Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:
Cuando hablamos de aficiones de baloncesto seguramente nos viene a la cabeza el OAKA de Atenas vibrando, la Mano de Elías de Tel Aviv en plena ebullición o un día cualquiera en las gradas de los pabellones turcos. A veces nos dejamos llevar muy lejos y olvidamos lo que tenemos aquí… como en el caso del Baskonia, cuya afición invade Berlín estos días.
Videos by VICE
Nosotros, los baskonistas, somos una de las mayores —y mejores, por supuesto— aficiones del panorama europeo a pesar de no ser todavía uno de los grandes clubes del continente… aunque vamos por el buen camino.
Más baloncesto: Stephen Curry se cree un enviado de Dios… y por esto triunfa
En nuestra quinta aparición en una Final Four de la Euroliga, la afición y el equipo nos preguntamos: “¿Y por qué no ganar?”. De nuevo, no somos los favoritos, pero aterrizamos en Alemania con grandes esperanzas: nuestro espíritu y carácter son las mejores armas para asombrar a todo un continente desde nuestra pequeña pero gigante Vitoria-Gasteiz.
Estos días volvemos al candelero europeo tras superar el Top-8 como equipo revelación y tras barrer al Panathinaikos griego por 3-0. A nosotros ya no nos sorprende codearnos con los históricos “ricos” del continente y competir de tú a tú con ellos. Tiramos de corazón.
Desde hace un par de años, el Laboral Kutxa Baskonia tiene el pabellón con mayor capacidad de la ACB. En el Fernando Buesa Arena entran hasta 15.504 almas, a pesar de que Vitoria no es precisamente una ciudad demasiado grande —el censo nos sitúa en el umbral de los 250.000 habitantes .
De hecho, creo que la clave del éxito reside en que tenemos el tamaño justo para que nuestro equipo se convierta en un identificador muy representativo para la población. Eso es algo que nunca se podrá entender en urbes como Barcelona o Madrid, históricamente cautivadas por el fútbol; para ellos, los equipos de baloncesto son entidades de segundo orden.
¡A por ellos! :muscle:#ArabaINBerlin #WhyNotBaskonia pic.twitter.com/mD7LWmdNLC
— Saski Baskonia (@Baskonia) May 11, 2016
De todas las edades, sexos y condiciones: la afición del Baskonia no conoce límites
De todos es conocido el frío continental que atraviesa esta tierra, famosa por… sus patatas. A pesar de ello, lejos de amedrentar a la afición en los largos inviernos, los fans del Baskonia nunca fallan y siempre reciben calurosamente a los jugadores. Cada canasta en nuestro coliseo es celebrada con una atronadora alegría: no tengo ninguna duda de que somos la peña más ruidosa del baloncesto estatal.
En cada punto, rebote o balón dividido nos va la vida, el alma: y no es nada nuevo, porque esto se ha transmitido a través de varias generaciones de baskonistas. Hace ya dos décadas que pisamos fuerte en Europa con aquella Recopa de 1996 ganada en casa, y desde entonces no paramos de alcanzar nuevas cotas.
¡Calentando motores! Continúa la fiesta en Baskonia etxea ¡Qué ambientazo! #ArabaINBerlin #WhyNotBaskonia pic.twitter.com/iNb048pS6X
— Saski Baskonia (@Baskonia) May 13, 2016
Sea como sea, cada vez que el equipo participa en cualquier torneo la afición acude en masa… y se hace notar. Nuestra fidelidad viaja siempre con el equipo; las calles de las ciudades anfitrionas se contagian de nuestros colores y nuestra efervescencia.
¿Que no? Mirad la que liamos en A Coruña durante la pasada Copa del Rey:
¡Vaya espectáculo la afición de @Baskonia! pic.twitter.com/NVXwmBYtyL
— David García (@David_Garcia_) February 20, 2016
Entre nuestros jugadores más carismáticos se encuentran los Luis Scola, Thiago Splitter, Andrés Nocioni, José Manuel Calderón, Fabricio Oberto… mitos que han hecho germinar la ecuación equipo-afición y nuestro lema, “Carácter Baskonia”.
Exactamente el carácter es nuestro sello, el sexto jugador invisible que hace ganar esos partidos en los tiros libres, que aprieta en los finales de infarto y que empujar a los jugadores a disputar cada salto por el rebote.
Ni siquiera la mala relación entre el presidente Josean Querejeta y el grupo ultra Indar Baskonia pudo evitar una decisión imprescindible para llenar hasta el último anillo del pabellón: hacer bajar a la hinchada más joven a las primeras filas tras la ampliación del Buesa hace un par de años. Un acierto de la directiva bien correspondido por los aficionados.
Gracias a la ampliación del aforo, la media de espectadores en casa es la mayor de la Euroliga —11.622 espectadores de media superando a históricos como el Panathinaikos, el Real Madrid o el Estrella Roja— y la segunda mayor de la ACB —9.528 espectadores de media en la 2015-16—.
¿Son la mejor afición de la F4? Sí
Are they the best supporters? I think so. @Euroleague @euroligaplus @Baskonia pic.twitter.com/ILurHpq2Qg
— Íñigo Caínzos (@icainzos93) May 12, 2016
Para cualquier hincha que asiste al pabellón, finalizar un partido equivale a terminar una batalla, a sentir un abatimiento muy profundo. El cerebro se llena de un torbellino de imágenes y recuerdos que conectan al espectador con sus colores… justo antes de que vuelva a su via perfecta, lineal y gris.
El idilio baskonista con Europa empezó en 2001, en Bolonia, cuando nos jugamos nuestra primera Copa de Europa ante la titánica Kinder de Ettore Messina y Manu Ginóbili: caímos en el quinto partido del playoff (82-74), y como siempre con la cabeza bien alta.
Después llegaron cuatro años de ensueño: entre 2005 y 2008 nos plantamos en las finales a cuatro de Moscú, Praga, Atenas y Madrid… ¡con cuatro entrenadores diferentes! A pesar de los grandes momentos vividos, siempre nos quedamos con la miel en los labios.
En esta Final Four, pase lo que pase, el Baskonia ya ha ganado en la grada y en las calles de Berlín. Por todo ello, deberíamos reconocer que si no somos de las mejores aficiones, podemos competir para ser una de ellas. Europa nos debe una: AUPA BASKONIA!
Si te atreves, puedes seguir al autor en Twitter: @metanforas