Alfredo Esparza

Vivimos en un país donde desde hace varios años no dejamos de ver, escuchar o leer historias llenas de violencia. Antes sólo los que andaban en “malos pasos” corrían el riesgo de pasar a ser parte de las estadísticas. Hoy todos estamos expuestos, así que como dicen por ahí “Lo mejor es quedarse en casa” y esto lo sabe muy bien Alfredo Esparza (1980) quien antes de mudarse al DF vivió gran parte de su vida en Torreón, Coahuila, ciudad fuertemente afectada por el narco.

En la serie Con tu permiso Alfredo decide entrar a la casa de cuantos extraños se dejen para fotografiarlos en el momento más vulnerable del día: mientras duermen. Un ejercicio de confianza donde no sólo pone a prueba a sus anfitriones si no a sí mismo.

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¿Cómo te planteas hacer la serie Con tu permiso?
En 2011 llegué al DF para buscar el sueño chilango. Un primo mío que ya tiene mucho tiempo viviendo acá me dio asilo por muchos meses en lo que yo me asentaba en esta ciudad. Pasó el tiempo y yo me encontraba desempleado, así que casi como un juego y para sentir que estaba haciendo algo de utilidad, comencé a hacerle fotos a mi anfitrión mientras dormía. Mi primo es una persona que cuida mucho su arreglo personal y su imagen: siempre anda bien combinado y con peinados contundentes. Al estar él dormido, todo esto quedó atrás y lo que veía era a una persona vulnerable y expuesta, justo como cualquier otro sujeto durmiendo. Me gustó mucho que en lugar de posturas derechas, sonrisas encantadoras y gestos controlados, tenía expresiones desarticuladas, baba y posiciones para dormir imposibles. Esa libertad básica que permite el sueño fue el primer guiño que me hizo seguir haciendo este tipo de fotografías.

Aquí en DF hay mucho torreonita y a muchos de ellos los conocía bien. Contacté a varios para que me permitiesen hacerles fotos durante toda la noche. Les explicaba que llegaría alrededor de las 10PM y que me iría temprano por la mañana. Sorprendentemente la mayoría se negó. Creo que el sentirse vulnerables a mi intromisión, a pesar de ser conocidos, les incomodaba. Facebook fue bien importante para el desarrollo de Con tu permiso porque facilita la interacción entre desconocidos. Comencé primero a buscar amigos de mis amigos que no tuviesen nada que ver conmigo, pero era un proceso desgastante y lento. Andar hurgando entre los contactos de mis contactos tomaba tiempo y difícilmente obtenía respuestas positivas. Además, siguiendo este procedimiento caía en el riesgo de sesgar bajo criterios que ni yo tenía claros sobre a quién sí y a quién no pedirle que colaborara.

Hay un perfil en Facebook que se llama Fotografía México que tiene como cinco mil amigos. Decidí preguntar uno por uno, en orden alfabético a todos sus contactos. Inicié mandando 20 mensajes privados diarios. Al final eran entre 80 y 100 al día. Naturalmente, la gran mayoría ni me respondía, entre cinco y diez personas me decían que no y a veces una o dos accedían, regularmente nadie.

Al pasar a hacer fotos de extraños y dejar de hacerlas a conocidos, pescó más fuerza el proyecto: ya no se trataba únicamente sobre la exposición del cuerpo rendido al sueño, se expandió la exploración al tratar de comprender por qué las personas permiten —o no— que un desconocido penetre y registre sus actividades íntimas en su propio espacio privado. Asimismo, el brinco del exhibicionismo de las redes sociales a uno tangible, en el mundo real, donde los colaboradores asumieron un rol pasivo, permitía lecturas más ricas sobre el proyecto.

¿Cuánto tiempo duró el proyecto?
Alrededor de dos años.

