Wigglytuff en el Castillo Real en la Ciudad Vieja de Varsovia, Polonia. Foto por Maciek Piasecki.
Pokémon Go es relevante ahora, así que los millennials han renunciado a mirar cualquier otra cosa que no sean sus teléfonos para atrapar a un Rattata, después de otro Rattata, después de otro Rattata. Que, para ser justos, iba a suceder tarde o temprano. Ciertamente hay un riesgo en todo esto; algunos jugadores han sido asaltados y una mujer en Wyoming encontró un cadáver mientras estaba buscando pokémones. Por otra parte, la vida misma puede ser peligrosa incluso cuando no estás cazando un hámster virtual púrpura. Si vas a morir, muere haciendo lo que te gusta. Si vas a morir, muere jugando Pokémon Go.
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Básicamente, nada ha cambiado —el mundo no es menos hermoso cuando sólo lo registras a través de la aplicación. Para demostrar este último punto, nuestros editores europeos de VICE visitaron las atracciones principales de sus ciudades y les tomaron fotos a través del lente de la nueva realidad aumentada. Por ejemplo, un pez de aspecto aterrorizado está obstruyendo parcialmente la vista del Palacio del Sexo en Ámsterdam.
Doduo en la playa de la Barceloneta en Barcelona, España.
Foto de Alba Carreres.
Growlithe en la Sagrada Familia en Barcelona, España.
Foto de Alba Carreres.
Drowzee en el Palacio de Cultura y Ciencia en Varsovia, Polonia.
Foto de Maciej Piasecki.
Magikarp en el Palacio del Sexo en Ámsterdam, Holanda.
Foto de Rick Beaune.
Staryu en la Damstraat que conduce a la Plaza Dam en Ámsterdam, Holanda.
Foto de Rick Beaune.
Rattata (o Rattfratz en alemán) en la Iglesia de San Carlos en Viena, Austria.
Foto de Federica Ferkova.
Drowzee en la Puerta de Brandenburgo en Berlín, Alemania.
Foto de Karl Kemp.
Venonat en el Bundestag en Berlín, Alemania.
Foto de Karl Kemp.
Magikarp en Nyhavn, en Copenhague, Dinamarca.
Foto de Danika Perman.
Tentacruel en el puente Ribja sobre el río Ljubljanica en Ljubljana, Eslovenia.
Foto de Nina Perovic.
Weedle en la Plaza Prešeren en Ljubljana, Eslovenia.
Foto de Nina Perovic.
Poliwhirl (o “Quaputzi” en alemán) en la Iglesia Fraumünster en la Vieja Ciudad de Zúrich.
Foto de Julian Riegel.
Oddish en la Galería Vittorio Emanuele II en Milán, Italia.
Foto de Vincenzo Ligresti.
Psyduck cerca de la fuente afuera del Castillo Sforza en Milán, Italia.
Foto de Vincenzo Ligresti.
