Los autorretratos de la fotógrafa húngara Borbála Földes son todo menos algo personal. Aunque sus imágenes en blanco y negro son hechas casi en su totalidad con su cuerpo; el sentido de identidad individual queda en espera en su trabajo que es visualmente abstracto y corporal, y que actúa como una crítica de nuestra cultura egocéntrica y repleta de selfies.
Explorando las propiedades formales del cuerpo humano, el trabajo de la artista recuerda a los desnudos de Robert Mapplethorpe o las construcciones corporales digitales de Asger Carlsen. Pero Földs sobrepasa y deforma los límites de la abstracción corporal en algo totalmente diferente a Mapplethorpe o Carlsen. Transformando su cuerpo hasta que sea irreconocible e inhumano, Földes no deja lugar a los juicios basados en sus cualidades físicas, algo que inevitablemente hacemos al ver a otra persona.
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En sus fotografías, el cuerpo de Földes se convierte más en material como la pintura de un pintor que en un cuerpo humano inflexible socialmente. Una lengua que sale de un hueco bocal, como una serpiente saliendo del suelo de un desierto. Un cuello extendido con cierta inclinación que se parece más a una toma arquitectónica que anatómica. Los ángulos que produce el cuerpo de la artista son muy extraños, debido a sus protuberancias óseas y contorciones complejas. Casi como una alquimia corporal, todo sentido de humanidad se pierde.
De igual manera, el proceso de Földes para realizar estas imágenes es una experiencia que va más allá de la realidad: “Cuando veo a través de la cámara, me vuelvo ajena”, comenta a Creators. “Ya no es mi cuerpo, sólo formas, texturas y sombras. Mientras tanto, dejo que el espectador se acerque y vea a mi ‘verdadero’ yo.”
“Es una gran aventura para explorar los cuerpos humanos,” agrega. “Mi trabajo es sobre explorar el realismo de estas formas y figuras, y también intentar encontrar algo oculto en ellas.”
Para ver más del trabajo de Borbála Földes visita su sitio o su Instagram.
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