¿Cómo fue el proceso para contactar a tus sujetos?
Primero les enviaba el siguiente mensaje que fui depurando con el tiempo con la idea de que se sintiera personalizado. Naturalmente, escribía el nombre de la persona a la que me dirigía:

“Hola ______, encontré tu perfil porque tenemos como amigo en común a Fotografía México y de ahí te elegí. Te escribo porque estoy elaborando un proyecto fotográfico sobre gente dormida y estoy buscando colaboradores. La mecánica es bien sencilla, voy a la casa de las personas justo antes de que duerman (en la tarde-noche) y a partir de que entran en sueño profundo, comienzo a hacer el registro fotográfico a intervalos de 20 a 30 minutos hasta que amanece, que es cuando dejo la vivienda del fotografiado. Sé que en términos de confianza es complicado que le abras la puerta de tu hogar a un desconocido y que encima te haga fotos mientras duermes, pero esa es precisamente la columna vertebral del proyecto. Por encima del registro de las personas dormidas, están los vínculos que se generan entre dos personas que no se conocen y que sin embargo, establecen nexos de confianza y respeto. Tengo una página aquí en facebook donde explico más detalles del proyecto (anexo liga abajo); asimismo, hay una galería con imágenes que he hecho de sesiones anteriores con personas que han participado en el proyecto.

“Habiendo dicho todo lo anterior, ¿te interesaría colaborar?

“Ten buen fin de semana.

“Alfredo Esparza”

http://www.facebook.com/pages/Con-tu-permiso-Los-Durmientes/158451034252291

Después de esto seguían charlas breves sobre cuestiones de logística, intercambiábamos teléfonos y fijábamos una fecha para hacer las fotos.

¿En qué lugares fotografiaste?
La mayoría del proyecto se desarrolló en la Ciudad de México, pero también salí a varios estados: Hidalgo, Estado de México, Jalisco, Puebla y San Luis Potosí.

Lo obvio es pensar que tus sujetos se sintieran en riesgo, pero también lo era para ti ya que no sabías a ciencia cierta con que te encontrarías, ¿te sentiste vulnerable en algún momento?
En las primeras visitas había mucha incertidumbre porque nunca había hecho algo así. Tenía pocos meses de establecido acá cuando comencé a ir a las casas de los extraños. No tenía claro qué tipo de colonias eran las que iba a visitar, si eran seguras o no, o si el transporte era de fiar.

De los locales había escuchado muchas historias sobre la inseguridad, incluso algunos colaboradores me sugerían que no llegara tan tarde a sus casas. Todo esto hacía que me sintiera inquieto por cómo iba a llegar y qué calles habría de recorrer una vez que dejara el micro o saliera del metro. Eran lugares a los que iba por primera vez y las únicas referencias que tenía sobre ellos correspondían a las que me daban los colaboradores y Google Maps. Me sentía un poco nervioso pero a la vez emocionado por la idea de conocer a alguien nuevo.

Conforme iba yendo a más casas me fui relajando y ya no me preocupaba tanto por las cosas malas que pudieran pasar. La expectativa de vivir cosas nuevas y fuera de mi control, con alguien también nuevo, superaba cualquier sentimiento de inquietud que pudiera advertir. Ingenuo o no, creo que también me dio valor el hecho de que en Torreón yo me sentía mucho más susceptible al andar en la calle que aquí. No sé si pudiera haber ejecutado este proyecto en mi ciudad.

Ya una vez en la casa ¿cómo reaccionan las personas?
Lo que primero ocurría era como un mutuo reconocimiento. Era un poco como dos perros que se encuentran en la calle y se huelen para presentar credenciales, algo así. Pienso que ésta era la parte más importante de todo el proceso, pues por primera vez nos conocíamos personalmente y cualquier detalle que a la persona no le gustara de mí, hacía que reculara. Casi siempre habían largas chalas donde el otro se distendía sobre cosas muy personales e íntimas. Pienso que al final la moneda de cambio era esa: para acceder a ser fotografiados dormidos primero tenían que corroborar que era de fiar, y la prueba de ello era que se sintieran cómodos hablándome de sus secretos.

Al concluir las charlas, se iban a dormir a sus recámaras y yo preparaba mi cámara y tripié. Lo que seguía era esperar a que estuviesen profundamente dormidos para entonces hacer las fotos.

