Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
En un mundo perfecto, la respuesta a “¿Cómo discutir con un narcisista?” sería… simplemente no lo hagas.
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Pero, por desgracia, no vivimos en ese mundo. Ya sea que la persona sea tu pareja, padre, hermano, amigo, vecino, jefe o colega (o quizás incluso un extraño), todos tenemos al menos un narcisista en nuestras vidas, y la mayoría de nosotros tenemos varios. A continuación te explicamos cómo manejar de la mejor manera un conflicto con este tipo de personas.
¿Qué es una narcisista?
Comencemos con lo básico. Primero que nada, el narcisismo no es un diagnóstico; es un patrón. Y es un patrón que se caracteriza por la arrogancia, la falta de empatía, la búsqueda de validación y admiración, la sensibilidad a la crítica; por un sentimiento de grandeza, una falta de comprensión y dificultad para controlar las emociones, especialmente cuando se sienten frustrados o decepcionados.
En algunos casos, los narcisistas también viven en un estado constante de victimización y son malhumorados, resentidos, mezquinos, opositores y se sienten constantemente agraviados. Hay diferentes estilos y niveles de narcisismo, desde un nivel más moderado, sin dejar de ser molestos y arrogantes, hasta algo más amenazador, maligno y peligroso. En esencia, los narcisistas son inseguros y la forma en que discuten está diseñada para proteger sus frágiles egos.
¿Por qué parece imposible discutir con un narcisista?
Primero que nada, es importante tener en cuenta que discutir es saludable; cuando se hace bien, puede resultar en un debate sano, recíproco y respetuoso. En una oportunidad para estar en desacuerdo, expresar una posición o un sentimiento e idealmente terminar con una solución o al menos un compromiso. Nada de eso sucederá con un narcisista.
Una de las razones es la inclinación del narcisista por el gaslighting. El gaslighting es negar la realidad de otra persona. En su forma más simple, es decir cosas como: “eso nunca pasó”, “deja de darle tanta importancia a esto” o “no tienes derecho a sentirte así”. El gaslighting es típicamente parte de un patrón más grande de desviación; te deja tan confundido que te desvías del argumento original.
En discusiones saludables, muchas veces se logra una conclusión pacífica simplemente cuando una persona asume la responsabilidad de su papel en una situación. Eso no sucederá con un narcisista. Los estilos de personalidad narcisista también se asocian con eludir la responsabilidad. Ya sea que traten de culparte a ti por el problema en cuestión o culpen a otra persona.
Gran parte de esto es porque tienen una obsesión por ganar, que puede manifestarse en discusiones implacables, venganza, engaño, manipulación y sentir placer cuando otros pierden. También hay algunos elementos característicos del estilo de comunicación narcisista, sobre todo algo llamado “ensalada de palabras”, que es cuando el narcisista simplemente comienza a atacarte con una serie de declaraciones sin relación que tienen la intención de desconcertarte, agotarte y confundirte.
Y finalmente, si no les gusta cómo está yendo la discusión o cómo fue, es posible que simplemente decidan responder con evasivas, marcharse enojados o dejarte de hablar por días o semanas (o alguna variante como solo escribirte notas, mandándote mensajes de texto o hablándote a través de otras personas).
Entonces, ¿cómo discutes con una narcisista?
Escoge tus batallas.
La mayoría de las discusiones con narcisistas son una pérdida de tiempo porque no será posible que cambien de opinión o que estén de acuerdo contigo. Evítalas cuando sea posible.
Por supuesto, no siempre será posible evadirlas, por lo que es importante estar consciente de las batallas que estás dispuesto a emprender. Pueden ser discusiones relacionadas con el bienestar de tus hijos, tu integridad en un asunto profesional o cuestiones económicas. Puede valer la pena soportar sus golpes psicológicos por el problema correcto, pero no por cosas banales.
Mantén un tono de voz calmado y mantén la compostura.
Cuando el narcisista se enfurezca y grite, tú no alces la voz. En lugar de eso, mantén el tono calmado y firme que usaría una persona cuando intenta razonar con un niño haciendo berrinche. Si te sientes tan frustrado que empiezas a gritar tan fuerte como ellos, es posible que de repente dejen de gritar y te digan con calma: “Cálmate, por favor, ¿por qué estás tan enojado?” Eso te dejará desorientado, a la defensiva y tentado a comenzar a discutir sobre quién tiene la razón.
No te defiendas ni des explicaciones.
Intentar explicar o defender tu punto de vista en una discusión con un narcisista es una pérdida de tiempo. Recuerda estas sencillas palabras cada vez que discutas con un narcisista: NO ESTÁN ESCUCHANDO. Tienen un objetivo que cumplir y una realidad distorsionada que mantener; tus defensas y explicaciones te dejarán confundido y distraído cuando las descarten y las nieguen.
Sus ataques se sentirán personales, y la mayoría de las discusiones lo son. Pero los narcisistas tienden a ser oportunistas que discuten con cualquiera sin piedad. Define cuál es tu objetivo en la discusión, porque algunos objetivos son imposibles. No harás que piensen como tú; no los vas a convencer de que asuman la responsabilidad; no los vas a persuadir para que hagan algo. Si sigues recordándote a ti mismo que ellos lo único que quieren es ganar, y no les importa lo que tú o cualquier otra persona tenga que decir, puede ayudarte a desconectarte un poco y no dejar que la conversación se convierta en una pelea de gritos hirientes y sin sentido que te deje molesto e inquieto.
