Cómo hacer campaña con 20 mil pesos. Los avatares de los nuevos Kumamotos

Son tiempos electorales en Morelos. Los cientos de carteles de los candidatos tapizan las calles semiurbanizadas del municipio de Jojutla y sus rostros parecen derretirse por el calor que no da tregua cuando supera los 38 grados. Conocida como la capital económica del sur del estado, la actividad comercial del Jojutla se vino abajo con el sismo del pasado 19 de septiembre, como también lo hizo la terminal de autobuses, la iglesia de San Miguel Arcángel, tiendas, escuelas, cafeterías y decenas de casas.

A pesar de la inseguridad en un estado con ubicación estratégica para el tráfico de goma de amapola, Carlos Brito Ocampo, de 31 años, sale a caminar junto con su equipo de campaña. Conversa con los vecinos de toda la vida sobre su candidatura independiente para ser presidente municipal.

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La proximidad de un pueblo con menos de 60 mil habitantes hizo que el candidato, hijo de comerciantes de barbacoa y activista defensor de los derechos humanos, explicara el nombre de sus papás, a qué se dedican y detalles como el nombre de la primaria en la que estudiaron de niños, mientras intentaba convencer a una persona de que le dieran una firma de las más de 8 mil que le pidieron. Hubo varios que se la negaron porque su papá, tío o abuelo les caía mal.


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Carlos es vocero de reSURge , un movimiento de hartazgo social y político que formó junto con otros jóvenes profesionistas, a todos les dicen los antipartidos. Este equipo ha causado escozor en la clase política local pues uno de sus lemas es terminar con los privilegios de los funcionarios públicos. “Si creen que nuestro discurso es incómodo para eso era, no para gustarles”, dice a VICE.

Brito está haciendo campaña con 48 mil pesos, entre donativos ciudadanos en efectivo y en especie, más sus propias aportaciones. Como él, otros candidatos independientes han reunido recursos modestos. Ahí está FranciscoFrank’ Aguirre Riveros, candidato a diputado local por Baja California Sur , y Roberto Castillo Cruz, aspirante a una diputación en la Ciudad de México. El primero ha reunido 35 mil pesos y el segundo, 291 pesos.

Carlos Brito, 31 años, quiere ser presidente municipal de Jojutla, Morelos. Ha recibido 24 mil pesos de donativos provenientes de simpatizantes. Fotografía tomada por su equipo de campaña.

Los reportes del Instituto Nacional Electoral (INE) dan cuenta de lo anterior y detallan que Brito ha recaudado donaciones en efectivo por 24 mil 200 pesos; Aguirre, 17 mil 500, mientras que Castillo ha conseguido 48 mil 100. El resto de sus recursos son las aportaciones que ellos mismos hacen y los donativos en especie.

Para dimensionar la precareidad de los recursos, vasta echar un vistazo a los donativos que han recibido tanto el candidato presidencial independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien acumula 25 millones de pesos, como la exaspirante Margarita Zavala, que recabó 15 millones provenientes de sus simpatizantes.

VICE conversó con los pequeños independientes, para conocer cómo se hace campaña con tan pocos recursos.

Política alternativa

A causa de las corruptelas de gobiernos de todos los colores, la política mexicana cayó en una espiral de credibilidad donde lo que suena a partidos, candidatos y votos se asocia con corrupción, mentiras o desfalcos. Jojutla, donde han vivido alternancias radicales que no han funcionado, no es la excepción. “Si fueran honestos ya los habrían matado”, les dijo un vecino durante la precampaña, cuando Carlos comentó que no estaban afiliados a ningún partido político y que uno de sus compromisos era proteger el presupuesto público para atraer inversión.

Brito, un joven que hizo estudios de doctorado sobre desarrollo científico para la sociedad en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y gusta de jugar World Of Warcraft, es uno de los 640 candidatos independientes que participan en este proceso electoral, 586 a nivel local y 54 por cargos federales

Como él, hay otros ciudadanos cansados de la clase política en sus estados que decidieron intervenir activamente en un proceso electoral marcado por el asesinato de más de 100 candidatos políticos. A pesar de las enormes diferencias presupuestales y la engorrosa burocracia del INE, hay jóvenes convencidos de que se puede hacer política honesta, sin regalar tinacos o vajillas y sin falsificar firmas.


