BoJack Horseman era un paso inevitable para nuestra generación, que se crió viendo dibujos animados. Nosotros crecimos con las caricaturas para niños pero, a diferencia de nuestros padres que dependiendo de su edad vieron shows como Los picapiedra o G.I. Joe, nosotros crecimos con animaciones transgresoras en las que el protagonista de una de estas trabajaba en una línea caliente, y donde el antagonista de otra era un demonio drag.
Tal vez ahí empezó todo. La semilla se sembró con banquetes de trasero de cerdo y patatas y con animes que heroizaban a personajes llamados Mr. Satán.
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En la adolescencia, cuando creímos que habíamos tenido suficiente de dibujos animados, llegó South Park, serie que le dio voz a la irreverencia propia de la pubertad. El show, que maduró con nosotros, pasó de tener episodios en los que se hacía un conteo de la palabra “mierda”, a hacer críticas agudas, aunque nunca muy complejas, de las pasadas elecciones en Estados Unidos.
Pero esa etapa también la superamos. La falsa confianza en nosotros mismos y las groserías dejaron de tener importancia, y la ansiedad, el autodesprecio y la inseguridad por saber cómo vivir esta “vida adulta” se adueñaron de nosotros. Y eso, junto a una vida de espectáculo —de la cual también nos rodeamos vía redes sociales y televisión y que, de hecho, aporta a ese autodesprecio—, es BoJack Horseman.
Escuche acá nuestro podcast de BoJack Horseman
El show, que se estrenó en 2014 en Netflix, gira en torno a un caballo antropomórfico (de ahí el “Horse-Man”) que en los noventa fue la estrella de una serie tipo Full House y que ahora no encuentra su lugar en el mundo, ni como celebridad ni como ser humano-equino. Es protagonizado por Will Arnett (BoJack), Amy Sedaris (Princess Carolyn), Aaron Paul (Todd) y Alison Brie (Diane).
BoJack vive la vida que solíamos ver en canales como E! Entertainment. Las vidas de actores que, desde afuera solo se apreciaban como bacanales, como vidas excesivas en sí mismas. Pero BoJack Horseman logra mucho más que los testimonios de E! True Hollywood Stories. En la serie, además, nos adentramos en las dramáticas vidas de actores, agentes, productores y escritores de Hollywood al insertarnos en su psique, al ver sus patrones autodestructivos, al conocer a sus familias. Vemos todo desde adentro.
Como bien lo describió un artículo de TONIC, BoJack Horseman entiende lo que es odiarse a sí mismo. El sexto capítulo de la cuarta temporada inicia con la frase “You piece of shit” (algo así como “pedazo de mierda” en español). Por su carácter de celebridad, BoJack es un ser narcisista que lidia con el autodesprecio por medio de la validación de otros. Esto, junto a los traumas familiares, a sus problemas con el alcohol y otras sustancias, a los patrones autodestructivos y de sabotaje, hace que BoJack sea un personaje profundamente conflictuado que, con frecuencia, toma las decisiones equivocadas y, con la misma frecuencia —y eso hace de la serie algo tan especial— no se salva con ningún tipo de deus ex machina que lo ayude. Al final de cuentas, BoJack se la pasa fracasando espectacularmente. Pero eso también hace que sus pequeñas victorias, a veces tan sutiles que pueden pasar desapercibidas, sean tan significativas.
Y esto es solo BoJack. Ni hablar de las vidas de los otros personajes.
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La serie, sin embargo, no es solo una gran tragedia. De hecho, la mayoría la conoce como una comedia, como una serie chistosa. Y sí, es chistosa. El contrapunteo de temas como la depresión, la ansiedad, la familia y la muerte, con chistes básicos, como dos niños en una gabardina haciéndose pasar por un adulto, es una característica fundamental del show. BoJack Horseman logra hacer funcionar los dos registros en un programa animado. La culpa y el perdón pueden convivir con sketches tipo Tom y Jerry y eso es maravilloso y refrescante.
Es lo que necesitábamos. BoJack puso las cartas sobre la mesa: el abuso de sustancias, la identidad, la relación conflictiva con la familia y la televisión (sí, es así de importante). Y estamos profundamente agradecidos por eso.
Pero esta es solo mi versión de lo que es la serie. En esta entrega de El calabozo del androide, nuestro podcast geek, discutimos qué hace a BoJack tan especial. Por qué la gente lo ama o lo odia. Por qué lleva ya cuatro temporadas que, todo parece indicar, podrían dar lugar a una quinta. Sin duda, hay mucho de qué hablar cuando se trata de BoJack Horseman.
Así que escúchenlo, comenten, critiquen y compartan.