“Slaughterhouse” significa matadero. Slaughterhouse también es el proyecto fotográfico del fotoperiodista Aitor Garmendia en más de 50 mataderos que ha ganado el prestigioso concurso fotográfico Picture Of the Year International en la categoría Science and Natural History.
Para su realización, Aitor visitó de forma encubierta 58 mataderos ubicados en diez estados de México entre los años 2015 y 2017. Es la investigación gráfica encubierta más grande que se ha realizado en mataderos del mundo hasta la fecha.
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Hablamos con él sobre su labor denunciando la explotación y la violencia que padecen los animales en mataderos, “mantenida oculta de forma deliberada por la industria cárnica”, según el fotoperiodista, que reside en Madrid pero que mantiene ocultos más datos personales por seguridad.
VICE: Hola Aitor. Felicidades por este premio titulado “Matadero”. ¿Qué pasa en los mataderos?
Aitor: En las granjas ningún animal es libre y todos son enviados al matadero con días o meses de edad —salvo los animales reproductores o las gallinas forzadas a la puesta de huevos que son matadas cuando dejan de ser productivas—. Ningún animal se libra de una muerte violenta.
A los mataderos llegan hacinados en camiones sobre sus propios orines y excrementos, en ocasiones exhaustos por las largas distancias o la exposición a temperaturas extremas, y un porcentaje de ellos, según numerosos estudios y tal y como he documentado, no sobrevive.
“Los mataderos funcionan como cualquier otra cadena de producción con la diferencia de que los animales no son objetos sino seres conscientes de su entorno”
Se tiende a pensar que las normativas de bienestar previenen el sufrimiento de los animales pero esto no es así. Las normativas de bienestar animal exigen la aplicación de una serie de acciones que, si son bien ejecutadas, libran a los animales de cierto sufrimiento, pero no de todo. Los mataderos funcionan como cualquier otra cadena de producción con la diferencia de que los animales no son objetos sino seres conscientes de su entorno. Se resisten a la muerte, embisten, algunos incluso logran escaparse de los mataderos o agitan fuertemente su cabeza y esto impide que los métodos de aturdimiento sean aplicados siempre de forma precisa, por lo que no puedes asegurar que el animal que te comes no ha sufrido en el momento de su muerte.
Los animales pueden ser conducidos a golpes o choques eléctricos, arrastrados con cadenas atadas a su cuello si tienen dificultades para moverse por sí mismos, lanzados de los camiones en la recepción, pisados, pateados, ahogados en los tanques de escaldado. Puede parecer exagerado pero esto sucedía hace no mucho en el mayor matadero de cerdos en Bélgica.
“Si me lo permiten suelo quedarme hasta que matan al último animal”
Estas imágenes muestran cómo viven los animales encerrados en varios mataderos de México. ¿Qué es lo que más te ha impactado?
El momento más duro tuvo lugar en un matadero de Villacorzo, en Chiapas. Entre el hueco de la rampa y la puerta basculante del cajón de aturdimiento asomaba la cabeza de una vaca que se había quedado atrapada intentando buscar una salida por donde escapar. El cajón se sitúa frente a la zona de matanza y el animal, que apenas podía girar su cabeza, se vio forzado a presenciar la matanza de otras vacas. Minutos después se acercó un matarife, le puso una pistola de perno cautivo sobre su cabeza y disparó. En ese instante debería haber perdido el conocimiento, pero no fue así. La vaca se puso en pie y atravesó a tumbos todo el matadero.
En la otra punta varios operarios la golpearon, la patearon, le ataron una soga al cuello y con la ayuda de un polipasto la arrastraron unos veinte metros por el suelo hasta la zona de degüello. Estuvo suspendida de la soga durante varios segundos y hubo un momento en el que cruzó su mirada conmigo. La dispararon de nuevo. Logré documentarlo todo pero me tuve que marchar, lo pasé especialmente mal y salí muy afectado de allí. Si me lo permiten suelo quedarme hasta que matan al último animal, pero esa vez no pude.
¿Crees que la ciudadanía está cada vez más sensibilizada?
Sí, la sociedad parece cada vez más preocupada por el trato que reciben los animales en granjas y mataderos y la industria cárnica es consciente de cómo una imagen obtenida en sus instalaciones puede dañar su imagen y sus negocios. Por eso diseña costosas campañas de publicidad donde muestra una imagen idílica de la vida de los animales, y esconde de forma intencional todo lo que sucede en sus centros de explotación y matanza.
Además, amparada en normativas de bienestar animal y en eufemismos como “matanza humanitaria” o “libres de jaulas” pretende proyectar una imagen de sí misma que no se corresponde con la realidad.
“La sociedad está más sensibilizada, pero muy lejos de ser suficiente”
Las investigaciones encubiertas realizadas por activistas en diferentes lugares del mundo han mostrado esta cara de la industria cárnica desconocida para la gran mayoría de la gente. Las redes sociales, con todos sus “peros”, han sido una herramienta muy eficaz para diseminar toda la documentación gráfica obtenida durante estas incursiones.
Como consecuencia, la sociedad está más sensibilizada, pero muy lejos de ser suficiente. Lo que sí parece claro es que el debate sobre la legitimidad de la ganadería ya está en la calle y cuesta más mirar hacia otro lado.
Dices que para combatir y poner fin a una injusticia es necesario primero hacerla visible y poder reconocerla. ¿cual es el siguiente paso?
