Hace unos meses atrás, el periódico israelita Haaretz publicó un artículo acerca de Bamba, una comida de aperitivo vendida por más de 50 años. Hecha con maní y maíz inflado, Bamba no tiene colesterol o color artificial, tiene un alto contenido de vitaminas y más de 500 calorías por 100 gramos.
Basado en la investigación publicada en el Diario de Medicina de Nueva Inglaterra, el artículo declara que mientras en el Reino Unido, “los bebés típicamente no consumen comidas con nueces el primer año de su vida,” en Israel las comidas con nueces son “generalmente presentadas en la dieta de los bebés a aproximadamente siete meses de edad y el consumo promedio por mes de proteína de nuez es de 7.1 gramos.”
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La pieza continuó sugiriendo que la permanencia de Bamba en la dieta de Israel puede deberse en parte al bajo nivel de alergia a las nueces en los niños de ese país. Para un observador de afuera, esta estadística de consumo puede parecer una victoria menor, pero en Israel, el artículo se ha convertido en un tema de orgullo nacional.
En el pasado mes, ha sido imposible hablar de las ofertas culinarias del país sin mencionar el artículo de Haaretz. He escuchado a la gente hablar acerca del aparentemente inocuo artículo docenas de veces desde que fue publicado, cada mención más patriótica que la última. ¿Pero qué es lo que hace a Bamba tan importante en Israel?
Israel es un país de inmigrantes. Cada comunidad aporta sus propias tradiciones, rezos, y por supuesto, platos de comida. Schnitzel –la forma más popular de comer pollo en Israel – siempre junto al humus, acompañado de ensalada, pan pita o challah.
La mezcla de platos y culturas hace imposible de responder un pregunta tan central para la identidad de Israel ¿cuál es la comida israelita? No hay demasiados platos originales de Israel: el falafel tiene sus raíces en Egipto y los orígenes del humus son probablemente Sirios. Otros platos populares israelitas incluyen borsht, cuscús, y amba que fueron traídos de Europa del este, norte de África e Iraq respectivamente.
Pero Bamba fue inventado en Israel. Y por esa razón, se ha convertido en el aperitivo no-oficial de la nación.
Bamba fue producido por primera vez en 1964, en una fábrica modesta justo al sur de Tel Aviv. La idea en el diseño era producir un aperitivo similar a los Cheetos pero su olor artificial a queso no le agradó al paladar israelita. La fábrica se vio forzada a parar su producción y buscar una alternativa.
Se les ocurrió el Bamba, un aperitivo con sabor a nueces que luciría exactamente como los Cheetos – sin sabor a queso. Era bajo en grasa saturada y alto en calorías, y hecho como una fuente barata de energía. Las ventas crecieron sostenidamente y no pasó mucho tiempo antes de que Bamba fuera incluida en las raciones de comida de los soldados israelitas.
En la actualidad, la fábrica original de Bamba es propiedad de un fabricante afiliado con Nestlé llamado Osem y usa más de 70 porciento de nueces importadas de Israel. El bebé con forma de nuez que adorna el envase de Bamba (no es tan tétrico como suena) es reconocido por los israelitas jóvenes y viejos y hasta tuvo un breve puesto como la mascota del equipo de Israel en las Olimpiadas.
Pero eso es simplemente los que nos dice el conocimiento popular. La consultora de alimentos Nomi Abeliovich dice que debemos buscar los orígenes de Bamba no en Israel sino en Alemania.
“La versión alemana se llama Erdnuss Flippies y fue inventada en 1963,” dice. “Bamba fue también inventada en 1963 así que no es claro cuál es la conexión entre los dos productos, pero ambos fueron desarrollados y comercializados en el mismo año y – desconocido para la mayoría de los israelitas – no es sólo una invención israelita sino también una alemana.’
Sin importar el gemelo, para la mayoría de los israelitas, Bamba, es indiscutiblemente su comida. Donde haya un supermercado judío, hay Bamba. Encontrarás los trocitos de nuez en obsequios de comida Purim o en las mesas de los Bar Mitzvah, y en todas las fiestas de cumpleaños. En 2003, Bamba fue hasta declarado por el parlamento israelita como una “comida vital establecida” lo que significa que en tiempos de guerra, los empleados de las fábricas de Bamba pueden ser convocados de la misma forma que se hace con los soldados.
Por supuesto que han habido cambios en la receta original de los años 60s. Puedes comprar Bamba de fresa o, si te sientes elegante, hay versiones rellenas de mantequilla de maní y chocolate. También hay Bamba gigante, Bamba de halva, Bamba oblongo – todas las variaciones del aperitivo original que tu corazón desee.
Pero un aspecto del aperitivo favorito de Israel no ha ni será cambiado jamás: absolutamente nada de queso.