Sexo

Cómo hablar sucio sin que parezca fingido

How to Talk Dirty Without Feeling Fake (illustration of smiling open mouth)

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Ya sea que estés lejos de tu pareja, probando cosas con alguien nuevo que conociste en una aplicación de citas, o con ganas de ponerle emoción a tu vida sexual en casa porque, sinceramente, no hay mucho que hacer: es momento de perfeccionar el arte de hablar sucio.

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Tener conversaciones sexuales de una manera mutuamente apasionada puede ser tan simple como decir: “Quiero tu X en mi Y”. Pero también puede ser mucho más que eso. Probablemente todos hemos escuchado (y escrito o dicho) muchos guiones sacados de películas porno, pero también tenemos nuestros propios y sucios recursos personales, es decir, cada quien tiene una forma específica de expresarse en ese sentido. Hablar de sexo para excitarte a ti y a otra persona puede ser mucho más divertido cuando las obscenidades vienen de tu propia creatividad, en lugar de una plática cachonda más generalizada.

Mantener tus pláticas sexuales frescas y vigorizantes muchas veces depende de la narrativa que permite que la conversación se desarrolle y progrese, dejando espacio para la prueba y error y delimitando lo que tú y tu pareja necesitan para excitarse. No tiene que ser perfecto. De hecho, es más divertido cuando no lo es. Hace que las personas lo perciban como algo propio, y eso es probablemente lo más sexy que podrías pedir.

Entonces, ya sea que se vean en persona, se envíen mensajes, hablen por teléfono o hagan videollamada, aquí te decimos por dónde empezar y cómo olvidarte de la timidez, entre otras cosas, cuando se trata de hablar sucio.


I. Antes de empezar

Primero, habla contigo mismo.

Antes de empezar la conversación con otra persona, date un tiempo para evaluar en privado lo que te interesa. ¿Cómo sería el sexo ideal para ti? ¿Cómo lo describirías con tus propias palabras? ¿Se te hace sexy incluir tonterías en la conversación? ¿Te gustan las insinuaciones? ¿Que sean románticos? ¡Y también piensa en cuál podría ser el resultado!

Mientras más te conozcas, más podrás compartir con la otra persona y darle una guía sobre cómo puede comunicarse contigo de una manera que te haga sentir bien, dijo la terapeuta sexual y de relaciones Shadeen Francis. Imaginarte lo que quieres puede ayudar a tu(s) pareja(s) a “verte como quieres que te vean y tratarte como quieres que te traten”, dijo.

Si puedes identificar temas específicos en tu forma de pensar y hablar sobre lo que te gusta, compártelos con tu pareja cuando estés listo para empezar. Puedes decir algo como:

  • “Me encanta cuando alguien es tierno conmigo a la hora de cachondear”.
  • “Si quieres puedes decirme qué hacer de una manera mandona, siéntete libre de decirme qué hacer sobre la marcha”.
  • “Me gusta mucho la provocación antes de volvernos explícitos; soy fan de la sutileza y la tensión sexual”.

Cuando pienses y pruebes con estas líneas tú mismo primero, después podrías usar esa información para establecer cualquier encuentro sexual verbal con otra persona. Al tener esa iniciativa, le estás mostrando qué decir. Eso puede ayudarle a entender cómo quieres que te vea y cómo hacer que te excites usando el idioma que sabe que te gusta.

Si eres tímido o te preocupa ponerte nervioso (que no siempre es malo), escribe algunas palabras y frases de antemano como referencia.

Algo que a veces es intimidante cuando se trata de hablar sucio es que no siempre es fácil ser totalmente sincero y espontáneo. ¿Te pone nervioso lo que dirás en ese momento? No te preocupes. Tener un acordeón, incluso mental, no significa que se va a perder la espontaneidad o la autenticidad.

Según la educadora sexual Erica Smith, “Escribir un guión apasionado de antemano sobre cómo imaginas el desarrollo de tu charla sucia es como ser el autor de tu propia novela erótica”. Escribirlo todo puede facilitar que te apegues a los elementos descriptivos que reproducen tu manera cotidiana de hablar y pensar –o a seguir más de cerca una fantasía que esperas explorar con tu pareja.

Si no estás seguro de cómo empezar, intenta abordarlo como una historia y escribir un guión para las personas involucradas en ella. ¿Quiénes son los personajes? ¿Cuál es tu papel?

Si te sientes un poco tímido al principio con tu pareja y no sabes por dónde empezar/continuar/terminar, piensa en las líneas que tienes como respaldo.

II. Cómo empezar

El consentimiento siempre es necesario, incluso si solo estás hablando con alguien, así que asegúrate de que sea lo primero que hagas en una conversación sexual.

Así como dar y recibir consentimiento es algo que se tiene que hablar cada vez que pases a lo físico con otra persona, obtener un “sí” es crucial antes de mandar un mensaje sexy o cosas explícitas por teléfono.

Hablar sucio cuando no están físicamente juntos requiere, sobre todo, que seas más asertivo al obtener luz verde que en persona porque dependes de una nueva forma de lenguaje, dijo la terapeuta sexual certificada Casey Tanner, que se especializa en intimidad queer.

