Si has estado bebiendo sistemáticamente un promedio de tres cervezas por noche, cuando, antes de la pandemia, eras el tipo de persona que solo bebía los fines de semana, o ya no te ejercitas en absoluto cuando anteriormente hacías ejercicio con regularidad, no estás solo. El estrés del año pasado ha sido un infierno, en el mejor de los casos. Es comprensible que hayan surgido mecanismos que te ayuden a sobrellevar el confinamiento.
También es comprensible que, al mirar a un futuro cercano en el que todos estarán vacunados y saldrán de fiesta de nuevo, empieces a sentir cierta preocupación por el perjuicio que haya sufrido tu salud general durante el año pasado. ¿Todas esas cervezas extra que tomaste en el sofá te llevarán a la tumba prematuramente? ¿Tu cuerpo se recuperará de un año en el que básicamente no te moviste? ¿Todos los afortunados supervivientes de esta pandemia morirán antes de tiempo a causa de los hábitos que adoptamos para sobrellevar el 2020?
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Como un grupo de médicos le dijo a VICE, en términos generales, los efectos secundarios y los mecanismos que adoptamos para sobrellevar la pandemia no deberían tener consecuencias graves en nuestra vida y salud en general. Si bien es posible que tengas la preocupación constante de que sea irremediable cualquier daño que le hayas ocasionado a tu cuerpo, los médicos concuerdan en que es completamente posible que te “recuperes”, y que también es completamente normal que hayas descuidado tu salud este año.
“Como seres humanos, todos somos muy resistentes”, le dijo a VICE Leah Whigman, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública UTHealth en El Paso. “¿Sirve de algo decir, la cagué en grande y ahora moriré prematuramente? ¿O es mejor decir, fue un año difícil, tuvimos desafíos extremos desde la perspectiva de salud mental, y con ello darnos un respiro para poder adoptar metas más saludables a medida que seguimos con nuestras vidas?”.
O, en otras palabras, un año sin socializar, sin movernos y bebiendo más de lo normal no debería causarnos problemas de salud importantes en los próximos años (dentro de lo razonable, y si tus nuevos buenos hábitos llegan para quedarse). VICE preguntó a los médicos cómo será el proceso de “recuperación” de los mecanismos nocivos que adoptamos para sobrellevar el confinamiento y sus efectos secundarios, así como de las situaciones inevitablemente estresantes que experimentamos el año pasado. Esto es lo que nos dijeron:
Consumo excesivo de alcohol
“Beber en exceso”, según los CDC, significa tomar ocho o más copas por semana para las mujeres, o 15 o más por semana para los hombres, según el tamaño corporal promedio. Estas cantidades de bebida, como estilo de vida, están ligadas a la mortalidad temprana. Pero un año de beber dos cervezas por noche no necesariamente te quitará años de vida, explicó Whigman. Si estuviste bebiendo de forma inusual, es casi seguro que estarás bien a largo plazo, en términos de salud, a menos que eso se convierta en tu nueva normalidad.
El mayor riesgo que plantea este hábito pandémico tan común es una mayor probabilidad de desarrollar hígado graso, dijo Whigman, pero muchos de los que presentan esta enfermedad ya tienen una predisposición genética a ella.
Trabajar desde casa
Trabajar desde casa puede ser extremadamente bueno: como algunos trabajadores le dijeron a VICE previamente, a muchos les parece que el ligero grado de flexibilidad que permite el trabajo desde casa es preferible que estar en una oficina todos los días. Pero trabajar desde casa sigue siendo un cambio que requiere de un ajuste, uno que la mayoría de la gente hizo bajo presión este año; para muchos, significó tratar de hacer malabarismos con el trabajo, los niños y la familia dentro de un mismo espacio reducido. También puede conducir a una falta total de límites entre tu vida personal y laboral, le dijo a VICE Jessica Stern, psicóloga clínica de Langone Health de NYU, como fue el caso de muchos que tuvieron que hacer el cambio repentino de trabajar desde casa durante la pandemia.
“Puede ser muy difícil pasar de la configuración psicológica de la vida laboral a la de la vida personal, y esto hace surgir la obligación de que sigamos trabajando en nuestro tiempo personal”, dijo Stern. “A muchas personas, el tiempo de traslado diario les permitía cambiar su configuración psicológica, y ahora que muchas de ellas ya no tienen tiempo de traslado, emplean en trabajar el lapso que hay entre el cambio de la configuración psicológica personal a la laboral”.
