Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
En año pasado sacamos una nota sobre dos agentes de la policía de Toronto que fueron suspendidos después de supuestamente comer demasiados comestibles con marihuana, pues los efectos fueron tan fuertes que no les quedó más remedio que pedir ayuda, llamando a la policía. Los oficiales se quejaron de “alucinaciones” y más tarde fueron tratados en un hospital.
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Parece ser una historia divertida, pero ¿los comestibles con marihuana realmente pueden hacerte sentir así de mal? Al igual que con cualquier otra droga, la respuesta depende de la dosis y la vía de administración; sin embargo, existe una diferencia fundamental entre el efecto que se obtiene al fumar marihuana y el que se obtiene al comer un brownie con marihuana.
En comparación con el efecto de fumar un porro, los comestibles pueden provocarte un efecto de aletargamiento físico mucho más fuerte y duradero, a veces de cuatro o hasta seis horas, pero esos efectos también tardan más en manifestarse. Sí, los efectos de fumar los sentirás en cuestión de minutos, y alcanzarán su punto máximo en entre 30 y 60 minutos, luego disminuirán lentamente en un lapso de dos a cuatro horas. De hecho, en el proceso de fumar se absorben más cannabinoides —los ingredientes que inducen los efectos psicoactivos de la marihuana, como el tetrahidrocannabinol (THC)— que al ingerir comestibles. Entonces, ¿por qué los efectos de los comestible son más potentes y duraderos?
“El problema no es que [la marihuana] se metabolice de manera diferente, es que se metabolizará en diferentes grados en las diferentes partes del cuerpo, dependiendo de la vía de administración”, explica Nick Jikomes, el principal científico investigador del sitio web Leafly.
Jikomes obtuvo su doctorado en neurociencia en la Facultad de Medicina de Harvard. Su trabajo incluye colaborar con laboratorios de pruebas de cannabis para crear mejores formas de clasificar las cepas de marihuana en función de sus perfiles de cannabinoides y terpenos. (Los terpenos son los aceites esenciales que se encuentran en las plantas y producen distintos aromas).
“La verdadera diferencia entre los comestibles y fumar o vapear es que con los comestibles una fracción mucho mayor de Delta-9-THC llega primero al hígado. Allí se convierte en 11-hidroxi-THC”, dice Jikomes. “En otras palabras, si fumas o vapeas, la proporción de 11-hidroxi-THC y Delta-9-THC es bastante baja, y si ingieres un comestible es mucho más alta”.
La mayoría de las personas han oído hablar del THC, pero el 11-hidroxi-THC es un cannabinoide claramente diferente y no ha sido tan estudiado. Gran parte de la investigación sobre el 11-hidroxi-THC es más antigua y se centra en la capacidad de detectarlo en las muestras de orina y los análisis sanguíneos, en lugar de en su psicoactividad.
El 11-hidroxi-THC es bastante potente, quizás incluso más que su primo. En un estudio de 1973, nueve hombres fueron inyectados con 1 mg de 11-hidroxi-THC, y luego con THC, y se les pidió que calificaran los efectos que sintieron en una escala de cero a diez.
“Después de la administración intravenosa de 11-OH-Δ⁹-THC, hubo pronunciados efectos psicológicos y farmacológicos… Se produjo una taquicardia marcada, un efecto psicológico intenso y síntomas considerables”, escribieron los investigadores del Laboratorio de Investigación Clínica de Lilly. “Todos los sujetos informaron un efecto psicológico máximo dentro de 2-3 minutos después de la administración intravenosa de 11-OH-Δ⁹-THC, el cual fue más intenso que el experimentado previamente después de fumar marihuana”.
Realmente no es mucho, y es casi completamente subjetivo, pero es una de las únicas investigaciones que existen.
Jay Denniston, químico analítico y director de ciencias de la productora de comestibles con marihuana Dixie Elixers, con sede en Colorado, dice que hay muchos otros factores involucrados en el hecho de que los efectos de los comestibles sean diferentes.
“La psicoactividad y los efectos del cannabis dependen no solo de los cannabinoides”, dice, “sino de los niveles de terpenos, del metabolito individual de la persona, de lo que esa persona haya comido ese día; dependen del escenario completo”.
