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Cómo fuman marihuana los más ricos del mundo

A Cheryl Shuman le gusta hacer purés de marihuana de postre. Los remata con un chorrito de Schnapps Goldschlager sabor canela.

“Imagínate un hermoso soufflé de chocolate con una reducción de cannabis servido con un puré de frambuesa y el chorrito destellante y dorado del Schnapps encima” dijo, “Es delicioso. ¡Y tan glamouroso!”.

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Así es el mundo de Shuman: ostentación, glamour y marihuana. Shuman es la directora del Cannabis Club de Beverly Hills, agrupación que distribuye marihuana de la mejor calidad entre su selecta y exclusiva clientela, además de accesorios para consumirla. A Shuman su amor por el cannabis se le solapa con su amor por el activismo, que a su vez se le solapa con su entusiasta y exitosa campaña por cambiar la imagen de la hierba. Porque si bien es cierto que hay quien asocia marihuana con bolsas de plástico de cierres herméticos y sótanos nebulosos, aquí estamos hablando de vaporizadores con incrustaciones de diamantes y de fiestas para la flor y nata de Hollywood.

Shuman no está sola. Ella es solo una más de un círculo extendido de emprendedores que están invirtiendo en lo que ella llama “el boom de la hierba punto com”. En Estados Unidos se espera que la legalización en varios estados de la planta psicoactiva estará reportando 10 mil millones de dólares en ingresos para el año 2018. Se trata de una astronómica cantidad de ingresos que, a su vez, generarán una enorme cantidad de inversiones. Así que productos tan exclusivos como los vaporizadores de oro de catorce quilates, las mejores flores cultivadas artesanalmente, los papeles de fumar tejidos en oro, la marihuana que no da gula y los comestibles gourmet están transformando un negocio que en su día fue clandestino, en un negocio de lujo.

Los productos del Cannabis Club de Beverly Hills. Imagen: cortesía de Cheryl Shuman.

“Desde que Colorado tomó la histórica decisión de legalizar la marihuana para su uso recreativo, los otros estados del país se están alineando y tras ellos los expertos en branding, los diseñadores y emprendedores” contó Shuman, quien también se ha convertido en la máxima responsable de la organización Madres por la Marihuana, una red de madres que abogan por el consumo legal y seguro de la planta.

Su club cannábico ofrece un extenso catálogo de brillantes accesorios, desde vaporizadores de oro y con incrustaciones de diamantes hasta bolsos de alta costura provistos de compartimentos secretos en donde almacenar cualquier sustancia imaginable, legal o no. Shuman también está trabajando en la futura inauguración de urbanizaciones turísticas, hoteles, restaurantes de lujo, cafés de Internet, centros de yoga y cafeterías cannábicas donde se podrán adquirir sus productos. Actualmente su club cannábico promueve eventos privados en Hollywood, como la reciente fiesta celebrada para la delegación alemana posterior a la entrega de los premios Grammy o las cenas elaboradas con alimentos cocinados con cannabis por chefs profesionales.

El mercado del cannabis de lujo no consiste únicamente en drogarse. Es un mercado que reivindica el gusto, la textura, la calidad, la sensación y el ambiente en que la sustancia es consumida, donde los capullos de la flor germinan de manera exclusivas y milimétricamente cuidadas. A nadie debería extrañarle que en el mundo obsesionado por la comida en que vivimos, la industria de lujo haya decidido llevar la gula y los comestibles narcóticos hasta una nueva dimensión.

El chef de Los Ángeles especializado en comida cannábica Jeff el chef 42, organiza caterings para la flor y nata de la sociedad californiana. Jeff se desplaza a fiestas privadas o a domicilios particulares, fiestas de famosos en yates o fiestas organizadas por revistas cannábicas, donde cocina festines sazonados con cannabis. Las ensaladas de kale (col rizada), las alitas de pollo tailandés ahumadas o la crema de whiskey sin alcohol son algunos de sus platos favoritos. Jeff cuenta que cocina en dosis de 10 miligramos por comensal (siempre partiendo de la base de que nadie va a comer en exceso), los que según él provocan un efecto comparable a dos copas de vino.

Alitas de pollo con cannabis. Imagen: cortesía de Jeff, el chef 420

Y todos aquellos preocupados por que la proverbial gula que sobreviene tras la ingesta de cannabis pueda perturbar sus elásticos cuerpos moldeados a la luz del yoga, pueden quedarse tranquilos: ha llegado la marihuana delgada. El exclusivo círculo de la marihuana de lujo ofrece la variedad producida por la presentadora televisiva Betheenny Franker. Se llama “Skinnygirl marihuana” y se ha ganado muchos adeptos por ser libre de gula. Franker, una de las protagonistas del reality estadounidense The real housewives of New York City, ya había acuñado con éxito la marca Skinnygirl cocktails (cócteles para niñas delgadas en español). El cannabis no se ha quedado atrás.

La marihuana delgada está basada en una solución química muy específica. El sistema endocannabinoide, o la red endógena de receptores cannabinoides del organismo si se prefiere, regula el apetito y el metabolismo, entre otras funciones. Los receptores endocannabinoides le dicen al cuerpo cuando liberar la grelina, también conocida como la “hormona del hambre”.

