“Si Manny quiere la revancha, adelante, pero yo no apoyo la idea, depende de él”. Así se expresó el longevo promotor Bob Arum luego de que su boxeador perdiera de manera injusta el pasado fin de semana en Brisbane, Australia. La rabia de Arum no fue tanto por la incompetencia de los jueces, sino por la ligereza que Pacquiao y su esquina se tomaron para ningunear a su rival australiano.
“Vi a este muchacho pelear en Nueva Zelanda y supe que era un rival competente”, confesó irritado el viejo lobo de mar presidente de Top Rank. “Esto es lo que pasa cuando subes demasiado confiado y escuchas a los imbéciles de tu esquina decir que la única forma en que Horn puede ganar es si Pacquiao se tropieza en el ring. ¿Qué pendejadas son esas?”, comentó Arum para BoxingScene.
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Además de incluir al Padre Tiempo como uno de los factores principales en el declive evidente del filipino, Arum se dedicó a criticar sutilmente las nuevas responsabilidades de su peleador ahora que funge como senador en las Filipinas. “Este no es el Pacquiao de hace un año. No puedes ser senador y pelear medio tiempo. Está envejeciendo, no rejuveneciendo”. Lo que a Arum se le olvida es que fue él quien dio pie a la patética “gira mundial” del “Pac-Man” para mostrarle al mundo que seguía siendo uno de los mejores en el boxeo, y hasta se rumora que truncó un posible choque (mucho más atractivo) con Amir Khan.
Ante todo esto, la respuesta del equipo de Pacquiao no se hizo esperar. BoxingScene informa que Aquiles Zonio, el encargado de llevar las relaciones de Pacquiao con los medios, se encuentra molesto con el promotor porque a su parecer “[Arum] está buscando su nuevo ‘becerro de oro’”.
Zonio asegura que la pelea con Horn fue la última acordada en el contrato de Pacquiao con Top Rank, y que firmar una revancha podría ser ventajoso para Arum, quien buscaría contratar de nuevo al filipino para seguir explotándolo. “En mi opinión, no nos vamos a dejar porque creo que Pacquiao podría tener más ofertas con otras promotoras. Si me preguntas, [Pacquiao] está para dos peleas más”.
Arum, quizás por terco o ingenuo, tuvo que presenciar una pelea callejera en Brisbane para darse cuenta que su mina de oro ya no rinde los mismos dividendos. Ahora, se dice, buscaría ofrecerle un contrato de varias peleas a Jeff Horn para usarlo como su anzuelo en el estanque plagado de peligrosas pirañas que es la división de las 147 libras. Nombres como Thurman, García, Porter, Spence Jr., entre otros, lucen como opciones atractivas para aventar al joven e invicto australiano al ruedo; la oportunidad perfecta para que Arum siga sacándole jugo a sus negocios millonarios.
La “ley del hielo” parece haber iniciado en el campamento de Pacquiao y en las oficinas de Top Rank. Lo mejor para Pacquiao sería romper relaciones laborales con Arum y sus secuaces, y enfocarse en su nueva vida como senador. El “Pac-Man” bien podría retirarse el día de mañana y nadie le cuestionaría un carajo. Un personaje que le ha dado tanto al boxeo no debería estar atado a las órdenes de un dictador de los encordados como lo es Bob Arum.