Cuando fumas marihuana, el THC se absorbe en el torrente sanguíneo a través de los alvéolos en los pulmones. No obstante, el THC es un compuesto soluble en aceite, lo que significa que no se descompone bien en la sangre, que es principalmente agua. Por lo que, en cuestión de segundos, parece unirse a los receptores endocannabinoides del cuerpo, sin realmente tener la oportunidad de ser metabolizado por el tracto gastrointestinal.
En cambio, cuando ingieres cannabis, tu saliva inmediatamente comienza a descomponer ese THC. Una vez que llega al estómago y luego al hígado, se convierte en 11-hidroxi-THC.
“Ahora está unido a un compuesto de glucurónido, que hace que el 11-hidroxi-THC sea más soluble en agua”, dice Denniston. “Así que es mucho más ‘potente’”. Se podrá diseminar mucho, mucho más fácilmente a través de la barrera hematoencefálica. Una vez que es metabolizado, incluso, puede llegar más rápido a tu cerebro y a todo tu cuerpo”.
Por eso, aunque los comestibles pueden tardar entre 30 y 90 minutos en activarse, el efecto durará más y se sentirá más fuerte.
El efecto que producen en todo el cuerpo no significa que los comestibles sean “peligrosos”, incluso si hay gente, como los policías suspendidos, que ha tenido experiencias difíciles al probarlos. Después de todo, las enfermedades relacionadas con el alcohol matan a unas 88,000 personas por año, muchas más de las que mueren por sobredrosis de drogas, y nadie ha muerto por consumir marihuana.
“Técnicamente, sí puedes sufrir una sobredosis de THC, pero no puedes morir por ella, por lo que no es como los opioides”, dice Jikomes. “Hay una razón válida para preocuparse, pero ese tipo de precauciones ya las tomamos con muchas otras cosas, incluidas las medicinas tradicionales que vienen en empaques a prueba de niños. Creo que esto no es diferente”.
Jody Hall, fundadora de la compañía de comestibles con cannabis The Goodship, concuerda. “Cuando compras productos que no son seguros para los niños (OxyContin, productos farmacéuticos, armas o alcohol), necesita tener una conversación con tus hijos y ayudarlos a comprender que eso no es para niños o debes mantenerlo alejado de ellos”, dice.
Pero cuando se trata del uso para adultos, ¿cómo te aseguras de pasar un buen rato sin que se te pase la mano? En los lugares donde el cannabis es legal, como en Washington en E.E. U.U., donde se encuentra la compañía The Goodship, 10 mg de THC es la medida de la porción individual de los productos con infusión de marihuana. Pero si eres nuevo en esto, Hall dice que quizás quieras comenzar con una porción aún más pequeña, por ejemplo, 5 mg o 2,5 mg. Sin embargo, algunos comestibles pueden tener 500 mg o incluso 1000 mg, como es el caso de algunas barras de chocolate.
“Somos realmente muy reiterativos con relación a la microdosificación”, dice Hall. “Realmente alentamos a las personas a comenzar lentamente. La batalla continua contra la ‘Ruleta rusa de los comestible’ es real y nosotros queremos poner rueditas de entrenamiento a esa experiencia, que las personas puedan ir descubriendo su dosis ‘correcta’”.
Si terminas ingiriendo demasiado y comienzas a sentirte mareado o enfermo, hay algunas cosas que te ayudarán a sobrellevarlo. Cierra los ojos y bebe mucha agua, sugiere Denniston. Y si tienes un poco de cannabidiol o CBD, otro extracto de marihuana, eso puede amortiguar los efectos del THC. En estos días, el CBD viene en tinturas de uso oral e incluso en botellas de agua. Jikomes dice que esto podría funcionar, pero advierte que el CBD también puede afectar el metabolismo del THC de modo tal que podría prolongar su estadía en el torrente sanguíneo.
“No sé qué tan bien funcionará en la práctica… Lo más importante es estar, con anticipación, en un entorno donde te sientas cómodo, puedas recostarte y pasar toda la experiencia”, dice Jikomes. “Si tienes un vaporizador de CBD o algo así, ciertamente no estaría de más intentar probarlo para ver si te ayuda a aminorar los efectos”.
Entre tanto, es necesario llevar a cabo más investigación sobre el 11-hidroxi-THC. Y quizás alguien debería educar a la policía sobre la importancia de una dosificación adecuada en los comestibles.
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