Conocimos Zor Neurobashing, tal y como se le conoce en el mundo BDSM, durante el rodaje en Madrid de una película de la productora estadounidense Kink. En un momento dado, uno de los extras se acercó a él para saludarlo, lo idolatraba.
Nosotros pensábamos que era el encargado de producción, el nexo con el equipo que mueven Steve Holmes (el responsable de la serie de vídeos) y los suyos. Pero el joven nos habló de él como un auténtico maestro del shibari. Algo a lo que él prefiere restar importancia.
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“No me considero ‘maestro’ de shibari, ya que es un termino adecuado para los grandes atadores japoneses, que últimamente mucha gente se autoasigna. Soy un apasionado del shibari que lleva unos nueve años estudiándolo y practicándolo, y desde hace un par de años también me dedico a dar formación a la gente que quiere introducirse en este mundo”.
Zor estaba en el rodaje también como experto en este arte japonés de atar con cuerdas largas, que incluye también suspensiones en el aire. Lo conoce bien, lo enseña en sus talleres y también aparece reflejado en algunas películas.
“Esta pasión por el bondage japonés aparece a partir de otra de mis pasiones: el bdsm. En un momento determinado me doy cuenta que la parte de BDSM dedicada a restricciones y ataduras (bondage) me gusta mucho y empiezo a investigar y practicar por mi cuenta, hasta descubrir en un momento dado, gracias a las fotografías de Nobuyoshi Araki, que en Japón es una parte importante del erotismo y una disciplina que se practica de una forma muy seria”.
Queremos iniciarnos en el shibari de su mano, así que vamos allá.
VICE: Zor, ¿en qué se diferencia el shibari del bondage clásico?
Zor: El bondage se aplica a cualquier tipo de restricción, no solamente cuerdas sino esposas, camisas de fuerza, etc… El shibari utiliza únicamente cuerdas de fibra natural, tiene un origen japonés, y sigue una serie de reglas básicas que si bien pueden variar ligeramente de escuela a escuela, son comunes, como el uso doble de las cuerdas, unas longitudes de entre 7 y 8 metros, etc.
Pero la diferencia mas importante con respecto al bondage occidental es que para el shibari la cuerda es un medio únicamente y el objetivo es una comunicación emocional con el sujeto atado y no la búsqueda de una posición bonita o una sensación determinada.
Pero por los vídeos que he visto de tu trabajo, si tiene un fuerte componente estético…
A parte de que considero que hay un componente estético en todo lo que se hace con emoción, sí es verdad que el shibari bien realizado es una disciplina muy visual para el espectador.
Y, ¿hasta qué punto entra en juego el dolor?
El dolor puede ser parte del juego en ciertas ocasiones, pero no es un componente constante y, por supuesto, siempre es consensuado.
Los japoneses llaman semenawa a la practica del shibari que incluye dolor o tortura con cuerdas. Algunos atadores japoneses consideran, por ejemplo, que las suspensiones son una forma de semenawa. Pero también se puede dar haciendo suelo.
Cómo se consensúa el dolor, antes de empezar o según se va desarrollando la sesión.
El consenso en cualquier practica de BDSM se puede realizar de mil maneras diferentes. No es lo mismo si yo hago una sesión de cuerdas con mi pareja, donde los limites están súper claros y el conocimiento mutuo es muy alto, que si lo hago con una desconocida en una fiesta.
Puedes definir inicialmente qué se va a hacer o puedes comunicarte a lo largo de la sesión, aunque para mi ese tipo de dinámica rompe la comunicación no verbal que me gusta tanto en el shibari.
De hecho, la negociación antes de hacer shibari es una parte de un curso de seguridad que estoy dando, y es que cuando la gente se refiere a la seguridad, solo piensa en aspectos técnicos, cuando también hay aspectos emocionales muy importantes.
A lo mejor es una pregunta obvia, ¿pero siempre es la chica la que es atada?
No es una pregunta obvia, es una pregunta muy importante. Y no, claro que no. Hay atadores y modelos de todos los géneros: hombres, mujeres, trans. Pero como en casi todo el erotismo, lo mas visible siempre suele ser la relación heteronormativa.
