Artículo publicado por VICE Argentina
Durante la década del 80 y 90 vivimos la invasión más salvaje de la cultura pop en el mundo. TV, cine y videojuegos se alojaban en nuestros cerebros como si pasaran por un cable plug-in y salían por el plug-out de nuestra imaginación en las aventuras que vivíamos junto a nuestros juguetes. Hoy esos aventureros ya andan por los 30 pero el consumo cultural les quedó grabado para siempre y no se van a poder despegar de los Masters of the Universe de He-Man, los GI Joes, Star Wars y Batman, entre otros elementos de la cultura de nuestra infancia. Muchos de estos treintañeros se convirtieron en coleccionistas para reconstruir la historia personal de los juguetes que perdieron, rompieron o nunca pudieron tener. Otros se convirtieron en toy makers (creadores de juguetes) porque necesitaban seguir expulsando su imaginación a través de los juguetes y creando los que nunca existieron pero les hubiese encantado tener.
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Los art toys son juguetes de autor y están pasando por su mejor momento a nivel mundial. Una escena que mezcla la premisa punk rock del “hazlo tú mismo”, técnicas artísticas, coleccionismo retro y un gran amor por la cultura pop de todos los tiempos.
Pasaron varios años desde la llegada de esta disciplina a la Argentina. Hoy cada vez son más los toy makers nacionales y hasta podemos hablar de diferentes generaciones. Para reconstruir la historia de la escena nacional de art toys, VICE Argentina se reunió con algunos de los protagonistas de la movida.
KALAKA: Toys con actitud Punk rock
Matías Paluch de Kalaka Toys, también dueño de la mítica tienda Kalaka ubicada en la galería Bond Street en la ciudad de Buenos Aires, es uno de los estandartes nacionales que lleva en alto la bandera toy maker. Kalaka comenzó su empatía por los juguetes desde chico y a los 15 años ya vendía sus primeros experimentos en el Parque Rivadavia que consistían en intercambiar partes de figuras de acción poniéndole la cabeza de una al cuerpo de otro.
En el 2001 se fue a vivir a Los Ángeles en donde conoció galerías de arte como la Galería La Luz de Jesús. Estimulado por esta nueva información y también por necesidad comenzó a hacer piezas de arte con juguetes intervenidos que vendía en pequeñas galerías. No fue hasta 2010 que sacó su primera figura en resina llamada Soul Sucker (una mezcla de Skeletor y un villano de Voltron) que venía acompañado de stickers bizarros hardcore vieja escuela: “Esas las vendí a un precio que no le sacaba nada, pero me servía para mostrar lo que hacía”.
Matías participó con sus toys en el 2013 en una muestra organizada por Mishka (marca de ropa que defiende el arte alternativo) donde conoció y le dió toys a Frank Kozik, uno de los máximos exponentes en art toys en el mundo. Uno de sus mayores logros fue participar en la Designer Con 2017, realizada en California, en dónde Matt Groening se acercó para conocer su trabajo, ya que él había hecho la figura de Bartor (mash up entre Skeletor y Bart Simpson de la marca Crime).
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Su trabajo más reciente fue Shogun Warlord, que fue producido en una fábrica de juguetes con una tirada mayor a lo acostumbrado. Esta figura contó con muchas variantes y con la intervención de varios artistas, entre ellos, el popular ilustrador Skinner: “Lo del Shogun fue una experiencia nueva, para ver otro modo de hacer las cosas. Ahora voy a seguir con la resina que es lo que más me gusta”. Kalaka es hoy uno de los principales toy makers del país, una marca que viaja por el mundo desde Argentina.
Bombermat Toys: creando espacios para la escena argentina de art toys
Bombermat Toys es la marca de Matías Bomber, otro nombre importante en la escena, no sólo por los art toys que produce sino también por su rol como organizador de la muestra argentina IndieToys Ar. El primer art toy que vio fue el Gay Trooper de Sucklord en Internet. Con esa nueva información en la cabeza sus primeros pasos en la disciplina lo llevaron a conocer a Carlos Giménez, coleccionista Cordobés que realizaba juguetes customs con figuras de He-Man, también comenzó a meterse en foros de juegos de rol donde se discutía como clonar miniaturas en plomo.