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Esa política alternativa que cada uno plantea coloca las propuestas al centro del debate, no incluye campañas de odio, dinero despilfarrado ni da cabida a leyes electorales violadas. En cambio, busca hacer política ciudadana involucrando a los votantes en la toma de decisiones, para así jugar un papel importante en la toma de decisiones en el México de los siguientes años.

Mala fama

La pésima reputación que los políticos mexicanos cosecharon es uno de los principales problemas para quien busca hacer política diferente, sin importar la región del país. A Francisco Frank’ Aguirre Riveros, candidato independiente a diputado local por el distrito 2 de Baja California Sur, le llovieron reclamos cuando se puso a recolectar firmas en La Paz. En su primera vez como político pagó la penitencia de otros pecadores con la animadversión de los paceños hacia los políticos, aquellos que sólo conocen los barrios y el malecón en tiempos de elecciones.

“Los vemos cada tres años, nunca más vuelven a pararse por el barrio, les tocas la puerta del congreso y se hacen los que no te conocen, nosotros sí debemos regresar”, cuenta el médico y activista de 29 años, también parte de un movimiento de ciudadanos hartos del derroche de recursos públicos

La historia de Roberto Castillo Cruz, de 27 años, no fue distinta en su carrera por el distrito 26 de Coyoacán y Benito Juárez, en la Ciudad de México. Al politólogo integrante de la red de candidaturas independientes Vamos a Reemplazarles, donde también participa Pedro Kumamoto –quien ya fue diputado local independiente y ahora busca un escaño en el Senado, por su natal Jalisco–, le cerraron la puerta en la cara varias veces, reprocharon que todos son iguales y dijeron que no querían saber nada de política, aunque también hubo muchos que lo invitaron a pasar a tomar agua, le regalaron una fruta y platicaron a gusto.

El aspirante a una diputación local por la Ciudad de México, Roberto Castillo, 27 años, ha recaudado 48 mil pesos de sus seguidores. La fotografía nos la proporcionó su staff.

“Lo primero que piden cuando vas casa por casa es que vuelvas, que no les vayas a fallar y que cuando llegues al poder no te corrompas (…) los candidatos de partidos que han llegado a ir sonríen mucho en campaña y cuando llegan al cargo ni sus luces”, cuenta el candidato chilango quien hace campaña en los microbuses y mercados de su distrito.

Brito, exintegrante del movimiento #YoSoy132, debió explicar quién era, qué es una candidatura independiente, platicar por qué se juntó con otros jóvenes a hacer política y por qué se dieron a conocer hasta ahora. El morelense cree que entre mejor conozcan lo que significa un candidato sin partido, generan más confianza y credibilidad.

“Nuestra chamba era mucho de pedagogía, decirles a las personas que hay otra alternativa, la política no sólo es Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo (líderes sindicales con fama de corruptos), sino también personas que quieren cambiar cosas”, dice Castillo y recuerda una frase muy sonada entre sus colaboradores: si tú no haces política, alguien la está haciendo por ti, y mal.

Viacrucis electoral

Lo de que las candidaturas independientes son para todos es una mentira, son para quienes las pueden pagar, dice Frank, el independiente sudcaliforniano, con relación a las tres cuentas de banco con 60 mil pesos repartidos que el INE y sus pares estatales solicitan a los ciudadanos para otorgar derechos políticos. Una especie de garantía para la campaña como primero en una lista de requerimientos que parecieran estar diseñados para que no lleguen.

Además, deben crear una asociación civil con capital de entre 10 y 15 mil pesos, tienen topes de gastos menores y los equipos de campaña no reciben la misma capacitación para fiscalizar adecuadamente sus movimientos financieros en comparación con los equipos de los candidatos partidistas. “Si no tienes ese dinero ahí se acabó tu candidatura, hay un sesgo al derecho de ser votado”, explica Aguirre, quien busca una curul en el Congreso de La Baja Sur.

El viacrucis de los aspirantes sin partido continúa cuando los bancos rechazan abrir las cuentas con el pretexto de que son riesgosas, o usando galimatías financieros como que no han encontrado “sociabilización” adecuada. Luego de agotar todas sus opciones con los banqueros morelenses, Brito llamó las oficinas centrales de Banorte en Monterrey, Nuevo León para explicar a un directivo que eran necesarias para su campaña política.