A mi parecer este proyecto es más sobre el proceso que sobre el resultado final ¿Qué crees que es lo que lleva a una persona a dejar entrar a su casa a un completo desconocido, poniéndose completamente a su merced en un momento tan vulnerable cómo cuando se esta durmiendo? ¿Qué es lo que esperan de la experiencia?
Hay varios motivos que creo, llevaron a las personas a participar. El primero sería la curiosidad y las ganas de conocer a alguien nuevo que no tuviese ningún tipo de vínculo con su vida. Luego vendría el deseo de exhibirse, de consentir saberse vistos aun en la inconciencia y vulnerabilidad, y que dicha mirada tenga eco a través de las imagen fija en otras personas. En el acto fotográfico siempre hay un acto de poder, siempre hay alguien que se entrega al otro. En Con tu permiso dicha entrega es total. Así, muchos colaboradores se colocan del lado de la sumisión.

Otro aspecto importante es el de abrirse verbalmente ante el otro. Las personas cargamos muchas cosas y no todo se lo podemos contar a todos, a veces ni a los más cercanos. Para algunos resulta más sencillo desatar los nudos que protegen sus secretos ante desconocidos. Pienso que daban por sentado que no los iba a juzgar —y trataba de no hacerlo— y eso los alentaba a hablar de cosas muy personales. Verbalizar ante alguien las cosas que traemos atravesadas genera un alivio, se comparte el peso de los pensamientos y sentimientos con el otro, cuantimás si es alguien que no conoces. Territorio nuevo y efímero porque la relación entre el fotografiado y yo terminaba en cuestión de horas.

Finalmente, creo que también había una alta expectativa por querer vivir algo nuevo, arriesgado y diferente.

La mayoría de las imágenes son grandes acercamientos, detalles y abstracciones donde hay que descifrar lo que vemos. ¿Por qué tomaste esta decisión?
Es una manera de hacer notar la intromisión, de presionar los límites de confianza entre retratado y retratante. Las tomas abiertas contextualizan al sujeto en su entorno, pero no me interesaba la descripción de su cuarto o del resto del departamento. En cambio los acercamientos permiten lecturas más libres y juguetonas sobre las imágenes, facultan al espectador para completar la foto fuera de sus cuatro márgenes.

Mantener el anonimato de los colaboradores es de igual forma importante: decir que ahí hay alguien (cualquiera) dormido, por encima del retrato donde aparecen facciones que le diesen identidad a la persona fotografiada, centra la atención en el hecho de transgredir la intimidad y privacidad del otro y no en la persona misma. Al menos eso es lo que creo yo.

¿Qué es lo mas extraño que te sucedió?
Hubo gente que insinuaba acercamientos carnales. Otros querían que en lugar de hacer las fotos, nos fuéramos de fiesta. Varios más me pedían que me marchara de sus casas a mitad de la noche. Sin embargo, lo más extraño residía más bien en lo peculiar de algunas historias personales. Volviendo al tema de abrirse verbalmente, hubo un cuate que dijo haberse echado a dos personas en un accidente de tránsito. Esta persona no estaba del todo en paz consigo misma y el ambiente en su departamento era muy tenso, como si algo muy grande estuviera a punto de romperse. Él se despertaba constantemente y cada vez que lo hacía era violentamente. Dos veces se despertó cuando yo estaba haciendo fotos, en una de esas, hasta se me cayó la cámara del espanto. Al final todo salió bien e incluso me invitó a desayunar, pero creo mi presencia en sus horas de sueño debilitaba la poca tranquilidad que tenía.

El proyecto incluye las conversaciones que tuviste por Facebook, tanto las de las personas que aceptaron tu invitación cómo las que te rechazaron. ¿Con qué finalidad?
Son fragmentos de conversaciones con gente que rechazó la invitación. Es importante tener ambas versiones, tanto de las personas que accedieron como de las que se negaron. Las conversaciones complementan el proyecto desde otra posición. Ofrecen información sobre el proceso del mismo y lo contextualizan en un plano social. Mucha gente se negó por sentirse insegura debido a la violencia imperante en el país. Otros planteaban dilemas morales y hasta proyecciones de sus deseos. Esa información es muy valiosa porque creo que puede hablar por cualquier persona, cualquiera puede sentirse identificado con el decir de las conversaciones y validar sus razones para decir “no”.

