Carlos Mazón, el bilbaíno que da paseos en bici… de 7.000 kilómetros

A sus 28 años se define como un “usuario de la bici”, y eso que lleva en sus piernas más de 19.000 kilómetros con alforjas. ¿Su próxima kilometrada? Hacerse la TransAm, una carrera con inicio en el Pacífico, en Oregón, y final en el Atlántico, en Virginia. Los 6.850 kilómetros por los que discurre la ruta ciclable más transitada de Estados Unidos se han convertido en la carrera ciclista en solitario por excelencia. Carlos, como simple “usuario de la bici” no ha podido resistirse. ¿Qué hay detrás de un tipo a quien le gusta pedalear tanto? Le pillamos en un descanso de su preparación y nos lo cuenta todo tranquilamente, como si diéramos un paseo en bicicleta por el barrio.

Prácticamente todo el mundo tiene bicicleta desde la infancia, pero tú dices en tu web que hace 10 años que empezaste a usarla…

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Comencé por necesidad. La usaba ir a estudiar al instituto (estudié dos años fotografía en Zaragoza) y me ayudaba a ahorrar dinero. Desde entonces empecé a moverme siempre en bici. Esto, junto las ganas de explorar mi entorno y descubrir pueblos cercanos, creo que ha ido multiplicando mi afición.

Además de rutas, también tienes muchos ‘briconsejos’ y experiencias sobre viajar en bici…

Creo que en el cóctel de cómo empecé a andar en bici y el gusto tardío por ella me ha hecho enfocarlo de una forma diferente a la habitual. Soy el rarito de la carretera. Voy porque me gusta, pero sobre todo para viajar, para descubrir sitios, para llegar más lejos. Es una mezcla entre curiosidad y reto.

¿Te han ‘levantado’ de alguna acampada de malas maneras?

Levantado, sólo en el aeropuerto de Charleroi a las 4.30 de la mañana. Echarme cuando estaba acampado… me he marchado más de una vez por sentirme inseguro o porque se me caía la tienda encima. No es buena idea acampar en sembrados con pronóstico de tormenta…

La historia de las acampadas y tormentas me la sé, pero orinar alrededor de la tienda…

Si sólo fuera eso… [ríe] Lo hago habitualmente para ahuyentar (o eso creo) a animales. Sobre todo perros y zorros. En terreno seco sí que a veces he rascado el suelo (también disuade a los animales curiosos). Suelo ser precavido.

¿Siempre en tienda de campaña?

He dormido varias veces en marquesinas de autobús y una vez en los Alpes terminé en una chabola para almacenar leche. Me descubrió el pastor al comienzo de la noche… Fue un poco extraño, pero estuvo bien.

Carlos, su bici y su filosofía de uso: compartir la carretera, compartir experiencias. Foto de Oskar Sueiro.

Así que llevas unas cuentas rutas de larga distancia encima…

Pues ya llevo 19.000 kms con alforjas. La mayoría fuera de España, por los Alpes, el centro de Europa y los Balcanes. Hace dos años estuve viviendo en Bélgica e impregnándome de la cultura ciclista de allí para correr las Clásicas de Primavera. Aproveché para recorrer la Línea Maginot, ver Los Vosgos y viajar al Reino Unido. Tenía ganas de conocer Escocia y no me defraudó.

¿Sigues el ciclismo profesional?

Poco. Veo alguna etapa por los puertos, y porque es otro aspecto más de la bici que también me gusta, pero confieso que no reconozco quién es quién.

¿Sigue siendo el ciclismo un deporte minoritario, orientado a la élite profesional? ¿Las autoridades se preocupan lo suficiente de los ciclistas aficionados?

Bueno, se hacen algunas cosas, pero es más para lavar la imagen que para fomentar realmente el uso de la bici. Se pueden tomar muchas medidas prácticas que no supondrían apenas gasto y ayudarían, pero no hay voluntad.

En muchas ciudades se ofrece un servicio local de bicicleta, que queda muy ecológico y sano, pero luego apenas hay carriles bici y zonas acotadas para ciclistas. ¿No te parece que es una política contradictoria?

Si hablamos de Bilbao, por ejemplo, resulta que la bici pública es sólo para empadronados en la ciudad (al menos antes era así… y te pedían la cartilla del banco incluso). Así que imagínate. Lo bueno es que es gratuito, pero el servicio es bastante deficiente. Sin duda necesita un empujón al igual que a nivel urbanístico. Calles con el límite de velocidad a 30km/h, carriles bici pintados sobre la calzada, avances en los semáforos, poder circular por el carril bus… todas estas cosas no cuestan casi nada y ayudarían mucho.

Estás metido en algunas asociaciones, como BizizBizi. ¿Conseguís cosas?

El objetivo principal es fomentar el uso de la bici, aumentar el número de usuarios. Para ello buscamos medidas que puedan ayudar y aportamos iniciativas ‘urbanísticas’, sociales y lúdicas al ayuntamiento y diputación. Aunque nos escuchen, poco o nada hacen por cambiar… y sin voluntad no hay cambio.