Algunos de los cannabinoides o de los componentes químicos del cannabis, activan los mismos receptores en el cerebro y en el tracto digestivo que los endocannabinoides del cuerpo, lo que explica por qué algunos cannabinoides que se encuentran en el cannabis estimulan el apetito, específicamente el THC y el CBN. Otros hacen lo contrario, como el THCV y el CBD. Variedades cannábicas como las que utiliza Skinnygirl pueden cultivarse para potenciar cannabinoides específicos. Algunas de las variedades que contienen elevados niveles de THCV o CBB se comercializan en Estados Unidos bajo nombres como Durban Poison, Doug’s Varin, ACDC o Harlequin.

La manera en que una variedad es cultivada, ya sea por cómo afecta al apetito o por su calidad en general, ha provocado el surgimiento de muchas variedades de marihuana artesanales de lujo, comparables a la cerveza artesanal o a los licores añejos. Durante el pasado mes de agosto en la celebración del mercado agrícola de Emerald, los cultivadores de hierba de Mendocino, California, se desplazaron hasta Malibú para exhibir su cosecha, exactamente como quien organiza una cata de vino. Y al igual que sucede con el vino o con el champán, el cannabis de alta gama lucha porque se le reconozca su denominación de origen, de manera que pueda ser etiquetado y demostrar así su elaboración, calidad y origen.

Hoy en día ya se puede distinguir al cannabis por su denominación de origen, claro que antes no era así. Antes tenías que confiar en tu dealer. Justin Calvino, un emprendedor de Mendocino, espera que se distinga la calidad del cannabis dependiendo del lugar en que haya sido cultivado. Calvino es el propietario de Terroir Event Company, una empresa que organiza mercados de cultivadores de cannabis en Mendocino, además del recientemente organizado en Malibú. “Vamos a crear una línea de nuestra marca que mostrará cuál es nuestra metodología, nuestro tratamiento del esqueje y las condiciones climáticas que observamos para producir una de las mejores variedades de cannabis del mundo” dijo.

La semilla artesanal florece fundamentalmente en el exterior, a la luz del sol o en invernaderos y en tierras particularmente sembradas, en las que el abono incorpora distintas variedades de té. “En nuestro cannabis puedes saborear la tierra” aseguró Calvino, “Es el producto de mayor calidad que se puede comprar para un paladar educado”.

Mientras que tradicionalmente la calidad del cannabis acostumbraba a estar determinada por la potencia y los niveles de THC, Calvino opina que los sabores han evolucionado conforme la hierba se ha vuelto aún más ubicua de lo que ya era. “Nosotros formamos parte de una organización que venera los compuestos terpénicos” explicó. Si bien es posible que el consumidor medio no llegue a distinguir estas sutiles diferencias, los expertos sí pueden comprender y sentir la importancia de los terpenos, aceites vegetales del cannabis que confieren a la semilla su aroma y su sabor.

Los vaporizadores Evoxe incluyen mezclas de cannabis con aceites vegetales. Imagen: Evan Mann

Los laboratorios Evoxe, una de las compañías que participaron en el mercado de intercambio de Emerald, apuesta por los efectos de una semilla que combina el aceite del cannabis con terapenos extraídos de suelos aromatizados. Ellos están enfocados en los consumidores de vaporizador. El mezclar un esqueje índico con lavanda, manzanilla y aceites esenciales de naranja tiene efectos más relajantes; mientras que si se combina con aceites de menta, lima, ciprés y canela resultará más estimulante . Es como el “Red Bull” del cannabis”, en palabras de Michael Katz, presidente de Evoxe.

Mientras los químicos del cannabis trabajan de manera sinérgica durante el llamado “efecto séquito” (entourage en inglés), el añadido de aceites esenciales y químicos de otras plantas, como el que promueve Evoxe, potencia todavía más el efecto. “El cannabis de lujo consiste en saber quién cultiva la planta, en conocer la calidad del producto que estás utilizando y en saber cómo se hace” dijo Katz.

Una vez que dispones de un material de lujo, como nunca antes existen variadas y sofisticadas maneras de fumarlo. Los bongs artesanales y las pipas de diseño pueden costar desde decenas a miles de dólares. Y los pequeños complementos pueden venderse por precios superiores a los 10.000 dólares. De hecho hay quienes no dudan en gastar dos mil dólares más para conseguir un cannabis prensado con resina de pino seca, el que se fuma con sopletes.

Para el resto de la plebe siempre quedan los papeles de liar tejidos con filamentos de oro. La única variedad de oro comestible es la de 24 quilates, cuenta Dave Brown, fundador de Shine Papers. Sus productos oscilan entre los 14 y los 55 dólares por paquete.

Papeles tejidos con oro. Imagen: Courtesy of Shine Papers

“No, no es oxígeno” cuenta Brown, “pero a la gente le gusta alardear. A la gente le gusta celebrar con sus amigos. Shine es un producto de lo más sociable. Lo más probable es que no te quedes solo en el sofá fumando Shine; lo más probable es que lo hagas en un concierto. O con tus amigos”.

Con toda la parafernalia que acompaña a los colocones de la aristocracia, fumarse un cigarillo de marihuana puro y llano parece una ordinariez. Claro que incluso aquellos que comercializan la marihuana de lujo y sus derivados reconocen que al final lo que cuenta es cómo te hace sentir la experiencia.

“No se trata puramente de colocarse” aseguró Calvino, “Hay que responder a otras preguntas para alcanzar las cumbres. ¿Cuál es el objetivo?¿Relajarse?¿Concentrarse? ¿Se consiguen los efectos buscados? ¿ Y de qué manera disfrutas tus colocones cuando fumas?”