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En el caso de Roberto , visitó una docena de bancos antes de que uno aprobara abrir las cuentas. “Son muchas trabas burocráticas que te van frenando en el avance y que para un ciudadano normal que no tiene tanto conocimiento e infraestructura es difícil”, explica el integrante de la organización apartidista Wikipolítica, que busca hacer activismo partiendo de la colectividad.

Castillo y compañía estiraron el bolsillo, y con el apoyo de un abogado de su equipo libraron los primeros obstáculos en camino hacia la candidatura. “Sólo hacen que no lleguen los honestos, no quienes copian firmas y los que falsifican, esos llegan porque tienen todo un equipo para violar la ley”, se queja amargamente el internacionalista graduado del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Las largas caminatas bajo el sol, horas de convencimiento invertidas y decenas de puertas azotadas en la cara, fueron parte del sendero peliagudo que estos políticos millennials y sus equipos aguantaron con tal de juntar las firmas necesarias para registrarse oficialmente como candidatos independientes, muy a pesar del corto financiamiento.

Política underground

En el sistema de dádivas electorales que predomina, gobiernos locales comprometen puestos de trabajo para reunir grandes cantidades de dinero, así los municipios o delegaciones pueden movilizar a las estructuras partidistas que cobran por asegurar cierta cantidad de votantes. Así se ganan las elecciones en muchas localidades de México, explica Carlos Brito, el político morelense quien quiere vencer ese sistema.

Esa condicionante del dinero obligó a los candidatos independientes a forjar una campaña alternativa, que ha implicado usar cartón reciclado como carteles, producir videos atractivos para redes sociales o caminar por las calles con un discurso más atractivo para convencer a los ciudadanos sin importar las horas que puedan tardar.

“Cuando hablamos en la calle con alguien buscamos que no sea forzado con un volante, sino auténticamente generar una conversación real, aunque lleve más tiempo preferimos calidad a cantidad”, cuenta Roberto Castillo, el político chilango quiere abrirse espacio en la próxima legislatura.

Aunque no lo usan de pretexto, los independientes consultados por VICE saben que la diferencia de financiamiento y gastos en comparación con candidatos partidistas es una desventaja para ellos. En la Ciudad de México, por ejemplo, el Instituto Electoral (IECM) autorizó 204 millones 390 mil pesos para gastos de campaña de los partidos, mientras que para los candidatos sin partido asignó apenas 3 millones 930 mil.

Frank Aguirre, 29 años, es candidato a diputado local por Baja California Sur. Ha recibido 17 mil 500 pesos de donativos ciudadanos. Fotografía tomada por su equipo electoral.

Con todo y trabas, a estas alturas Aguirre, Castillo y Brito saben que tienen amplias posibilidades en su contienda política. Pero aun cuando no logren ganar la elección del próximo 1 de julio, seguirán con el proyecto político que iniciaron y los trajo hasta acá. Además de que es un movimiento colectivo, están convencidos de su importancia como contrapeso del poder.

“Te voy a dar mi voto porque me mataron a mi hijo y el gobierno no ha hecho nada”, le dijo a Frank Aguirre una anciana que se quedó sola tras enterrar a su primogénito. Confesiones como estas, lo obligan a ser congruente, por eso quiere volver para dar las gracias y de paso plantear un congreso de barrio que involucre a los habitantes de su distrito en la toma de decisiones.

“Que digan que no sólo van a votar por ti, sino que van a estar siguiendo el trabajo que hacemos está cabrón”, dice Roberto, quien no puede olvidar a adultos mayores que, llorando, les ofrecieron disculpas a él y a su equipo por el país que dejan. Y los alentaron a que cambien las cosas.

Ya sea como titular del gobierno municipal o simplemente como oposición ciudadana apartidista, Brito y sus camaradas volverán a reunirse después del 2 de julio para definir su nueva estrategia, sin importar si deben trabajar nuevamente desde su búnker o en el derruido Palacio Municipal. Finalmente, la vida sigue y deben levantar la economía de los escombros.


La televisión ya no vota como antes. AMLO encabeza tiempo de cobertura.


A pocos días de la elección, los tres candidatos independientes continúan la carrera contra el tiempo por dar a conocer su movimiento. Ya no importa el desgaste físico, porque convencer en una hora a sus vecinos de que son muy diferentes de políticos desprestigiados como Javier Duarte, Guillermo Padrés o Graco Ramírez, es igual de importante que un sufragio, especialmente cuando reina la incertidumbre democrática.

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