El Financial Times, citando fuentes anónimas de las agencias de inteligencia estadounidenses, informó que en agosto China probó un misil capaz de transportar una ojiva nuclear, el cual dejó al Pentágono atónito. Los expertos en armas nucleares y en políticas nucleares ya están llamando a la prueba un “Momento Sputnik“, haciendo así referencia al momento en el que la Unión Soviética demostró su capacidad para lanzar un satélite (y teóricamente un arma) al espacio, e insinuando que este nuevo tipo de sistema de lanzamiento nuclear podría conducir a una carrera armamentista mundial no vista desde la Guerra Fría. China negó incluso haber realizado una prueba de misiles diciendo que, de hecho, estaba probando un avión espacial.
Según el Financial Times y The Drive, el misil era parte de un Sistema de Bombardeo de Orbita Fraccionada (FOBS), lo que significa que entra en una órbita baja alrededor de la Tierra antes de volver a entrar en la atmósfera en un vehículo de planeo hipersónico y alcanzar su objetivo. El Financial Times informó que el vuelo de prueba falló su objetivo por poco más de 19 kilómetros.
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Pero 19 kilómetros no hacen mucha diferencia cuando se habla de un intercambio nuclear. “Si te preocupa que pudiera haber una guerra nuclear, esto no debería cambiar tu sentir porque no cambia el hecho de que, si realmente quisiera, China podría vaporizar las ciudades estadounidenses”, le dijo a VICE Bleddyn E. Bowen, profesor de la Universidad de Leicester y autor de War in Space.
“Recuerda, China ya tiene misiles balísticos, por lo que ha podido amenazarnos durante décadas”, le dijo a VICE Stephen Schwartz, un alto miembro no residente del Bulletin of the Atomic Scientists. “Lo que la mayoría de la gente no entiende es que A, el arsenal de China es muy, muy, muy pequeño y B, sus armas no están en alerta constante, como lo están las nuestras. Aunque están avanzando en esa dirección debido al tipo de capacidad de amenaza inexorable que perciben de nuestra parte”.
Recientemente, el Pentágono ha empezado a preocuparse por la amenaza de nuevas armas nucleares en China. Durante el verano, los satélites revelaron la construcción de cientos de nuevos silos de misiles en el noroeste de China. Según Schwartz, la expansión de la capacidad militar de China es, en parte, una reacción a la amenaza percibida por parte de las fuerzas armadas estadounidenses.
Jeffrey Lewis, director del Proyecto de No Proliferación de Asia Oriental en el Instituto de Estudios Internacionales de Middlebury, está más preocupado por la reacción de Estados Unidos ante la prueba que por la prueba en sí.
“Creo que esto se parece mucho a las semanas y meses posteriores al 11 de septiembre de 2001, cuando teníamos miedo y éramos vulnerables”, dijo. “Y decidimos que teníamos que hacer algo y lo que decidimos hacer fue invadir Irak, lo cual definitivamente fue algo. Hicimos muchas cosas que eran contraproducentes, las cuales empeoraron la situación porque no sabíamos qué hacer. Una de las cosas que hicimos fue retirarnos del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), que es lo que nos trajo justo a donde estamos con el FOBS”.
El hipotético FOBS de China está diseñado para eludir el Sistema de Defensa de Misiles Balísticos de Estados Unidos, que son baterías de misiles colocadas estratégicamente y que se supone que pueden destruir bombas nucleares en el aire, antes de que alcancen su objetivo. El Tratado ABM fue un acuerdo de 1972 con la Unión Soviética que limitaba el número de tales sistemas que ambos países podían desarrollar y desplegar. Colin Powell y George W. Bush desmantelaron ese tratado a raíz del 11 de septiembre. “Si no hubiéramos abandonado el tratado ABM en 2001, si George W. Bush no lo hubiera abandonado unilateralmente, creo que probablemente no estaríamos hablando de esto hoy”, dijo Schwartz.
La horrible lógica de las armas nucleares como pacificadores mundiales significa que todos se mantienen a raya solo si existe una amenaza creíble de aniquilación nuclear. Los sistemas de defensa antimisiles mitigan esa posibilidad, por lo que los países rivales trabajan para desarrollar armas que los eludan. Eso conduce a una carrera armamentista como la que tuvimos durante la Guerra Fría.
Bowen, Lewis y Schwartz señalaron que es ridículo emocionarse por una nueva arma nuclear china que pueda eludir los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos. “Los sistemas de defensa antimisiles estadounidenses nunca han podido detener un ataque nuclear importante”, dijo Bowen.
“Tienen un historial de pruebas muy deficiente”, dijo Lewis. “Es de alrededor del 50 por ciento y solo en escenarios muy programados. No hacen pruebas en condiciones climáticas adversas. Cancelan las pruebas de defensa antimisiles en caso de lluvia”.
Según Schwartz, el sistema de defensa que China quiere eludir nunca ha destruido ni una sola arma nuclear.
“No hemos destruido nunca una ojiva nuclear con un sistema de defensa de misiles balísticos”, dijo Schwartz. “Durante muchas décadas, con lo que sí hemos destruido, colectivamente en todo el mundo, más de 51.000 ojivas nucleares ha sido con iniciativas de control de armas unilaterales, bilaterales y multilaterales. Y esas armas desaparecen para siempre. Y todo lo que nos costaba era algo de tiempo para hablar y llegar a un acuerdo y crear sistemas de verificación”.
Schwartz dijo que en lo que realmente deberíamos concentrarnos es en reducir y eliminar los arsenales nucleares con acuerdos de control y reducción de armas. “Durante mucho tiempo hemos intentado utilizar la tecnología para resolver este problema político. Y no ha funcionado”, dijo.
A medida que las relaciones entre China y Estados Unidos continúan enfriándose y las agencias de inteligencia estadounidenses continúan enfocándose en el Este, eso se vuelve más difícil de lograr. “No me hago ilusiones de que China se acerque a la mesa pronto, y nosotros los estamos guiando activamente en esa dirección, lo reconozcamos o no”, dijo Schwartz. “Y si reaccionamos de forma exagerada a esto, y decidimos hacer algo que ellos perciban como aún más amenazante, pagaremos las consecuencias”.