Imagen cortesía de Álvaro Reyes
A Álvaro Reyes (Madrid, 1988) el personaje se le fue de las manos. Hace tres años abrió un canal en YouTube en el que presumía de la eficacia de sus métodos para ligar con mujeres y acabó convertido en un vulgar telepredicador. En sus más de 600 tutoriales, sobre cómo abordar a una guiri o besar a una chica en menos de cuatro minutos, el gurú de la testosterona probaba sus técnicas de seducción en el laboratorio de la calle. Allí se creó el monstruo, una peligrosa caricatura en la que, dice, ahora no se reconoce. Nunca imaginó que los vídeos en los que animaba a los pagafantas a no aceptar un no por respuesta podrían llegar a interpretarse como una incitación al acoso y la violación. Ocurrió que al encantador de serpientes los medios le hicieron la cobra y en los últimos meses se le han echado encima varias organizaciones contra la violencia machista que piden, a través de una campaña en Change.org, el cierre de su canal. El autoproclamado coach de la seducción intenta defenderse en una entrevista exclusiva para VICE. “He aprendido la lección y asumo mi error”.
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VICE: ¿Cómo pasaste de ser el fucker de España a machista de manual?
Álvaro Reyes: Nunca me he considerado ni fucker ni machista, ni siquiera un gurú, simplemente soy una persona que quiere inspirar a los demás y a ayudarlos a mejorar sus vidas y, como consecuencia, que mejoren la del resto. Todo este revuelo comenzó en abril de 2014, cuando dos periodistas me contactaron para asistir a una de mis conferencias. Querían ver cómo trabajaba porque les parecía algo novedoso lo que estaba haciendo e iban a escribir un reportaje. Estos periodistas, después de darme la enhorabuena y felicitarme por mi trabajo, decidieron publicar algo completamente diferente a lo que me habían dicho, lo que me costó mi primera polémica en Internet. El resultado fue que miles de personas me insultaron y me desearon la muerte. Fue una experiencia desagradable que no le recomiendo a nadie.
¿Te arrepientes de lo que hiciste?
No me arrepiento, porque gracias a ello he conseguido evolucionar y crecer como persona. Sí que es cierto que me equivoqué y pido perdón por ello. Pagué la novatada. Era mi primera etapa en YouTube, no tenía experiencia, hablaba sin filtros y creía que todo valía para aumentar la audiencia, como aquel vídeo del Beso Ciego, por el que ya me disculpé y por eso lo retiré rápidamente de mi canal. Ahora veo vídeos del pasado y me veo totalmente cambiado, no me reconozco. Ahora ofrezco un mensaje más valioso, mucho más centrado en el campo de la mejora personal.
Las chicas que saco en Internet me han dado el consentimiento para colgarlo con la condición de que mantenga su privacidad. Es cierto que he podido dar la impresión de aprovecharme de ellas, pero la verdad es que con muchas de ellas mantengo una buena amistad.
¿Cuándo ha cambiado tu “método” desde entonces?
Todo cambió a raíz de enamorarme, algo que creía que no me iba a pasar jamás. ¡Pero pasó! Es cierto que en mis enseñanzas anteriores trataba más a la mujer como un objeto, y eso se veía reflejado en mis vídeos, pero a raíz de tener una relación me cambiaron los esquemas.
Antes estaba más enfocado en las técnicas, ahora me centro más en el desarrollo de la confianza, la naturalidad y la espontaneidad. No quiero construir robots que repitan las mismas frases una y otra vez y que traten a las mujeres de una manera superficial. Cada persona es única y tiene una historia personal diferente, algo que les hace ser muy valiosos, auténticos y reales. Les enseño a valorarse a sí mismos, a perder sus miedos, les explico la importancia del respeto, de intentarlo pero también de saberse retirar a tiempo, les ayudo a mejorar sus habilidades comunicativas y a hablar de una manera atractiva.
En conclusión, los alumnos se sienten mas competentes, más seguros de ellos mismos y disfrutan mucho más de su vida. La gente que ha venido a mis talleres, también mujeres, agradecen mis enseñanzas y muchos aseguran que mi método les han ayudado a tener una relación sana con su pareja, incluso varios me han invitado a sus bodas. Por cosas así, me encanta mi trabajo.
¿Qué piensa tu pareja de lo que haces?
Lo respeta. Cuando me conoció sabía a lo que me dedicaba. Ella es psicóloga y además asiste y participa en mis seminarios para aportar su visión femenina a mis alumnos, a los que da consejos. Pero también reconoce que me he equivocado en algunos vídeos y, créeme, me ha dado más de un tirón de orejas. Está contenta con mi evolución y confía en que pueda seguir ayudando a otros hombres a ganar confianza. La clave de mi método es lograr ofrecer momentos inolvidables y de calidad a la persona que uno tiene delante.
Pero sigues besando a chicas por la calle, ¿verdad?
Sí, lo sigo haciendo cuando estoy grabando vídeos o cuando estoy dando seminarios. Mi trabajo es mostrar a la gente que mis enseñanzas funcionan y la mejor manera de demostrarlo es teniendo pruebas de que pueden tener resultados. De hecho, las chicas que saco en Internet me han dado el consentimiento para colgarlo con la condición de que mantenga su privacidad. Es cierto que he podido dar la impresión de aprovecharme de ellas, pero la verdad es que con muchas de ellas mantengo una buena amistad.
Aunque tu vida presente haya cambiado, el pasado reaparece y es algo con lo que hay que lidiar.
¿Te consideras machista?
Sí, lo he sido por mis comportamientos en el pasado, es innegable, y reconozco que he cometido errores. Desde que he adquirido otro nivel de conciencia he decidido cambiar esa forma de comportarme y de educar a mis alumnos. Y las experiencias, tanto mías como la de mis alumnos, han sido mucho más positivas, ya que diariamente recibo mensajes de agradecimiento.
Has asumido tus errores y pedido perdón pero Change.org sigue pidiendo tu cabeza.
Aunque tu vida presente haya cambiado, el pasado reaparece y es algo con lo que hay que lidiar. Muchas veces criticamos y juzgamos las cosas desde el miedo y desde el desconocimiento, pero agradezco esta oportunidad que me da la vida para transmitir a mucha más gente mi mensaje. Seducir y amar es algo humano, no rechaces tu naturaleza, pero para poder hacerlo, empieza por ti mismo y no dejes que el pasado defina tu futuro, sólo tu puedes mejorar tu vida.
Dices que estás leyendo mucho para reinventarte como coach. ¿Llegará El segundo sexo a tu mesilla?
Desde luego, no lo descarto. Me encanta leer cosas nuevas y seguir formándome. Ya lo decía Francis Bacon: el conocimiento es poder. O Warren Buffet: cuando más aprendes, más ganas. Además, para los que creen que me conocen, pero en realidad no, me gustaría añadir que apoyo el feminismo. Pero no me gusta que el feminismo se lleve a los extremos, porque ahí es cuando existe la desigualdad y donde se genera el odio y rechazo hacia el resto de la sociedad. Siempre que una persona cumpla las condiciones para desempeñar un trabajo debería ser valorada por igual, independientemente del sexo. Me gustaría agradecer la oportunidad de expresarme y explicar las cosas porque, como dice el gran Dyer, “cuando juzgas a otros no los defines, te defines a ti mismo”.