Stern agregó que, cuando sea seguro y posible que más personas reanuden sus traslados a una oficina, es probable que descubran que logran retomar esa rutina de forma natural. “Creo que nuestras mentes y nuestros cuerpos anhelarán tener límites, por lo que volverán a ese sistema anterior de límites con bastante rapidez”, dijo Stern. “Creo que la gente buscará ansiosa que eso ocurra, lo necesitará y se sentirá aliviada de tener límites establecidos”.
Aquellos que continúen trabajando desde casa buscarán establecer otro tipo de límites: tal vez creando un espacio de trabajo más permanente, moviendo su escritorio fuera de su dormitorio o estableciendo un horario de trabajo más estricto.
Sedentarismo
Si dejaste de hacer ejercicio cuando cerraron los gimnasios y luego te negaste a volver cuando tu gimnasio volvió a abrir a mitad de la pandemia, definitivamente no estás solo. Este ha sido un año en modo de supervivencia, y cualquier cosa que le agregue estrés físico a eso, como levantar pesas, mantener un programa de carreras, etc., se siente como si fuera demasiado. Si bien Whigman enfatizó que los adultos por lo general necesitan alrededor de 30 minutos de ejercicio cardiovascular al día (podría ser algo tan simple como una caminata o media hora de yoga), puedes simplemente comenzar a moverte más cuando sientas el deseo de hacerlo y volver a sentirte más saludable.
Como dijo Whigman, el cuerpo es resistente; no tiene sentido estar mirando al pasado, pensando en lo poco que te moviste y sintiéndote mal por ello, cuando puedes mirar hacia adelante y decidir moverte más en el futuro.
“Una cosa que la gente debe tener en mente es que nunca es demasiado tarde para adoptar hábitos más saludables”, dijo. “El pasado está en el pasado, todo se trata siempre de lo que puedes hacer en el tiempo que está por venir”.
Aumento de peso
No usaré ningún eufemismo cursi para referirme al aumento de peso en la cuarentena, pero el hecho de que existan nombres para este fenómeno sugiere que MUCHOS experimentaron un aumento de peso inusitado durante el año pasado. ¡Y por qué no! Estamos confinados, trabajamos desde casa y, vemos cómo los gobiernos fallan en responder adecuada y oportunamente a la pandemia.
Si te preocupa el peso que has ganado, Whigman dijo que, al igual que en el caso de retomar una rutina de ejercicios, retomar los hábitos alimenticios y de movilidad de antes de la pandemia deberá significar un retorno a tu peso corporal anterior (esto se conoce como teoría del punto fijo). ¡Pero! Whigman también agregó que, generalmente, cada año los adultos suben algunos kilos, por lo que, si bien es posible que apenas ahora lo hayas notado, es probable que en cada año de tu vida adulta hayas subido de peso y el año de la pandemia no sea distinto.
Como enfatizó Whigman, sé indulgente y amable contigo mismo; recriminarte por el peso extra que ganaste en medio de los momentos difíciles del año pasado solo te hará sentir mal, cuando deberías sentirte orgulloso de haber llegado tan lejos.
Poca socialización
Si estás pensando que todas tus interacciones sociales en público serán muy incómodas durante un tiempo, ¡probablemente lo serán! Pero también lo serán las de todos los demás, explicó Stern, y eso está bien. Stern dijo que la forma en que socializamos probablemente haya cambiado a lo largo de la pandemia, debido a la ausencia absoluta de conversaciones intrascendentales, etc., y ciertamente habrá un período de adaptación una vez que regresemos al funcionamiento habitual de la sociedad.
“Mucha gente dice en broma que está perdiendo la capacidad de socializar; no tenemos que preocuparnos de que sea un problema grave, pero llevará algún tiempo volver a poner en forma ese músculo”, dijo. “Los seres humanos son criaturas sociales por naturaleza. Estamos programados para poder socializar. A gran escala, no tenemos que preocuparnos de que nuestra capacidad de socializar se pierda para siempre”.
Socializar sin mascarillas
Una pesadilla común entre aquellos que realmente siguen las pautas de salud pública tiene que ver con salir a la calle sin una mascarilla, lo cual se ha convertido en un foco de ansiedad para muchos. Stern dijo que sentir algo de ansiedad al ver a las personas sin mascarilla, después de la vacunación, será normal. Ahora estamos muy acostumbrados a cubrirnos la cara y tenemos un gran y justificado temor a las consecuencias de no hacerlo. Pero dado que es probable que el uso de algún tipo de mascarilla continue por algún tiempo, la renuncia gradual a las mascarillas en los espacios públicos ayudará a aliviar un poco el estrés y volver lentamente a la normalidad.
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