Aférrate a tu realidad.
El gaslighting solo funciona si dudas de tu propia realidad. Aférrate a ella y no dudes de ti. Cuando digan “estás muy sensible” o “eso no pasó”, no intentes corregirlos. Sonríe para tus adentros sabiendo que te están haciendo gaslighting y no te dejes arrastrar a su abismo manipulador.
No pierdas el hilo principal de la conversación.
Desviar la conversación y hacer ensalada de palabras son formas que tienen los narcisistas de esquivar y evitar el problema inicial planteado en una discusión. La desviación implica hablar de algo relacionado con el argumento inicial que puede trasladar la culpa a otra persona (“No puedo creer que estés haciendo un escándalo porque llegué tarde, sobre todo cuando tú duermes hasta tarde los fines de semana y eso retrasa todo, las últimas dos semanas hemos estado llegando tarde a todo porque duermes hasta tarde los fines de semana”). De repente, una discusión sobre los problemas causados por la impuntualidad del narcisista, gira en torno a tus hábitos de sueño.
La ensalada de palabras es aún más confusa: te bombardean con un montón de palabras, por ejemplo, “Puede que llegue tarde, pero el tiempo no es dinero, el tiempo conmigo es dinero y gano dinero cuando me presento a cosas importantes. Y hago cosas importantes, cosas importantes que cambian vidas. Me hacen ganar dinero y cambiar vidas. Y luego, si lo piensas de esa manera, no se trata de que yo llegue tarde, se trata de que tú te ganes el sustento”. Terminas tan confundido que el argumento inicial se pierde.
Asienta cortésmente después de escuchar su juego de palabras. Y luego vuelve al tema original de cuán importante es llegar a tiempo a ciertas citas. Si estás peleando por algo que te importa, sigue volviendo a ese punto. Eso enfurecerá al narcisista, pero está bien, significa que no estás cayendo en su desviación y confusión.
No menciones problemas del pasado (aunque ellos lo hagan).
Los narcisistas son maestros en recordar problemas y rencores del pasado. Desempolvarán ofensas que sucedieron hace años, o recordarán palabras que se dijeron hace meses. Son muy sensibles y se aferran a sus sentimientos heridos del pasado, que utilizan como armas en el presente. Cuando mencionen un problema del pasado, no caigas en la trampa de hacer lo mismo respondiendo con, “¿Ah, sí? Bueno, pues yo me acuerdo cuando dijiste bla, bla, bla, bla”, eso les permite guiarte hacia su narrativa desviada y confusa. Redirecciona la conversación o simplemente dejar de participar.
En una situación como esta, eso podría significar decir algo como “Está bien, para no estancarnos, centrémonos en el problema en cuestión…”. Si sigue dándole vueltas y vueltas al asunto como en un loop sin fin, prueba siendo un poco empático y aceptando tu responsabilidad: “Sí, sí dije eso, y sé que fue difícil en ese momento… y me gustaría que resolviéramos lo que está sucediendo ahora para que podamos seguir adelante”.
Está bien querer alejarse pero no te vayas enojado.
Si la discusión se convierte en gritos, acusaciones falsas, estupidez y confusión, está bien irse con calma. No salgas corriendo ni azotes puertas. Di con calma algo como: “Esto no es productivo para ninguno de los dos, así que me voy a tomar un momento” y aléjate tranquilamente. Hacer esto puede ser una forma de calmarte y evitar que quedes atorado en un loop agotador. Si sientes que debes retomar la conversación más tarde, tal vez acércate cuando estés más tranquilo y flexible, y cuando ambos tengan la fuerza para abordar el problema nuevamente. Pero debes saber que puedes terminar exactamente en el mismo lugar.
No caigas en provocaciones.
A los narcisistas les encantan las peleas. Te provocarán, te tentarán y te incitarán. Harán comentarios políticamente controvertidos. Es muy frustrante para ellos que no caigas en su trampa. Cuando dejas de ser una fuente de suministro narcisista que les da la satisfacción de una discusión, inicialmente se enfurecerán, luego se aburrirán y luego lo dejarán ir (al menos contigo). En algún momento, encontrarán una nueva víctima y tratarán de provocar discusiones con ella.
Retírate tranquilamente.
Las respuestas evasivas y la confusión que son parte de una discusión con un narcisista harán que quieras terminar la conversación lo antes posible. Esto no siempre es fácil; lo mejor es retirarte. Decir cosas como, “Ya no voy a discutir esto contigo” solo los hará oponerse más y puede resultar en que revisen el tema continuamente. Prueba los consejos anteriores y luego déjalo ir. Termina con un, “No tengo nada más que decir al respecto” y luego deténte. Puede que no se sienta como una resolución, pero al menos es un final.
La Dra. Ramani Durvasula es una psicóloga clínica con licencia y profesora de psicología, y autora de“Don’t You Know Who I Am?”: How to Stay Sane in an Era of Narcissism, Entitlement, and Incivility y Should I Stay or Should I Go: Surviving A Relationship with a Narcissist.
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