Su figura debut en el arte de la resina fue el Kathulu Yuppie (2011) un empresario con la cabeza del famoso personaje del escritor H.P. Lovecraft. Ese año sacaría a Lard Vader, un Darth Vader gordo que sería el primero de la colección que llamó Shit Wars. Esta serie lo pondría bajo el spot años más tarde cuando Seth Green (Creador de Robot Chicken) compartió una foto de un Boba y Jango Fatt (versiones gordas de los personajes) en la San Diego Comic Con 2014.
Durante el 2013 la revista especializada en Art Toys Cuttler lo convocó para participar de una muestra en New York junto a otros artistas. En donde Sucklord, una de sus influencias, conocería su trabajo.
Para seguir ganando experiencia estudió diseño de personajes junto a Patricio Oliver (Diseñador gráfico argentino qué trabajó haciendo Art Toys para Kidrobot) y comenzó a juntarse con otros toy makers como Trucho Toys (creadores del Mash up entre virgencita y Skeletor llamado San la Muerte), Hydra Toys (con quien realizaría en conjunto una figura de Papa Emeritus, cantante de la banda Ghost B.C) y Legión Toys.
Su faceta de organizador la encaró junto a César Zanardi (toy maker creador de Cerrito). La premisa era mostrar juguetes artesanales de resina, pero también abrir las puertas a otros materiales y disciplinas, como la tela, la madera, peluches, amigurumi (técnica japonesa de crochet para hacer muñecos), etc.
La primera muestra fue en el 2016 bajo el nombre IndieToys AR y en 2017 repitieron la experiencia esta vez con un tópico que era hacer una muestra basada en el personaje de Skeletor, figura vital en el mundo de los juguetes.
“Hacer toys requiere mucho trabajo para una sola persona. Son muchas horas en las que haces vos solo un trabajo industrial”. Hoy Bomber sigue trabajando para sacar nuevos juguetes con su marca personal en donde combina el amor por las figuras de acción de 3 3/4 pulgadas (10 cm) de series como Star Wars, con el metal y lo bizarro.
Resin Boys: Unidos por la resina
Los Resin Boys son Pablo Guzmán (Facker Toys), Danter Cuius (Legion Toys), Enzo Tedesco (Multiverse Customs) y Jeremias Janikow (Kosmo Toys). A todos los atraviesa el coleccionismo de figuras como MOTU (He-man), Tortugas Ninjas, Star wars y Súper amigos. La posibilidad de crear millones de variantes y así ampliar sus universos fue uno de los motivos por los cuales decidieron meterse en el mundo del Art Toy. “El custom me pegó por un catálogo de Kenner (Empresa de juguetes) que tenía variantes del Batman de la película de Tim Burton y le dije a mi viejo que me pinte un Batman de naranja. Después, con la llegada de Internet, descubrí cómo podía completar mi colección usando figuras ya existentes”, nos cuenta Enzo que está involucrado con la resina desde hace 15 años.
Luego la formación de cada uno fue autodidacta y dependió también de los que ya estaban en la escena. Dante de Legión, que hace toys desde hace 4 años, conoció a Matías Bomber, y los gustos por el hardcore punk y el coleccionismo de GI Joe los unió. Con él aprendió como trabajar la resina. Luego con el tiempo se fue especializando viendo videos de Youtube. Jeremías hizo un camino desde las artes plásticas y con la curiosidad de aprender a trabajar moldes se anotó en un curso, “Fui a un curso de resina que daban dos embarazadas, en donde no se podía usar resina por su contenido tóxico. Era un curso más tirando a las figuras porcelana fría y escultura básica”, luego siguió probando y arrancó a hacer toys desde el año pasado.
“Veo que hay mucha gente que se copa con lo que hacemos, me preguntan cómo lo hago, dónde compro las cosas. Yo veo que dentro de un par de años va a haber un montón de gente haciendo esto”, dice Pablo que con su He-Zinger (Mash up entre He-man y Mazinger) se ganó un protagonismo importante en el mundo del art toy argentino.
