China busca gente blanca sin aptitudes

Si eres un blanco que habla inglés, podrías conseguir trabajo dando clases en China. Muchas escuelas te contratarían sin ninguna experiencia, credenciales o visa de trabajo. A veces ni si quiera necesitas aplicar para el trabajo. En Urumchi, al noroeste de China, nos ofrecieron a mi compañero y a mí dar nuestras primeras clases mientras comíamos en un puesto de fideos callejero. Llevábamos menos de una semana en el país.

«¿Quieren trabajar en mi escuela?, nos preguntó una señora, dándonos una tarjeta de presentación y una sonrisa. «Pueden empezar mañana».

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No sabíamos si reírnos o no. ¿Era en serio? Ninguno de nosotros sabía nada de dar clases a niños.

«No hablamos chino», le contestamos.

«No hay problema», nos contestó rápidamente. «¿Entonces qué dicen?».

Fue la primera de muchas ofertas que rechazaríamos en poco menos de dos meses y medio que viajamos por China; recibimos ofertas en la calle cuatro veces más, y casi cada vez que visitábamos una escuela. En la industria de enseñanza privada, que está creciendo casi 15% anualmente, las academias de lengua privadas buscan caras pálidas como las nuestras para llenar la gran demanda de maestros de inglés.

Pero el rápido crecimiento de la industria está creando nuevas lecciones de ocio con jóvenes extranjeros que por lo general no están calificados para dar clases. Además de los cerca de 180,000 «expertos foráneos» que entran a China con visas de trabajo anualmente para trabajar en educación, hay muchos más que vienen con visas de turistas o de estudiantes. De las docenas de maestros con las que hablamos para esta historia, solo dos tenían visas de trabajos, y solo un poco más de la mitad tenían algún tipo de experiencia o certificación.

El mercado negro del empleo de enseñanza ofrece buena paga en un país barato, generalmente con jornadas cortas y poca rendición de cuentas. Muchos de los padres que pagan altos precios por esas lecciones no hablan inglés en sí, lo que hace difícil que sepan cómo van sus hijos, o si los profesores saben algo. Al parecer muchos locales no se dan cuenta de lo fácil que es conseguir trabajo con una piel blanca y conocimiento básico de inglés.

Kunming, la capital de la provincia del sur de Yunnan, una ciudad en donde la industria de 4.5 billones de dólares por año que representa la enseñanza de inglés, está creando una escena propia. El vecindario de Green Lake está lleno de cafeterías con dueños extranjeros, donde se juntan los estudiantes de intercambio de la Universidad Normal de Yunnan para practicar su caligrafía y tomarse una cerveza. Dentro de los límites del área de cafés en Kumming, los dialectos se convierten en una extraña mezcla de varios acentos del inglés. Algunos hablan de sus materias y otros de sus planes de viajar por Asia. Es una comunidad diversa, con gente de Ucrania y de Uruguay. Pero lo que la mayoría de ellos tienen en común es un trabajo de medio tiempo enseñando inglés.

Eric, un Noruego que vino a Kunming a estudiar mandarín, no es la excepción. Cuando lo conocimos estaba sentado en una de las mesas de esos cafés, practicando su caligrafía en chino. En la mesa de a lado, unos gringos con playeras sin mangas se estaban tomando su segunda cerveza a medio día. Eric vio su reloj y rio; «Como extranjero en Kunmig, parece que solo haces cuatro cosas: fumar, tomar, enseñar inglés y de vez en cuando, aprender algo de chino».

Eric decidió aceptar un trabajo de medio tiempo poco después de llegar a la ciudad. Un amigo suyo le dijo que podía ganar 120 yuanes por hora en ese trabajo (como 250 pesos), una cantidad considerable en China, donde comer algo cuesta como 10 yuanes. «Es fácil», le aseguró su amigo.


Foto via.

Eric llegó a la Academia Lijao un día. Su jefe lo contrató inmediatamente y le dijo que su primera clase comenzaría en dos horas. No se necesitaban certificaciones como el TOEFL; le pagarían por debajo del agua porque no tenía visa de trabajo; y tampoco era un problema que el idioma natal de Eric no fuera el inglés.

«No creo que mi jefe sepa de qué país soy», dijo Eric.

