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Drogas

El cannabis puede acabar con la adicción a la cocaína

El CBD puede ser la clave para acabar con la adicción a la cocaína.
TC
ilustración de Teresa Cano

España es el cuarto país de la Unión Europea en el que se consume más cocaína en la franja de edad comprendida entre los 15 y los 34 años y los últimos estudios publicados sobre el tema subrayan con preocupación las consecuencias derivadas de lo que algunos consideran ya una epidemia.

De hecho la cocaína es la segunda droga ilegal más consumida en Europa y en los Estados Unidos y, sin embargo, no existen tratamientos efectivos para remediar sus efectos negativos por lo que actualmente se están desarrollando nuevas estrategias terapéuticas para combatirlos.

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Científicos de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona han hecho un descubrimiento sin precedente: es posible que una sustancia derivada del cannabis atenúe los efectos derivados de la cocaína. Se trata del cannabidiol, también conocido como CBD, uno de los dos componentes cannabinoides más importantes de la planta de cannabis que no tiene efectos adictivos.


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Olga Valverde Granados es la investigadora que ha liderado el grupo que ha llevado a cabo el estudio y me cuenta que esta sustancia provoca una multitud de efectos en nuestro organismo como por ejemplo el de reducir la ansiedad, también tiene capacidad sedante, es neuroprotector, y puede provocar también mejoras en la memoria.

“Aunque muchas de las cualidades del cannabidiol ya habían sido objeto de estudio, en esta investigación hemos comprobado que puede ayudar incluso a desengancharte por completo de drogas como la cocaína”, explica Valverde. La experta aclara que este mismo componente también se está estudiando paralelamente para combatir los efectos del alcohol y la heroína y según parece también se están obteniendo resultados positivos.

"Consumir porros no sería el antídoto de la cocaína porque la marihuana también tiene una parte adictiva"

Durante la investigación efectuada por el grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento (GReNeC-NeuroBio) de la UPF, se ha adiestrado a una muestra de ratones para que cada vez que accionaban una palanca se auto administrara cocaína por vía intravenosa, de tal manera que se ha desarrollado una adicción en los animales.

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Los ratones eran introducidos en una caja durante dos horas diarias en las que había dos palancas. Una no hacía nada mientras que la otra les proporcionaba droga a través de un catéter que llevaban puesto.

En esta metodología de estudio los animales tocan una o la otra en función del placer recibido al tocarlas, por lo que si la experiencia les disgusta dejan de accionarlas. “Hemos podido comprobar que algunos animales llegaban a accionar la palanca hasta cien veces para recibir una sola dosis de cocaína”; explica la científica.

A una parte de los animales de la muestra se les ha suministrado cannabidiol a través de una inyección a la vez que el animal se iba haciendo adicto. “Lo que hemos observado ha sido que los animales que han sido tratados con cannabidiol consumen un 50 por ciento menos de cocaína. Incluso ha habido ratones que ya no han vuelto a accionar la palanca para volver a recibir una dosis de cocaína, por lo que se puede deducir que reduce la ansiedad de consumir la droga”; me dice.

Posteriormente se han hecho estudios moleculares para ver cuál es el mecanismo por el que el cannabidiol está actuando. “Lo que hemos visto es que hay un fenómeno llamado neurogénesis, formación de nuevas neuronas en el cerebro, cuando les hemos administrado el cannabidiol, y esto está muy relacionado con la memoria”, asegura Olga.

“Lo que hace el cannabidiol es que impide que se creen estas memorias erróneas sobre la droga y facilita la creación de otros procesos de aprendizaje”

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Cuando se produce una adicción a una droga lo que se produce en realidad es como una especie de memoria errónea en la que nuestro organismo asocia de forma prioritaria la droga por encima de otras acciones como son comer, beber o relacionarnos con otra gente. “Lo que hace el cannabidiol es que impide que se creen estas memorias erróneas sobre la droga y facilita la creación de otros procesos de aprendizaje”, explica.

El porcentaje de los animales que no han vuelto a probar la droga después de haber sido tratados con cannabidiol ha sido variado. En los humanos ocurre lo mismo: no todas las personas que consumen por primera vez una droga les afecta de la misma manera ni todos nos comportamos igual ante ella.

“Hay una capacidad de vulnerabilidad individual que depende de factores genéticos y de factores ambientales. Lo que nosotros vemos en nuestro medio, en nuestras amistades, afectaría directamente en nuestro comportamiento respecto al consumo de droga”, nos dice la experta. Aunque estemos igual de expuestos a una droga esto explicaría por qué hay gente más proclive a consumirla o no.

Olga asegura que alrededor del 15% de las personas que han consumido por primera vez cocaína van a tener problemas de adicción a esta sustancia. “Aunque a simple vista puede parecer un porcentaje bajo realmente es significativo, porque una vez alguien se ha vuelto adicto este proceso es irreversible”; explica la científica.

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Valverde asegura que consumir porros no sería el antídoto de la cocaína porque la marihuana también tiene una parte adictiva, por lo que la persona en cuestión podría acabar enganchada a las dos substancias. Sin embargo en las personas que utilizan el CBD no sintético con fines recreativos y son además consumidoras de cocaína tendrían supuestamente menos posibilidades de engancharse a la segunda sustancia.

Desde el punto de vista experimental aún quedan muchas cosas por demostrar: “Vamos a suponer que alguien ha superado una adicción gracias a un proceso de desintoxicación. Lo que ocurre en el ser humano es que al cabo de seis meses o de un año puede volver a recaer porque es una enfermedad recidivante. En estas condiciones nosotros no lo hemos probado. Tenemos métodos para hacer que el animal recaiga en la adicción y ahora es lo que estamos experimentando”; explica.

“En el momento que tengamos más resultados positivos es posible que alguna farmacéutica se interese en el tema”

También queda por probar el estudio en seres humanos. “No quiero dar falsas expectativas a gentes que tienen el problema, pero lo que hemos encontrado podría ayudar a mucha gente”, me asegura Olga. "Una intervención desde el estado podría facilitar que esto se pudiera desarrollar, pero estamos hablando de aproximadamente algún millón de euros”, cuenta.

En países como Suiza el CBD se puede encontrar en el mercado sin problemas y en varios formatos. De momento en España, a pesar de que ha incrementado la demanda de cannabidiol y de que cada vez se consuma más, la situación es un poco confusa. Mientras la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios establece que las plantas de cannabis con concentraciones por debajo del
0,2 por ciento de THC no se consideran estupefacientes, por otro lado la comercialización del cannabis en todas sus formas queda prohibida.

Los resultados obtenidos con el estudio publicado por la UPF proporcionan más evidencias para utilizar el cannabidiol con fines terapéuticos. En este sentido se debería extraer la sustancia de la planta y convertirla en algún tipo de fármaco comercializable. “En el momento que tengamos más resultados positivos es posible que alguna farmacéutica se interese en el tema”; espera Olga.