Behavior, en general los estadounidenses practican menos sexo: “Los nacidos en la década de 1930 (la generación silenciosa) tenían relaciones sexuales con mayor frecuencia, mientras que los nacidos en la década de 1990 (Millennials e iGen) tienen relaciones sexuales con menor frecuencia”.
Las parejas casadas se llevaron el golpe más grande, en 2014 se registró que en promedio practicaban sexo 56 veces al año, mientras que en 1989 lo hacían aproximadamente 67 veces al año.
Sin embargo, no porque sea algo natural significa que no te vas a preocupar si es la primera vez que experimentas un cambio en tu impulso sexual (o en el de tu pareja). Consultamos a formadores sexuales, terapeutas de relaciones y psicólogos y les pedimos su mejor consejo sobre cómo gestionar una disminución en el deseo. Esto fue lo que dijeron.
Sé selectivo sobre cuándo y dónde plantear el problema
No hables del tema en medio de un momento sexual, no importa si fue bueno o malo; no es el momento. En lugar de eso, habla del asunto cuando estés tranquilo, sentado o recostado, sin ningún otro estrés importante en tu mente, y así estarás en una situación en la que ambos podáis hablar con franqueza. No seas agresivo, no trates de culpar o menospreciar. Más bien habla desde una perspectiva de vulnerabilidad, con confianza. No seas ofensivo, defensivo ni te hagas el ofendido.
Habla del tema de manera que demuestres que te importa y que quieres hacer algo para mejorar tu deseo sexual y encontrar una solución juntos. Di qué es lo más te gusta de tu relación, y también que hay áreas que crees que podrían mejorar para tener una conexión más profunda. No digas que estás insatisfecho. Al contrario, di que te encantaría mejorar lo que ya tienes. — Laurel House, consejera de citas conocida como “The Man Whisperer”.
No te lo tomes a título personal
La parte más importante de la comunicación sobre la libido es que ninguno se tome a pecho del otro (por ejemplo, tu libido es baja, entonces significa que no soy lo suficientemente atractivo). He hablado con cientos, probablemente miles, de personas sobre la libido, y esa casi nunca es la razón. Una vez que las parejas pueden ver que la libido en sí misma es un viaje, tanto personal como en la relación, pueden ser comprensivos y despertar su curiosidad, y están listos para encontrar los límites del otro y desafiarse entre ellos para sentir y probar cosas nuevas. – Brandy Engler, psicóloga con sede en Los Ángeles y autora de The Men on my Couch y The Women on my Couch.
No te castigues y tómate un tiempo para reflexionar
El estrés acaba con el sexo. Cuando estamos estresados, nos pueden preocupar muchas cosas y tenemos miedo de decepcionar a los demás. Podemos ser duros con nosotros mismos o tener pensamientos como, No valgo para esto o, ¿Por qué no puedo administrar mejor mi tiempo? ¿Alguna vez aprenderé? Los juicios negativos sobre nosotros mismos pueden extinguir directamente el deseo sexual y pueden afectarnos en la cama, donde podríamos ser especialmente propensos a tener pensamientos como, Me preocupa no excitarme, o, ¿Mi pareja me va a dejar si no tenemos química sexual? Intenta incorporar la meditación de atención plena a tu vida cotidiana.
La atención plena reduce la ansiedad y puede hacer que estés más en sintonía con las sensaciones que surgen en tu cuerpo en cada momento. — Dra. Lori Brotto, profesora, psicóloga y autora de Better Sex Through Mindfulness: How Women Can Cultivate Desire
Relájate (y tal vez fúmate un porro)
Tener la libido baja no es un problema significativo. La única forma de que se convierta en un problema es cuando tu libido es diferente a la de tu pareja. Si tu pareja no entiende que hay factores fuera de su control, como la menopausia y el proceso natural de envejecimiento, que son responsables de tu libido baja, entonces se generará un conflicto. Pueden creer por error que tu libido no ha disminuido, y que nada más los estás “dejando sin sexo”. En estos casos, debes sentarte y explicarles lo que está pasando y decirles por qué es normal.
Dicho esto, un estudio a gran escala en 2017 sobre el consumo de marihuana reveló que este está relacionado de forma independiente con un aumento de la frecuencia sexual. ¡Quizás agregarle un poco de hierba a tu vida es la clave para aumentar tu deseo sexual! — Sean Jameson, formador sexual y el fundador de Bad Girls Bible.
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Este artículo apareció originalmente en VICE US.