La mayoría de los maestros con los que hablamos nos dijeron que sus empleadores tenían requerimientos similares, y que rara vez se necesita algún certificado. Incluso cuando los extranjeros los pueden comprar por algo así como 2,500 pesos. En 2007, The China Post reportó que hasta el 40% de los maestros en Taiwan operaban con licencias falsas. En China, el problema es tan grande que la Unión de Maestros Extranjeros de China, una organización que da asesoría a los educadores foráneos, tiene una lista negra de agentes que falsifican credenciales. Lo que hace difícil rastrearlos a todos es que muchas escuelas operan sin registro, y los pagos se hacen en secreto.

Tal vez el mejor argumento para la falta de capacitación esté en los números. En 2010, The Guardian estimó que 30 mil organizaciones ofrecían clases particulares de inglés, de 15 mil que había en 2005. La oferta de maestros calificados de inglés es escasa, y no hay suficientes para dar servicio a millones de nuevos estudiantes que entran al mercado diariamente.

La dura economía se refleja en los excelentes salarios de los maestros extranjeros. A Eric le pagan tres veces más que al maestro chino promedio.

En la escuela de Robert, la academia privada de inglés más grande en Kunming, el salario promedio de un maestro extranjero es de 10 mil yuanes al mes (21,400 pesos), por 25 horas de trabajo a la semana. A los nativos Chinos se les paga entre 3 mil y 6 mil yuanes al mes, dependiendo en su antigüedad.

La brecha en el salario existe porque los maestros extranjeros son más difíciles de encontrar y le  generan más ganancias a la escuela. Las clases impartidas por extranjeros cuestan 40 yuanes la hora, comparado con 30 yuanes que cuesta una impertida por un chino. La academia le paga aún más a los maestros extranjeros que tienen experiencia y certificados como el TOEFL. 

Robert Norfolk, el inglés que fundó la academia en 2001, dice que los instructores foráneos son clave para mantener el negocio competitivo. «El hecho de que yo sea extranjero también da [al negocio] más credibilidad», me dijo. «Es un gran atractivo para los padres». De hecho es tan atractivo que aunque las clases impartidas por extranjeros son más caras, a Robert le cuesta convencer a los padres de que es mejor tomar clases con maestros chinos los primeros años de aprendizaje. Dice que algunos padres que mandan a sus hijos con maestros foráneos desde pre-escolar no se dan cuenta de que el bajo nivel de chino que hablan los maestros hace más difícil enseñar a los niños cosas como el alfabeto.

En las escuelas menos legítimas, la fiebre extranjera de los padres puede llevar a prácticas más despreciables. Una profesora asiático-americana, que decidió permanecer anónima, nos dijo que tuvo más dificultad y que las entrevistas eran más estrictas que las de sus compañeros blancos. Cuando finalmente la aceptaron por la recomendación de una compañera, continuó siendo puesta a prueba por parte de los maestros y del director de la escuela. El LA Times hizo un artículo de este fenómeno en 2007.

En todo caso, los excesos de la industria salen de los bolsillos de la creciente clase media china, muchos de los cuales viajan a países de habla inglesa como Estados Unidos, Australia o Singapur.  

«Francamente hablando, muchos de ellos son ricos. Han viajado por todo el mundo y quieren que sus hijos también lo vivan», dijo Vanessa, una maestra china de inglés en Hengdong Haina Education, otra escuela privada en Kunming. Su enfoque ya no es el aprendizaje de memoria, «los padres quieren que sus hijos sean platicadores».

Liang, colega de Vanessa, ya tiene planes para meter a su hija a un kinder con maestros extranjeros. Dice que tener a un extranjero dando la clase va a ayudar a su hija con la pronunciación, el acento, y la espontaneidad de una conversación que le permitirá ser exitosa cuando estudie en el extranjero. Es algo cada vez más común en China: los chinos son el mayor grupo foráneo de estudiantes en EU, con 235 mil inscritos en universidades de ese país, de acuerdo con el reporte anual de Intercambios Internacionales de Educación.

Mientras la industria crece y más occidentales se mudan a China, la industria de enseñanza de inglés puede ser presionada para aumentar los estándares de sus instructores. Pero hasta que eso pase, un instructor foráneo no garantiza lecciones de calidad. Mientras algunos están increíblemente comprometidos con lo que hacen, muchos ven estos trabajos como la oportunidad de vivir fácil en el extranjero mientras trabajan 20 horas a la semana, y muy probablemente jodiendo la educación de muchos niños mientras lo hacen.