Parece que siempre que se habla de bicicleta y de país ejemplar sale Holanda…

También Dinamarca, Bélgica… Pero no hace falta ir tan lejos. En Francia o Italia hay más medidas: contra dirección (permitir la circulación en dirección prohibida en algunas calles de sentido y dirección únicas), avanzadillas en los semáforos, señalizaciones especificas en cruces, carreteras, puertos… Y más redes ciclables. En el norte de Europa hay más cultura del ciclismo. Aquí algunas medidas no se entenderían, es un problema precisamente cultural.

La ruta TransAm se hizo por primera vez en 1976 con motivo del bicentenario de la fundación de los EEUU. Entonces, 4.000 cicloturistas inauguraron la prueba. Hoy, apenas 100 participan en esta auténtica carrera de fondo donde las jornadas sobre la bicicleta pueden superar las 12 horas. Imagen vía TransAm.

¿Cómo has llegado al punto de decidir que te ibas a la TransAm? ‎

Una cosa lleva a la otra. Me gusta ir ampliando el radio. Conocer lo de aquí e ir yendo cada vez más lejos. Aún me quedan muchas cosas por Europa… Pero había ganas de cruzar el charco.

¿Será la ruta definitiva para ti?

Espero que no. Es más de lo que he hecho hasta ahora y voy con menos cosas para no ir lastrado. Me llevaré lo mínimo para ser autosuficiente, de hecho. Tiene ventajas pero es lo que más miedo me da: la inseguridad que genera viajar sólo con la bici.

En la TransAm, aunque tenga más puntos de abastecimiento que otras carreras de larga distancia, hay unos cientos de millas en las que cada ciclista dependerá de sí mismo y de los alimentos y agua que lleve consigo. El único método de seguridad que lleva cada corredor es el GPS que cada 4 minutos deja constancia de su ubicación a la dirección de carrera.

¿Te preocupa la falta de asistencia?

No, en ese aspecto estoy bastante tranquilo. He montado la bici desde cero, ruedas, transmisión… Siempre puede pasar algo, pero ya tengo experiencia en romper cosas. Experiencia y actitud positiva es suficiente.

¿Cuál es tu objetivo en cuanto a kilómetros/día o días?

Me gustaría hacer 320km/día, pero es algo que no me obsesiona. Depende de muchos factores externos: lluvia, viento… y de las cosas que merezca la pena ver. Tengo 30 días para coger el vuelo en la otra costa. Haciendo 230 al día sé que llego y es una media muy asumible.

Rutear en solitario… ¿por qué?

Si voy solo es porque no tengo con quién ir. Aunque también lo disfruto. Sobre todo en los momentos en los que te encuentras frente a lugares ‘grandes’ de la naturaleza. No sé si “respeto” es la palabra, pero te hace sentir la tierra de una manera especial. Hay momentos difíciles en los que se sufre, pero no es por obligación. Hay que saber parar y tomar decisiones. Esto es por placer, no es trabajo.

¿Son los viajes en solitario los que realmente ‘enseñan’?

Creo que se aprende más de la gente que de uno mismo. Solo aprendes a conocerte, a tener templanza, a tomar decisiones, a ver el mundo.

¿Qué harás cuando vuelvas?

Supongo que ya se me ocurrirá. Pasé por Londres cuando estuve en Reino Unido, pero hace tiempo que no visito Francia. Me gustaría ir al Macizo Central y el monte Aigoual, así como subir el Mont Ventoux.

Me refiero más a la vuelta a la realidad, que debe ser dura…

Sí, aunque también la acabas deseando. Sobre todo recuperar comodidades cotidianas como agua corriente, ducha, o una buena cama.

¿De qué trabajas, Carlos?

Soy ingeniero mecánico, aunque ahora mismo me dedico a a montar ruedas SP dinamo y a ir en bici. Me planteo poder vivir de lo que me gusta.

El que es ciclista, ¿lo es las 24 horas del día?

Creo que soy usuario de la bici y ese es mi mundo, pero muchos ciclistas no están tan comprometidos aunque la obsesión dure 24/7. En mi caso, por transporte, por trabajo o por hobby estoy siempre rulando con las bicis.

Carlos lo tiene claro: 320km al día. La TransAm discurre por carriles bici 100% pavimentados y cualquiera es libre de correrla. Ni cuotas de inscripción, ni premio para el ganador. Tan sólo la experiencia de pedalear en solitario a través de 10 estados.‎

En un país en el que para casi todo hay excusas, la bicicleta seguirá siendo objeto o medio de diversas polémicas pese a que sus ventajas, tanto personales como sociales y ambientales, son obvias. Quizás el peor enemigo (muy español, por cierto) sean las excusas. Los ‘esque’ lo llenan todo:: es que aquí llueve mucho… es que en mi pueblo hay muchas cuestas… es que trabajo a 10 kilómetros de mi casa… es que no puedo llegar sudado a la oficina… es que lo mío es el fútbol… es que las bicicletas son para el verano…

Claro, como si cada vez que sales a por el pan, al trabajo o a sellar el paro tengas que hacer una contrarreloj. O como si el hecho de que te guste más el fútbol, las cartas o la petanca te inhabilitara para desplazarte en bici por tu pueblo, ese en el que las cuestas deben tener más pendiente que en los mismísimos Dolomitas. Ah, sí, las bicis son para el verano… cuando canta la chicharra a 40º C y no se mueven ni las moscas, claro…

En fin… ¡qué ‘esque’ de país!