El 19 de abril, el Massachusetts Department of Correction anunció que Aaron Hernández, ex ala cerrada de los Patriots de Nueva Inglaterra, fue encontrado muerto en prisión donde cumplía una sentencia de cadena perpetua por el homicidio de Odin Lloyd. Al día siguiente se determinó que Hernández se había quitado la vida, aunque los familiares del ex jugador y abogados continúan cuestionando dicha versión.
Todo esto habría quedado en un relato mórbido y raro de no ser que la muerte de Hernández se convirtió en un asunto legal gracias a una peculiaridad en la ley de Massachusetts llamada «supresión», la cual establece que una declaración por homicidio puede ser eliminada si la persona condenada muere antes de que su recurso de apelación sea escuchado. Los fiscales argumentaron que al quitarse la vida Hernández renunció a su derecho de ser protegido bajo la ley.
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Sin embargo, este martes un juez dictaminó que nadie puede saber el porqué de su suicidio. Por lo tanto, a partir de hoy, Aaron Hernández ya no es considerado culpable de asesinar a Odin Lloyd en julio de 2013.
Una peculiaridad más en este proceso es que los Patriots de Nueva Inglaterra podrían pagar el resto del contrato de Hernández porque ya no pueden afirmar que fue culpable del homicidio. De acuerdo con el abogado de la familia de Odin Lloyd, el patrimonio de Hernández podrían recibir hasta 6 millones de dólares, el cual, según récords de la corte, actualmente no tienen valor.
