Bromear sobre matar a Trump puede hacer que te arresten

No es el bar donde supuestamente se dijo la broma. Foto vía el usuario de Flickr dumbonyc.

Tus comentarios de Facebook pueden desatar discusiones, tu correo puede ser hackeado, el gobierno podría intervenir tus llamadas y mensajes de texto y las personas a las que les mandas cosas en Tinder definitivamente se las enseñan a sus amigos y se ríen de ti. Pero las conversaciones sostenidas en un bar oscuro y con olor a cerveza deberían de ser sagradas y secretas. ¿Cierto?

Resulta que no. Ivanka Trump lo aprendió a la mala cuando estaba en un bar de mala muerte y habló de que nunca había visto un “pene de un mulato”, esto de acuerdo a lo que el CEO de BuzzFeed, Jonah Peretti, publicó en su cuenta de Twitter. Un joven neoyorquino de 28 años aprendió una lección similar el fin de semana cuando una broma sobre matar al inestable padre de Ivanka terminó en su detención e interrogatorio a manos de la policía.

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De acuerdo con información de Gothamist, Greg Chang —un profesor de historia en una escuela pública— fue detenido en el Roebling Sporting Club en Williamsburg, Brooklyn el sábado por la tarde. Su conversación era sobre política. “La ofensa sería, yo creo, que Donald Trump sea presidente. En ese caso yo buscaría retirarme pero de por vida en la prisión federal”, le dijo a Gothamist. “Para mi suerte conozco los dos lugares donde el presidente Trump pasaría la mayoría del tiempo: Washigton y la ciudad de Nueva York”.


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Según Chang, varios policías aparecieron al poco tiempo de que dijera eso en el bar y pidieron hablar con él. (Supuestamente alguien que escuchó la conversación los llamó) “Cuando salí del lugar literalmente la primera pregunta que el oficial me hizo fue: ‘¿Hiciste hoy algún comentario sobre Donald Trump?’”.

El profesor técnicamente no fue arrestado pero cuando la policía te pide amablemente que vayas con ellos a la delegación para una entrevista más larga —luego de tomar tu licencia— es normal tener miedo al pensar en declinar su propuesta. (VICE buscó a gente del bar para que comentara algo sobre el incidente y ni ellos, ni el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) o el Servicio Secreto quisieron comentar). Chang contó que lo hicieron esperar tres horas en la delegación hasta que un agente del Servicio Secreto apareció y le hizo un interrogatorio más formal. Convencido de que Chang había dicho algo más serio o específico, el agente lo hizo pasar otras dos horas antes de dejarlo libre.

Como si fuera poco la policía perdió la licencia de Chang y éste tuvo que firmar un permiso para que pudieran contactar a su terapeuta y revisar su historial médico.

A Chang no le han levantado ningún cargo pero ¿realmente te puedes meter en problemas si dices que quieres matar al candidato que te cae mal? De acuerdo a Clay Calvert, director del Proyecto de la Primera Enmienda Marion B. Brechner en la Universidad de Florida, la respuesta es por supuesto que no.

“Fue absurdo detener a este individuo por hacer lo que claramente era una broma”, me dijo.

Para que algo que digas sea considerado una “amenaza real” —básicamente, el estándar legal de lo que cuenta como una amenaza legítima y no una charla entre amigos— tiene que ser evaluado bajo tres criterios: qué se dice, cómo se dice y quiénes lo escuchan. “Así que debes de escuchar bien qué se dijo, el contexto en el que se dijo —en este caso en un bar como una broma— y la reacción a eso, si la gente se rió y pensó que era gracioso”, explicó Clay. “La prueba (de una verdadera amenaza) requiere que la persona (en este caso Trump) sea puesta en peligro o esté próxima a sufrir daño inminente” para quedar exento de la protección de la Primera Enmienda, agregó.


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Clay también mencionó que el profesor había hablado de Trump en una de sus clases, específicamente en cómo el candidato hizo esa extraña alusión a “los partidarios de la Segunda Enmienda” lo cual muchos tomaron como una broma sobre matar a Hillary Clinton. Eso también es una forma de expresión protegida.

“No es una amenaza porque él está seguro de que está hablando en un contexto político donde la gente sabrá que lo que dice es una retórica”, dijo Clay.

Así que si hay una lección aquí (uno de los oficiales le dijo a Chang que debería aprender una) sería que la policía podría no estar bien informada sobre jurisprudencia legal. Y quizás los bares —ese supuesto lugar que es toda una institución y donde estás a salvo— no sean tan seguros como pensamos.