Pedro tiene 500 mascotas olímpicas, y casi todas son Cobi

Pedro posando con algunas de sus piezas. Todas las fotografías de Unfollow Magazine cortesía de Ana Boyero

Desde hace décadas, cada vez que se celebra una competición internacional de renombre, se crea a su vez un logo específico para la misma y una mascota.

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A su vez y en base a estos dos elementos, se crean cantidades industriales de merchandising: camisetas, llaveros, muñecos, gorras… Todo lo que se pueda producir y más para rentabilizar hasta el último euro, libra, yen o dollar invertido e intentar que el evento aparezca hasta en la sopa.

Algunos de estas mascotas se convierten en personajes emblemáticos, —como en el caso de Cobi, la mítica mascota de las olimpiadas de Barcelona 92— y con el paso del tiempo, van surgiendo personas que reivindican la importancia de estos objetos, personas que los coleccionan y acaban creando pequeñas galerías de diseño olímpico en sus casas. Galerías que, como en el caso de Pedro, han llegado a ceder sus obras para participar en exposiciones internacionales, como pasa con cualquier otro tipo de obra de arte.

Pedro Luis Martínez lleva coleccionando merchandising de J.J.O.O —tanto de verano como de invierno— y de otros eventos internacionales, como las Exposiciones Universales, desde la década de los 90 y hablé con el sobre ello y sobre el encanto incontestable de Cobi y su éxito como diseño y como mascota olímpica.

VICE: Hola Pedro, me imagino que te habrán preguntado esto mil veces pero… ¿hace cuanto y cómo empezaste con esto?
Pedro: Buenas Gonzalo, esto no empezó en un momento concreto, aunque si hay que buscar uno sería en los 90 cuando todos los niños estábamos continuamente expuestos a productos promocionales vinculados con los dos grandes eventos internacionales que se celebraron en el 1992 en España, me refiero obviamente a los juegos Olímpicos de Barcelona y a la Exposición universal de Sevilla.

Muchas marcas regalaban pequeños juguetes promocionales: unas carrañacas para los lápices o unas gomas de borrar que nunca acabaron de borrar bien, lo que si recuerdo es el helado de Cobi de Frigo o el propio de Curro que creo que era de Avidesa, con el envase de este jugaba a “la Expo” o a hacer ceremonias de inauguración.

Cabe señalar que nunca me llevaron a ninguno de estos eventos y quizás lo de coleccionar este tipo de material nació de una frustración infantil que posteriormente he ido superando bastante bien, o eso creo.

¿Cuántas piezas tienes ahora mismo?
No tengo un inventario de la colección, pero calculo que alrededor de 500 piezas fácilmente, aunque no suelen ser grandes y ocupan poco espacio debidamente guardadas en sus cajas. Por suerte la colección sólo crece cada 2 o 4 años con los juegos de verano, invierno y si se celebra alguna expo.

Viendo las fotos de tu colección, está claro que los protagonistas son los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92 y principalmente su mascota, Cobi. Desde fuera puede parecer una cuestión de nostalgia pero en una entrevista de hace unos años te oí decir que Cobi había sido la primera mascota en tener rasgos humanos más definidos, ¿crees que es eso lo que le hace especial?
El Cobi de Javier Mariscal es especial por muchas razones, la nostalgia obviamente es una de ellas pero a nivel gráfico supuso un gran éxito ya que se desarrolló un programa de identidad muy amplio, podías encontrarlo de mil maneras, desde el de Seiko con su cronómetro al de Damm sentado sobre un barril de cerveza brindando con una jarrita. Su expresividad, aunque a priori parecía limitada, dio mucho de si. No se puede decir que fuera el primero oficial de su estirpe pero según dicen, si el más exitoso a nivel comercial.