Atar a una hombre es diferente que atar a una mujer en ciertos aspectos, pero es que atar a cualquier persona es diferente siempre.
El Maestro Haruki Yukimura, cuando vino a Europa a enseñar por primera vez se reía porque decía que todos atábamos igual, independientemente de nuestro tamaño, el de nuestro modelo, su género…
Sí, está claro, los cuerpos y los puntos de placer-dolor están repartidos de otra manera, ¿no?
Los cuerpos son diferentes, todos. Los puntos de placer y dolor de cada persona son diferentes y explorarlos a través de las cuerdas es una de las partes más interesantes del shibari. Comprender el cuerpo de nuestra pareja de juego, a todos los niveles.
Desemboca el juego de cuerdas, por así llamarlo, irremediablemente en sexo o bien es una forma de sustituirlo.
Hay mucha gente que considera que el BDSM es un subconjunto del sexo y el bondage un subconjunto del BDSM.
Hay otras personas que utilizan el shibari para conseguir unas fotos bonitas y nunca lo relacionaran con el sexo. Yo por ejemplo utilizo a veces el shibari para incluirlo en escenas de sexo para la productora Kink.com.
Es una pregunta muy difícil de responder. Para que te hagas una idea, otra de las formaciones que doy es un workshop de shibari orientado a sexo, con lo que son cosas completamente compatibles. Pero no las veo comparables.
Ya, entiendo, lo veía como una forma de preliminares antes de practicar sexo…
Mucha gente lo ve así. Otra vente lo ve como una disciplina artística útil para sacar fotos. Otra gente lo ve como una manera de restringir a una persona para sus juegos de BDSM. Pero en realidad es una forma de comunicación emocional que desde luego tiene un gran componente erótico.
Sin duda, por las fotos y los vídeos que he visto, me lo parece… Tu trabajas en cierta manera con el dolor, ¿por qué nos atrae?
Mi trabajo y mi estilo en shibari no están excesivamente relacionados con el dolor. El estilo que estoy desarrollando esta mas relacionado con el termino kuzushi, cuerdas caóticas o asimétricas, “destruidas”, con la creatividad y sorprender a tu pareja de juego que con el semenawa o con el dolor en sí.
Por que nos atrae el dolor es un tema muy complejo que daría para hablar durante horas. Esta claro que el shibari puede ser una disciplina muy interesante para los practicantes de BDSM que quieran profundizar en el sadomasoquismo, de hecho muchos maestros japoneses nacen de los espectáculos de BDSM en los clubes de Tokio.
Si me apunto a uno de tus talleres, ¿cuál es la primera lección que me vas a dar?
Si te apuntas a un taller de iniciación te voy a contar un poco los orígenes del shibari, primero para desmitificarlo y romper las ideas incorrectas que tiene la gente y también para tener una mínima base cultural sobre la que trabajar. Pero esta introducción y unas bases de seguridad van a ser la única parte teórica.
La primera lección que voy a darte va a ser que la cuerda es un instrumento para jugar y no el objetivo del shibari. Que el objetivo del shibari es tu modelo y no la cuerda en sí o la forma que hagas. Y que no hay un shibari bien o mal hecho per se.
Lo importante es que tú y tu modelo estéis disfrutando con las cuerdas. Por supuesto, para ser capaz de disfrutar con cualquier disciplina hace falta dominar sus elementos, así que también se hacen ejercicios prácticos, formas tanto clásicas como libres y trataremos también mucho la comunicación con el cuerpo.
Y, para terminar, ¿cuál es el primer tabú que haces que tus alumnos se quiten de la cabeza?
Que hay que sufrir y pagar mucho dinero para aprender shibari. Hay una aproximación a la enseñanza del shibari en occidente que se parece mucho a la de los dojos de artes marciales. Dar cera, pulir cera, ejercicios interminables y conocimiento que se da con cuentagotas para rentabilizar a tus alumnos.
Todo eso está bien si te apasiona a unos niveles muy altos y quieres profundizar realmente. Pero si aun no sabes si te gusta el shibari y te apuntas a un curso de iniciación, el primer tabú que voy a romper es que te lo puedes pasar bien aprendiendo, y que vas a poder hacer cosas interesantes en un par de días.
Gracias por todo.