¿Alguna vez haz estado con un colega frente a una cantidad importante de marihuana pensando en cómo fumar lo más posible en tiempo récord? Te traemos la solución: un bong de gravedad casero. Aquí te ensañamos paso a paso a utilizar la física como un maestro y a convertir una botella de plástico en una herramienta de diversión. Casi como magia, así funciona la ciencia.
Materiales:
—Una botella. Piensa en grande.
—Un trozo de papel de aluminio.
—Un tornillo, clavo, espada, palillo, o cualquier cosa para hacer pequeños agujeros en el aluminio.
—Un cigarrillo (opcional).
—Hierba.
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Pasos
Primero, vacía la botella. Si tienes una vacía, supongo que es mejor. Usa el sentido común, aunque bueno, reconozcámoslo, este es un artículo sobre cómo acabar colocado usando plástico y papel de aluminio.
Enciende el cigarrillo y úsalo para hacer un orificio cerca de la base de la botella. Si no tienes un pitillo, puedes hacerlo con algo más, solo que es complicado y el agujero no queda redondo.
Haz pequeñas perforaciones en el papel de aluminio. Tiene que pasar el aire pero no la marihuana.
Tapa el agujero y llena la botella con agua del grifo mismo, porque no te la vas a beber.
Vale, ahora viene la única parte un poco difícil. Concéntrate y destapa el agujero al mismo tiempo que enciendes la marihuana. El vacío que genera el agua hace que la botella succione aire por la boca, encendiendo la hierba y la noche. ¡BUM!
Espera a que se vacíe la botella…
Quita el aluminio, tapa la botella y listo: tan divertido como los kits de química caseros y mucho más barato.
(Advertencia/Spoiler: este artilugio produce un humo superdenso que hará toser al más curtido, pero coloca más rápido. Disfrutad).