Caos, juicios y fracasos deportivos: el infierno particular del tenis español

“El tenis español está fatal. Se ha montado un ‘show’ lamentable”, dijo ni más ni menos que Rafa Nadal el pasado mes de junio.

Dimisiones de presidentes, despidos de entrenadores, querellas entre instituciones, relaciones insostenibles entre tenistas y Federación… el tenis español pasa en los últimos tiempos por un severo viacrucis. Juan Carlos Ferrero, ex tenista profesional, asegura a VICE Sports que a nivel de competición el deporte de la raqueta sigue con “buena salud”, pero que hay un “grave declive” en cuanto a aficionados, “por lo que el futuro a diez años vista no es muy prometedor”.

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¿Cómo ha llegado el tenis español a este punto? Son varios los factores que explican el mal momento; la situación institucional es el primero de ellos. En menos de dos meses, la Real Federación Española de Tenis (RFET) ha sufrido un proceso de degradación a una velocidad endiablada.

La controversia alcanzó su cénit con la dimisión del presidente de la Federación, José Luis Escañuela, debido a las feroces críticas del Consejo Superior de Deportes (CSD), el organismo que se encarga de aprobar los estatutos y reglamentos de las Federaciones deportivas del país.

El secretario del CSD, Miguel Cardenal, criticó a Escañuela por su “falta de transparencia en las cuentas federativas” y logró forzar su inhabilitación: “Escañuela ha practicado la mentira y la manipulación”, afirmó entonces. La Federación reaccionó a la este movimiento informando que presentaría una querella contra Cardenal.

Por si esto fuera poco, la última gran decisión de Escañuela antes de dimitir levantó una enorme polémica: el entonces presidente de la RFET nombró capitana del equipo español de la Copa Davis a Gala León, ex tenista profesional que durante su trayectoria logró ser la tercera de España y la 27ª del ranking mundial WTA.

Gala León fue elegida por José Luis Escañuela (a la izquierda) como capitana del equipo español para la Copa Davis. Foto de Marcelo del Pozo, Reuters.

Los jugadores lamentaron no solo la decisión de contar con León como capitana, sino también las formas de su elección, que no les dejaron margen para opinar al respecto. Los atletas reclamaron al presidente que fuera él quien anunciara la elección de Gala para poder expresar su parecer.

Los tenistas mostraron su descontento prácticamente de forma unánime. Toni Nadal, entrenador y tío de Rafa Nadal, señaló en una entrevista a RNE que la elección de León como capitana era un “problema logístico”, ya que los jugadores “pasan mucho tiempo en el vestuario con poca ropa”. Según el entrenador, “no deja de ser extraño que [Gala] esté por allí dirigiendo la competición”. Tomás Carbonell, antiguo tenista profesional, llegó a asegurar a la agencia EFE que el nombramiento de León era “una provocación” de Escañuela.

El tenista Fernando Verdasco, sin pelos en la lengua, dijo: “No es por ir contra ella, pero siempre que se pueda [el capitán] ha de ser un hombre”.

Algunos de los tenistas más destacados del panorama usaron las redes sociales para transmitir su descontento. Es el caso de Feliciano López, que se mostró muy contundente en Twitter:

Tommy Robredo, ex número 5 del mundo, también se apuntó al carro y aseguró en Twitter que León estaba “dinamitando” el tenis español y “llamando machistas” a los jugadores.

Incluso Rafa Nadal mostró su oposición a las formas de la RFET: “El espectáculo que se está dando últimamente me parece lamentable. En ningún caso creo que el tenis español lo merezca después de estos últimos 20 años”, explicó en una rueda de prensa previa al torneo de en el All England Club de Londres.

Para dejar clara su postura oficial, el propio Rafa Nadal, David Ferrer, Feliciano López, Tommy Robredo y Fernando Verdasco mandaron una carta abierta en la que expresaban su descontento.

La misiva se escribió en una reunión celebrada en Wimbledon y tenía como objetivo “debatir el deterioro y la situación actual” del tenis español. Los firmantes resumían su posición en siete puntos en los que pedían una solución frente al “liderazgo caótico y beligerante” de José Luis Escañuela.

El respaldo fue masivo: un total de 42 tenistas secundaron la carta, incluyendo a jugadoras de tenis femenino, entrenadores y ex deportistas tan representativos como Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyà.

El propio Ferrero explicó a VICE Sports que toda la responsabilidad de esta situación es de la RFET, dado que la institución “no se comunicaba” con los jugadores.

La misiva de los jugadores fue la gota que colmó el vaso para Escañuela, que finalmente dimitió del cargo tras 15 años. Fernando Fernández-Ladreda le sustituyó en el cargo; su primera (y previsible) decisión fue cesar a León como entrenadora de la Copa Davis.

“Decido destituir a Gala León por el bien del tenis español. Le tengo aprecio y nunca pondré en duda su profesionalidad, pero no es la adecuada para el cargo”, explicó el nuevo presidente.

Pocas horas después, el presidente eligió a Conchita Martínez para el puesto de capitana. Martínez, campeona de Wimbledon en 1994, es una de las tenistas más laureadas del tenis español. Conchita, además, pasará a la historia del deporte de la raqueta por ser la primera seleccionadora en aglutinar dos capitanías: la copa Federación y la copa Davis.

Tras asumir el cargo, Martínez se puso en contacto con los mejores tenistas españoles para solicitarles su apoyo. Conchita tuvo que luchar contra el ‘handicap’ de su precipitado nombramiento, que se hizo oficial a escasos diez días del inicio de la competición: su equipo apenas tuvo tiempo de estudiar a los rivales y prepararse física y mentalmente para el torneo.

Conchita Martínez sustituyó a Gala León como capitana del equipo español para la Copa Davis. Foto de Gustau Nacarino, Reuters.

La Copa Davis era una buena ocasión para salir de la crisis institucional y deportiva del tenis español. El enfrentamiento contra Rusia en la Segunda División del prestigioso torneo internacional ofrecía una oportunidad óptima para invertir la tendencia negativa, pero de momento el equipo de Martínez no ha sido capaz de ofrecer su mejor versión.

La escuadra española empezó con buen pie al ponerse 2-0 al inicio de la competición, pero terminó mordiendo el polvo y cayendo frente a los rusos por un global de 2-3. Tommy Robredo perdió frente a Evgeny Donskoy, número 138 del ranking mundial; Pablo Andújar dobló la rodilla frente al jovencísimo Andrei Rublev, de apenas 17 años y número 195 de la ATP.

La decepción frente a Rusia se suma al desastre del año pasado frente a Brasil, que provocó el descenso de España a la Segunda División de la Davis tras 18 años en la élite. El equipo español no solo no participará en los play-offs de ascenso, sino que deberá enfrentarse a Dinamarca para evitar el descenso a Tercera.

España, un país que cuenta con cinco ‘ensaladeras’ en su palmarés, intenta huir del abismo al que ha caído en los últimos tiempos. ¿Podrá Conchita sacarla de su situación dantesca, o se hundirá el equipo aún más en los círculos de su infierno particular?