Por otro lado, también sirve para no perder de vista que el “no” fue la abrumadora mayoría. Las fotografías son el registro de la excepción. De poco más de cinco mil mensajes enviados, sólo fui a 47 hogares.

¿Cuál es la conclusión del proyecto?
Lo más importante para mí es que a pesar de haber muchas razones de peso para decir “no” a este proyecto, hubo gente que se animó a participar. A pesar de los levantones, la violencia, robos y asaltos, hubo personas que creyeron en la buena voluntad del otro. Es un poco cursi pero creo que la fuerza del proyecto reside en esto, en la confianza plena que se le otorgó a un extraño para pasar la noche en vela mientras el dueño del espacio dormía. Aun más, en ciertas partes del DF no existe la violencia de la que hablo, pero sí existe otro tipo de agresividad constante en el día a día. Ésta es una ciudad que deja poco espacio para confiar en el otro. La mayoría busca tomar ventaja de los demás en cuanto éstos se descuidan: en las calles lo coches pasándose los rojos, en el metro la gente apresurándose a meterse al vagón antes de que los pasajeros salgan. El nivel de competencia en esta ciudad es tan alto que hasta para ganarse un lugar en el espacio público hay que luchar por él. En este contexto me parece asombroso y me sigue entusiasmando que ciertas personas hayan dicho “sí” a participar, que me trataran con amabilidad, que me compartieran pedazos de sus vidas y que me dieran de beber y comer. Estos gestos de gentileza y cordialidad hacen que uno se sienta afortunado.

¿Qué sigue?
Hacer un libro de Con tu permiso, a la par trabajar en nuevos proyectos.

¿En que proyecto estás trabajando actualmente?
En videoportrait¸ nombre tentativo de una serie de videorretratos de usuarios del metro. Utilizo Instagram como soporte ciñéndome a las características del formato: vídeos cuadrados con duración de 15 segundos. Grabo a gente en los vagones tratando de que no se den cuenta. Actualmente llevo alrededor de 130 videos, pero espero poder hacer muchos más todavía. De alguna manera es una continuación de Con tu permiso, pues se siguen presionando los límites entre la intromisión y la invitación, la visibilidad y el deslizamiento de lo privado a lo público. Claro está, con la diferencia de que ahora no pido permiso y de que yo también estoy sujeto a la mirada de terceros. Esa tensión me gusta, todos somos vulnerables en esta dinámica porque al estar grabando, nace una violencia breve y latente. Acá dejo la liga al proyecto: www.instagram.com/videoportrait

Segmentos de conversaciones de gente que rechazó colaborar.

1.
[…] nunca duermo a la misma hora y hace un par de años sufrí de un secuestro exprés, actualmente un familiar está secuestrado, por seguridad no podría y como creadora artística no participo en proyectos de otros artistas como regla.
Saludos y suerte en tu proyecto
Gracias

2.
Te agradezco pero no me agrada q me tomen fotos, x cierto soy fotografa.

3.
gracias lindo pero no creo pueda hacerlo, duermo con mi novio que es desconfiado hasta de su sombra…jaja , saludos

4.


alfredo me encantaria!!! pero ando muy lejos, estoy temporalmente viviendo en alemania, pero si te interesa te puedo mandar una foto de mi dormida, jajaja, no es lo mismo dados las caracteristicas de l proyecto, que por cierto me parece muy bueno, yo aca hago lo mismo, preguntandole cosas raras a la gente que no me conoce, alemanes, en las fiestas, acerca de sus vidas sexuales y esas cosas, me divierto mucho, unos si se abren, otros…..les cuesta jajaja, (…) imaginate!! la otra vez me encontre con un tipo que dice que tiene 5 anios sin nada de nada, es todo un sensible!! dice que se esta guardando para quien lo merece mi vida!!! ya no se encuentran de esos! en fin, este anio regreso a mexico, te aviso para conocernos y para ver que andas haciendo, aca yo hago foto de paisaje, porque no hay de otra el paisaje esta hermoso! luego subo algo y te aviso, vale!! mucha suerte!!