“Vivir en Argentina es jugar un video juego en HARD, tenés que hacer todo de una manera más difícil como por ejemplo conseguir los materiales. Pero la materia prima humana es genial, hay mucha gente muy valiosa haciendo cosas. Tener un art toy es como el grabado del Siglo XXI, es comprar un objeto de arte de los cuales existen por ejemplo 15 y después no existe nada más” nos cuenta Jeremías. “Sentarme a hacer juguetes, moldes, pintarlos… es lo que me hace feliz”, sentencia Dante.
La unión de los Resin Boys los ayuda a pasarse información, aportar en trabajos y compartir ferias, pero cada uno con su marca tiene una identidad propia. Es muy personal la búsqueda que hace cada toy maker a la hora de encarar su trabajo.
Punk and Pop: de ponys drag y fusiones de opuestos
Creadora de la línea “Mi desviado Pony” Sofía Libertad es una de las nuevas caras de la escena con su marca Punk and Pop. Con formación en bellas artes empezó a investigar sobre la disciplina con su profesora de escultura, quien le presentó a la persona que le hacía los moldes. Luego se puso en contacto con Ariel Jonathan de Onedeadeye que le pasó las recetas y tips para hacer las figuras en resina. Hoy tiene un diálogo fluido con los Resin Boys, con los que se pasa información y coopera en trabajos. Internet juega un papel importante en su formación “Aprendí a hacer moldes por Instagram siguiendo a un montón de artistas de afuera”.
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Su obra cuenta con comentario social. La serie “Mi Desviado Pony”, siguiendo el espíritu de My Little Pony, cuenta con cuatro modelos: drag, cannábico, vegano y albino (este último aún no salió). Pero también, como el nombre de su marca lo indica, juega con los opuestos. Tal es el caso de su última figura Bapho Fett, una fusión entre el icónico personaje de Star Wars y la deidad pagana Baphomet.
Greenbag Toys: Amigos sado y de plasti.co
La ciudad de Buenos Aires tiene una nueva juguetería desde el 2016 llamada Plasti.co. Su dueño es Chester Greenbag (Greenbag toys) creador del art toy Sammy sado friend, que tuvo un proceso de creación diferente al de los otros toy makers que nombramos anteriormente.
Chester es ilustrador y diseñador, conoció la disciplina por Internet y lo ayudó a amigarse con la idea de comprar y coleccionar juguetes. En el 2011 comenzó a trabajar en jugueterías, en donde tuvo un acercamiento con el ambiente comercial y con el mundo de los proveedores y distribuidores de juguetes. Esta experiencia lo impulsó a sacar su primer art toy con un personaje creado por él. Sammy ya existía en la mente de Chester desde el 2007, pero siempre fue un personaje que se movió por la bidimensionalidad. Estaba en murales, stikers, tablas de skate, etc. En el 2015 con la idea de sacar su primer toy lo rescató de sus archivos.
Sammy fue creado materialmente por un equipo armado por Chester. Contó con modelado e impresión 3D y las copias se hicieron en una fábrica de plásticos, donde se hacen las virgencitas. Desde el primer momento fue pensado como un producto y gracias a la campaña de crowdfunding creada en Idea.me tomó vida. El art toy de Chester apareció en las calles con una estructura de publicidad en redes, pósters en comiquerías, canción propia y otros elementos de seducción. También dentro de la tirada salieron ediciones especiales intervenidas por artistas. “Yo trabajaba 8 horas en un shopping y a la noche diseñando Sammy en mi casa”. La experiencia de Sammy lo llevó a viajar y exponer en la muestra Art Toy Culture de Corea del Sur en él 2017.
Hoy atiende en Plasti.co, una juguetería en donde los juguetes no están ordenados por género, y mezcla el coleccionismo con los juguetes para chicos.
La escena de art toys Argentina cuenta con muchos protagonistas más. Como mencionamos anteriormente Patricio Oliver, César Zanardi y Carlos Giménez son también nombres importantes en la movida. Y las nuevas marcas de toys que se fueron sumando como Onedeadeye Toys, Newman Toyz y la colección de Tierra de Tumores del director de cine Pablo Parés. Una disciplina que se alimenta de las ganas de hacer cosas, de investigar y de imaginar. Mientras termino de escribir esta nota veo una factura de la empresa de agua que tengo que pagar, también veo un estante con figuras de acción. Adivinen en donde me gustaría gastar el dinero que tengo.