Tanner sugirió comenzar diciendo algo como, “Ok, me gusta hacia dónde estamos yendo”, seguido de un, “¿Qué piensas del sexteo?”.

Y a medida que avanza la conversación, probablemente habrá momentos en los que querrás obtener la autorización de tu pareja para saber que está bien llevar las cosas hacia otra dirección; intenta algo como, “¿Te gusta a lo que estamos llegando?” Una vez que tengas la autorización, puedes ser más específico, como, “¿Puedo decirte cómo me gusta que me hagan sexo oral, si a ti también te gusta?”.

Asegurarte de que los dos están de acuerdo tiene el doble beneficio de hacer que todos se sientan menos inseguros o tímidos al decir obscenidades.

Parte del consentimiento es asegurarte de que sea el momento adecuado, así que pregunta cada vez que lo hagas antes de comenzar (a menos que hayas establecido un acuerdo de manera directa y verbal).

Empezar a hablar sucio no es solo una cuestión de si alguien quiere escuchar tus deseos y que tú escuches los de ellos, sino también de tener la capacidad mental y estar en el entorno adecuado para ello.

En esta pandemia, específicamente mientras los encuentros en persona son menos frecuentes y lleva más tiempo planearlos, las personas (incluyéndote) pueden no tener muchas ganas de responder al cachondeo o sexo virtual, sin importar lo excitante que sea.

Recibir un mensaje explícito mientras cenas con tu familia no es ideal (para la mayoría de las personas, en cualquier circunstancia). Para evitar incomodidades de ese tipo, y para asegurarte de que estás incorporando el consentimiento en tu forma de pensar sobre el momento adecuado, intenta algo como esto:

  • “¿Estás en algún lugar privado ahora?”

Si la respuesta es sí:

  • “¿Puedo decirte cosas calientes en las que he estado pensando y que tú también me digas?”
  • “¿Te gustaría escuchar algo sexy? No pasa nada si no”.

Si la respuesta es no:

  • “Estaba pensando en que me gustaría estar contigo; si te sientes cómodo con eso te cuento más/te cuento en otro momento cuando estés listo”.

Establece tus propios límites y pregunta por los de la otra persona.

“Los límites no son algo que se manifieste espontáneamente”, dijo Francis. Tienes que hablar al respecto de antemano para saber a qué está dispuesta la otra persona y respetarlos. “Puedes quitar un poco de presión [sobre ti y tu pareja] al ser intencional sobre las conversaciones que están teniendo”, dijo, al evaluar los límites de cada uno con la ayuda de preguntas como:

  • “Me encanta el juego de roles, pero solo con personajes humanos”.
  • “¿Hay palabras que no te gustaría que usara antes de empezar?”
  • “Me gusta fantasear con ahorcar, pero, ¿tú cómo te sientes al respecto?”

III. Qué decir y hacer en el momento

Usa “sí, no o tal vez?” para ver en qué cosas coinciden.

Empieza por hacer una lista de preguntas para evaluar el interés de tu pareja y saber si sus fantasías son algo que estarías dispuesto a probar. La clave de esto está en tres palabras: “Sí”, “no” y “tal vez”.

Algo así: “¿Estarías dispuesto a que te envíe un vibrador similar al mío para que podamos masturbarnos juntos? ¿Sí, no, o tal vez?”, sugirió Tanner. “¿Te gustaría que te enviara una nota de voz de mí teniendo un orgasmo?”.

Establecer parámetros hace que las pláticas sexuales se sientan menos complicadas al darle pistas a la otra persona sobre cómo simplificar la conversación y respaldar sus respuestas de manera más concreta si así lo desea.

Si le parece bien, enséñale y dile a tu pareja lo que te gusta.

Después de empezar a describir lo que te gusta (y viceversa), ve si está bien mandarle videos o GIFs porno que muestren algo que te gustaría experimentar o explorar, o, por supuesto, simplemente descríbeselos con con mucho detalle. Como siempre, hazle saber que, si todos están de acuerdo al respecto, puede hacer lo mismo.

Di lo que quieres decir con confianza; si das a entender que tú estás cómodo, eso te ayudará a ti y a la otra persona a relajarse.

Sentirte inseguro cuando empiezas una conversación sucia es normal dadas nuestras experiencias socializadas sobre cómo, cuándo y con quién debes involucrarte sexualmente. “Es bueno practicar el sentirte seguro de lo que quieres y luego preguntarle a la persona cómo se sentiría al respecto”, dijo Tanner.

Esto es particularmente útil si no están juntos en persona. No siempre podemos depender de las expresiones faciales o el lenguaje corporal cuando hablamos por teléfono o por mensaje, así que en lugar de hacer muchas preguntas al azar para evaluar los intereses de la otra persona, se directo y auténtico al expresar lo que te gustaría que pasara en persona, luego invita a la otra persona a hacer lo mismo.

Esta es una manera infalible de expresarte explícitamente en tu propio tono de voz, forma de hablar y método personalizado de explicar exactamente cómo quieres que se den las cosas. Cuando le demuestras a otra persona que aceptas y te sientes bien persiguiendo tus propios deseos, le das pistas para hacer lo mismo y eso hace que ambos tengan una conversación extremadamente… interesante (apasionada), justo como les gusta a los dos.

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