5.
me interesa mucho tu proyecto, pero creo que sería difícil para mi aquí, pues no vivo sola, si gustas podemos buscar un lugat dónde encontrar la suficiente paz para que pueda yo dormir… ah, sería maravilloso (…) mira, podría ser el lunes por ejemplo en mi estudio, todos están de viaje, con mi hijo no hay problema… piénsalo, vivo en la colonia juárez…y podremos tener privacidad…

6.
(…) espero comprendas que en esta etapa del pais me es imposible colaborar contigo, de antemano te agradezco y te deseo suerte para un proyecto tan interesante y arriesgado buena tarde.

7.
hijole , suena bien es que el problema que yo necesito tomar clonazepam para dormir y tardo mucho en dormir pero si te puedo ayudar en algo mas kon gusto (…) no de verdad no puedo aparte vivo todavia kon mis padres

8.
Hola Alfredo, ya eché ojo de tus fotos y si me permites opinar como crítica de arte… están malísimas. Tienes una joya en las manos, un tema increíble. No es posible que lo desperdicies de esa manera.
Fotografía gente con estilos más definidos, intenta reflejar qué es lo que están soñando, qué angustias los consumen o que felicidades los arroyan.
Tu proyecto puede ser algo exquisito que te lleve muy lejos, no lo desperdicies así.
No estoy interesada en participar.
Suerte.
Ojalá te des la oportunidad de comer unos hongos o una gota de lsd q abra tu mente un poco más para percibir la intriga del sueño y lo onírico.

9.
Si podria pero no en mi casa entiendes y seria erotica no porno a tus ordenes
Esta equivodado
Tal vez dormir unas horas pero no toda la noche

10.
tomo fotos, no salgo en ellas, como podría colaborar?

11.
interesante , cuanto pagas?

12.
La cuestión es la siguiente; yo vivo en casa con mi familia, papas y hermanos y sinceramente no creo que a mis papas les agrade ni un ápice la idea de que un extraño este en la casa tomando fotos de alguno de nosotros

13.
La decisión pues (como sabes) no nada es fácil, supongo estarás acostumbrado a que la gente se piense un poco para responderte, en mi caso debo decir que, si me lo permites, lo pensaré pues honestamente me cuesta un poco de trabajo aceptar hacerlo pues no te conozco (ni tú a mi) y eso te obliga a pensarlo detenidamente…

14.
(…) me encantaría apoyarte, pero tengo dos razones muy importantes por las cuales me es imposble, te las voya a decir para no ser grosera, la primera es que en estos momentos me encuentro viviendo en la cuidad de Chilpancingo Guerrero, la segunda es que cada vez que vengo al Distrito Federal me quedo en casa de mi padre y es cerrado, en fin espero que en otro proyecto que tenagas poderte ayudar, me encanta la fotografía, desafortunadamente por cuestiones personales no la he ejercido como a mi me hubiera gustado.
Sin más por el momente me despido de ti, esperando que en otro momento podamos coinsidir….

15.
(…) lamentablemente tengo firmado un contrato con un representante, en el que me comprometo, durante 10 anios, a que el sea el unico que pueda manejar mi imagen (eso fue en 2010), esto me ha traido problemas porque no puedo presentarme muy publicamente pues en caso de que alguien me tome fotos, yo puedo ser demandado. No sabes que incomoda es esta situacion; la verdad es que me vi obligado por una crisis economica.

16.
gracias peroo este no creo que se pueda por lo mismo de que tengo 12 años D: asi que eso no se tendria que consultar conmigo pero de todas formas gracias y tu tambien pasa un muy buen lunes

17.
Mira el proyecto suena. Uy interesante y me encantaría que fueras mi amigo para que la confianza no fuera un obstáculo , por otro lado estoy por operarme y estaré en recuperación ,cosa que también dificulta que yo participe , pero probablemente despues hasta te busque pues quiro un estudio fotográfico blanco y negro artístico de mi desnuda

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