Cuando el escritor Steve Englehart y el artista Frank Brunner se hacían cargo del título de Marvel Comics Doctor Strange en la década de 1970, se reunían cada dos meses para cenar, drogarse y pensar en qué nueva dirección darle al personaje.
Si nos fijamos en los últimos esfuerzos de marketing para la película de Doctor Strange —el superhéroe más reciente en unirse al Universo Cinematográfico de Marvel—, dirigida por Scott Derickson, parece que no fueron los únicos que se drogaron y hablaron sobre el Hechicero Supremo. Los trailers y posters de la película emiten una vibra mística y psicodélica que no se había visto en ninguna otra película de Marvel, con escenas que parecen haber sido arrancadas de los primeros números del cómic clásico de Steve Ditko y Stan Lee de los años sesenta. Fueron estos mismos cómics los que ayudaron a inspirar a los estudiantes universitarios a consumir drogas y a discutir de filosofía, religión y misticismo oriental, todo en un esfuerzo por expandir sus mentes, tal y como lo hizo el doctor. En otras palabras, Doctor Strange, en parte, inspiró el movimiento hippie de los años sesenta.
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En Comic Book Nation: The Transformation of Youth Culture in America, Bradford W. Wright escribió: “Doctor Strange predijo notablemente la fascinación de la contracultura juvenil con el misticismo oriental y la psicodelia. A pesar de que nunca estuvo entre los personajes más populares o accesibles de Marvel, Doctor Strange logró encontrar un nicho entre una audiencia que buscaba una alternativa desafiante a las andanzas convencionales de los superhéroes”.
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Doctor Strange fue creado por Ditko y Lee y se estrenó en Strange Tales número 110 en julio de 1963. Inspirado por Chandu el Mago y otros programas de radio e historias “pulp” de la década de 1930, la transformación de personaje del doctor Stephen Strange es muy similar a la de Tony Stark en Iron Man; un médico egoísta y muy exitoso, Strange se destroza las manos en un accidente automovilístico, poniendo fin a su carrera de neurocirujano. Entonces se embarca en un viaje al Tíbet para encontrar una manera de curarse, pero esta búsqueda se vuelve más espiritual cuando se encuentra con el Anciano, un maestro de las artes esotéricas, quien se convierte en su mentor y le presenta un lado más místico de la vida. Strange, como Stark, aprende a deshacerse de su vieja manera de pensar y abraza una vocación más elevada: usar sus nuevos poderes para combatir el mal.
En la década de 1960, Marvel Comics era conocido como el material de lectura preferido por las multitudesacadémicas, con personajes que poseían una mayor profundidad emocional como Spider-Man y los Fantastic Four, con quienes la gente podía identificarse más, en comparación con Superman, de DC. Pero el mundo de Doctor Strange no se parecía en nada a lo que los lectores de cómics estaban acostumbrados a ver. Gran parte de esto se debe a las alucinantes ilustraciones psicodélicas de Ditko —que se asemejaban a algo que se experimenta cuando estás drogado con algún alucinógeno— indudablemente inspiradas en la obra de personajes como Salvador Dalí, MC Escher, y otros artistas surrealistas. Añadan el misticismo, la magia negra, el ocultismo, el viaje astral, las realidades y dimensiones alternativas, y el estudio de los sueños, y tendrán mucho que analizar.
El historiador de cómics, Mike Benton, explica en su libro de 1991, Superhero Comics of the Silver Age: The Illustrated History: “Las historias de Doctor Strange de la década de 1960 construyeron una cosmología cohesiva que habría emocionado a cualquier teósofo que se precie de serlo. Los estudiantes universitarios, con sus mentes abiertas por las experiencias psicodélicas y el misticismo oriental, leyeron las historias de Doctor Strange de Ditko y Lee con la convicción de alguien que se acaba de unir al movimiento Hare Krishna. Había significado por doquier y los lectores analizaban las historias del cómic por su relación con los mitos egipcios, dioses sumerios y arquetipos junguianos”.
En el libro de Tom Wolfe de 1968 The Electric Kool-Aid Acid Test, se menciona ampliamente que Ken Kesey, autor de One Flew Over the Cuckoo’s Nest y miembro de los Merry Pranksters —un grupo conocido por haber viajado a través de Estados Unidos en un autobús escolar a principios de los años 60, y por lanzar fiestas y repartir LSD—, era gran fan de los cómics de Doctor Strange, y que los leía bajo la influencia de diversas drogas. Kesey finalmente conoció a Timothy Leary, quien trabajó con el doctor Richard Alpert en el controversial Proyecto de Psilocibina de Harvard, que medía los efectos de las drogas psicodélicas en los sujetos de prueba. Alpert, quien finalmente cambió su nombre a Ram Dass después de obtener una iluminación espiritual luego de su propia búsqueda de conocimiento a lo Doctor Strange, admitió su amor por los viejos cómics de Ditko y Lee ante una gran reunión de profesionales de la salud en los años setenta. También menciona a Doctor Strange en una publicación de 2012 en su sitio web, comparando los pensamientos de la gente con los globos de pensamiento y diálogo en dichos cómics.
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La nueva película de Marvel evoca imágenes que se remontan a los primeros trabajos psicodélicos de Doctor Strange creados por Ditko: nos permite ver la rareza tecnicolor del artista en los trailers, y escuchar frases como “Que tengas un buen viaje” y “Abre tu mente” que se usan en otros materiales promocionales. Incluso hay posters de luz negra actualizados de Doctor Strange a la venta, similares a los que Marvel produjo en 1971.
Aunque las obras de arte de Ditko en los cómics originales se anuncien como el pináculo de lo extraño que podría llegar a ser Doctor Strange, Englehart y Brunner eventualmente llevarían el mundo de Doctor Strange a alturas y dimensiones aún mayores.
En una entrevista por correo electrónico, Englehart nombró algunos de sus cómics favoritos de Doctor Strange durante su carrera: Primero está Marvel PremiereNo. 12-14, donde Strange básicamente conoce a Dios; el segundo es Doctor Strange No. 10-13, donde la Tierra es destruida pero Strange convence a un personaje llamado Eternity para que la recree exactamente como era antes, lo que deja a Strange como la única persona que sabe que todos en la Tierra, en algún punto, murieron.
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Pero Doctor Strange no sólo influyó a los estudiantes universitarios y los hippies, este superhéroe psicodélico también causó un impacto en la escena musical de los años sesenta. Pink Floyd incluyó una imagen tomada de Strange Tales No. 158 en su álbum de 1968 A Saucerful of Secrets. En 1965, Jefferson Airplane realizó uno de tres conciertos de baile en San Francisco, que contó con bandas como Charlatans, The Great Society, y otras; colectivamente llamado Un Tributo a Doctor Strange.
Para ver Doctor Strange no es necesario meterse nada para disfrutar de la película. Pero, como la historia señala, verla podría ayudar a expandir tu mente, mientras Marvel lleva su universo cinematográfico a un nuevo nivel cósmico.
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