El Cobi de Seiko

A pesar de esto, también tienes a muchísimas otras mascotas olímpicas, incluso tienes al perro de Munich ’72, ¿te costó mucho encontrarlas? ¿Cuáles son las más caras? ¿Y cuales son las más escasas? (en general, no de tu colección)
Si, te refieres a Waldi diseñado por Otl Aicher para las Olimpiadas de Munich en 1972 que junto a la identidad de esos juegos de la que Otl también se encargó, constituyen uno de los trabajos gráficos más importantes desarrollados para este tipo de eventos y posiblemente mi favorito.

Encontrarlas no es complicado, si se sabe buscar, con herramientas como eBay o en rastros y anticuarios se pueden conseguir objetos interesantes.

Las más caras suelen ser precisamente las más escasas, concretamente llevo buscando bastante tiempo los búhos de los juegos Olímpicos de invierno de Nagano en el 98 y a Magique de Albertville del mismo 92, supongo que la producción fue inferior y es difícil encontrar algo que no tenga un precio desorbitado.

Waldi, mascota de Munich ’72

¿Y la más rara y la más cara que tienes?
Ese es un Cobi de unos 5 kilos con un yogur de Danone,por mi trabajo me costó perder la atención en varias reuniones ya que aun presidía a una sala en las oficinas de la marca en Barcelona, y claro cuando lo vi a la venta en una web de coleccionistas no pude evitar hacerme con el como si fuera un pokemon legendario o algo así.

Cuando te escribí por primera vez me dijiste que le habías regalado algunas de tus piezas a tus sobrinos y en la entrevista que citaba parece que des a entender que ya entonces no buscabas tanto como antes. ¿Es así? ¿A qué se debe?
(Risas) A los niños les he regalado a Vinicius y a Tom que son las mascotas de los juegos que se celebran estos días en Rio, no es mi intención de adoctrinarlos en el tema, pero es que hacía años que no se presentaban mascotas tan molonas como las de este año. Buscar lo que es buscar nunca lo he hecho, aparecen por casualidad o cada cuatro años como te decía por lo tanto la cosa consiste en actualizar, se puede decir que es una colección viva.

Me imagino que no eres el único que colecciona productos de las olimpiadas, ¿hay una red grande en España de coleccionistas o es algo que se da más a nivel internacional?
En España conozco a alguna otra persona que tiene material aunque no hay una red específica pero si que existen ferias internacionales de coleccionistas mas “serios” a las cuales no he asistido nunca.

Hablando con diferentes personas y oyendo lo que dice algunos sobre las mascotas y todos estos productos, da la sensación de que este tipo de objetos se ven como algo hortera y cutre, sin ningún valor y que coleccionarlos es algo excéntrico y no se valoran su diseño y sus cualidades, ni tampoco se tiene en cuenta el momento en que se hizo ni su influencia —sobre todo en el caso de los más antiguos—, ¿por qué crees que pasa esto? ¿cómo crees tu que lo ve la gente?
¿En serio que dicen eso? No se como tomármelo… (risas).

Supongo que el concepto de mascota es hortera en si, sólo hay que darse una vuelta por el Museo Olímpico de Barcelona para ver en conjunto esa “gran familia” de personajes de sonrisa permanente, a algunos les parecerán horteras, a otros les enamoraran y a la mayoría le darán un poco de miedito, hay para todos los gustos.

Algunas de las piezas de tu colección fueron expuestas en China, ¿cómo fue esto? ¿se han expuesto en otros sitios?
Si, me contactaron los organizadores stand de Barcelona en la Exposición Universal de Shangai de 2010 para que les cediera una pieza. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que lo de la colección era algo más que un ejercicio excéntrico de nostalgia. Un Cobi se fue a China y volvió tras un año, feliz después de un viaje que ya me hubiese gustado hacerlo a mi.

Luego con motivo de los 20 años de Cobi se organizó una exposición en Dudua en la que expuse algunas piezas y varios artistas reinterpretaron a su manera al can y también recuerdo con nerviosismo una charla que di en el marco del festival Ilu·station sobre las historia de estos personajes.

¡Muchas gracias Pedro!
Gracias a ti por este rato y a disfrutar de este año Olímpico. ;)

@ghtrasobares