Una vez reconocida es necesario construir un movimiento —político— que la haga frente en profundidad. La opresión que sufren los animales se ha construido a lo largo de toda la historia, es estructural, y no va a cesar con la suma de cambios individuales como algunas personas parecen defender, sino con un trabajo colectivo, militante, político y con potencial transformador.
Los pasos a dar no los veo como elementos que van necesariamente seguidos, uno detrás de otro, sino que se dan simultáneamente. Mientras promueves el debate social también construyes movimiento y también haces frente a la industria de la explotación.
No parecen imágenes hechas con cámara oculta. ¿cómo entraste en ella? ¿los trabajadores te animaban a fotografiar para que denunciaras este abuso o te pusieron problemas?
La idea de realizar una investigación profunda en mataderos surgió a principios del año 2015. Por aquellas fechas y pese a que México se encuentra entre los diez países con mayor producción de carne de vaca, pollo o cerdo a nivel mundial, no se había realizado ninguna investigación en mataderos y las posibilidades de acceder a sus instalaciones eran mayores que aquí.
Así que contacté con varios compañeros y les trasladé mi interés en documentar el proceso de matanza. La idea original era seguir desarrollando el trabajo fotográfico que llevo a cabo sobre las diferentes formas en las que los animales son oprimidos y explotados en todo tipo de ámbitos. Estuvimos varios meses analizando el contexto y con su apoyo logré acceder a varios mataderos.
“Mi objetivo no es denunciar los incumplimientos de la norma de este país en particular, sino denunciar la explotación animal en sí misma y la matanza de animales en general”
Una vez dentro, entendí que se había abierto una puerta para acceder a muchos más lugares y me vi en la responsabilidad de continuar y de documentarlo de forma audiovisual. Regresé a España, organicé todo, y completé la investigación en tres fases.
Las imágenes han sido obtenidas en México porque se han dado las condiciones idóneas, pero mi objetivo no es denunciar los incumplimientos de la norma de este país en particular, sino denunciar la explotación animal en sí misma y la matanza de animales en general. Todo lo que muestro sucede de manera similar en cualquier lugar del mundo tal y como queda probado con las investigaciones que han sido realizadas en otros países por numerosos activistas y organizaciones que incluyo en el informe y en el documental.
Los problemas que he tenido han sido con los gerentes y responsables. O bien no me permitían el acceso, o bien me veían trabajando y no acababan de confiar en mí. Entonces venían las preguntas y en algunas ocasiones directamente me impedían seguir.
Hablemos sobre las leyes y normativas de los mataderos, ¿es muy diferente la situación en España y Mexico?
El marco ideológico de bienestar animal es prácticamente el mismo en todo el mundo. México y España son miembros de la OIE, una organización intergubernamental que se encarga de establecer los estándares mínimos de bienestar animal y sus países miembros se comprometen a aplicarlos. Es decir, tanto México como España deben aplicar esos estándares mínimos de bienestar animal. También pueden superarlos. La diferencia reside en la gestión, en cómo legislan la negligencia, y en cómo vigilan su cumplimiento.
Se tiende a pensar que México es un país mucho más atrasado en esta materia pero he documentado y visitado mataderos con estándares de bienestar animal superiores o similares a los de España. Sí tengo la impresión de que en México hay menos control en cuestiones de sanidad animal pero en lo que respecta al trato que reciben los animales no podría afirmar que existen grandes diferencias.
“Más de sesenta mil millones de animales son enviados al matadero cada año. Cuando se habla de ‘casos aislados’ se puede estar hablando de millones de animales”
¿Por ejemplo?
El aturdimiento. Un elemento clave en el debate legislativo sobre bienestar animal, es similar. En ambos países se utilizan los mismos métodos: electronarcosis, tanques de agua electrificados, inhalación de dióxido de carbono o aturdimiento mecánico (pistola de perno cautivo). En ambos países también, aunque por razones diferentes, muchos animales son degollados sin aturdimiento previo.
En algunos mataderos de México por falta de equipo, por averías o por agilizar el proceso. En España para burlar la exigencia de aturdimiento algunos mataderos se acogen a la excepción a la ley de sacrificio religioso. No lo hacen porque sus clientes tengan inclinaciones religiosas específicas,sino porque de esta forma evitan el aturdimiento y según defienden, la calidad de la carne es mejor.
En el documental expongo casos de animales que son desollados o desmembrados vivos. Esto no quiere decir que sea habitual pero tal y como constatan numerosas investigaciones encubiertas y testimonios puede suceder en todo el mundo. En el año 2008 Igualdad Animal realizaba una investigación en un matadero español y documentó como una vaca era desollada viva.
Hay que mirar la industria cárnica con perspectiva. Más de sesenta mil millones de animales son enviados al matadero cada año. Cuando se habla de ‘casos aislados’ se puede estar hablando de millones de animales.
Para responder a tu pregunta con rigor necesitaría acceder a más mataderos de ambos países y realizar un estudio comparativo desde un enfoque legal, pero no lo veo necesario.
El futuro de los mataderos es…
No voy a negar que las medidas de bienestar animal no palien cierto sufrimiento —mucho menos del que se imagina la gente—, y siempre será mejor sufrir lo menos posible sea cual sea la situación en la que se encuentre cualquier animal. Sin embargo, considero equivocado pensar que estas medidas los protegen. Mientras sigan existiendo mataderos seguirán sufriendo y muriendo animales injustamente. El bienestar animal —en un sentido análogo al bienestar humano— no existe en ningún matadero, es sólo propaganda.