Según el Centro Nacional de Epidemiología, España vive un incremento continuo y alarmante de casos de gonorrea. Los últimos estudios, con fecha del 2016, señalan que se han registrado 6456 infecciones en territorio nacional, un 222 por ciento más que en 2005.
Aunque el VPH (virus del papiloma humano) sigue siendo la ITS más contagiada entre los jóvenes, la producida por el gonococo está atacando fuerte, sobre todo a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y mujeres trans. Las tasas más elevadas se observaron entre las personas de entre 20 y 24 años.
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Así nos lo indica el doctor Pep Coll, responsable médico del Barcelona Check Point, e investigador en IrsiCaixa. De hecho apunta que al 20 por ciento de personas que pasaron por el centro de detección de ITS Checkpoint se les detectó esta infección y la mayoría de ellos no tenían ningún síntoma.
Y es que una de las características de la gonorrea es que puede ser asintomática, es decir, que puede no presentar ninguna señal visible. Aunque se produzcan algunos síntomas como dolor o ardor al orinar o hinchazón de los testículos, algunos médicos incluso los pueden llegar a confundir con otro tipo de infecciones.
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“Los hombres que practican sexo con hombres y mujeres transexuales serían más propensos a contraer esta ITS básicamente porque el volumen de población de personas que se ha infectado con gonorrea son mayoritariamente hombres que han mantenido relaciones con otros hombres, desconocen que tienen esta ITS y por ello se ha propagado, aunque está claro que puede afectar a cualquier persona”, explica el doctor Coll.
Si bien es verdad que estas señales pueden también manifestarse tanto en hombres como en mujeres. En las personas con pene, algunos de los signos visibles podrían ser secreción amarilla, blanca o verde, dolor o ardor al orinar o hinchazón en los testículos.
Las personas con vagina que contraen gonorrea pueden sentir una sensación parecida a la infección de orina, podrían sangrar entre periodos menstruales o tener un flujo vaginal anormal o amarillento.
Este tipo de infección también es de sencilla propagación por vía anal, causando picazón o secreción en el ano o dolor al defecar. El doctor Coll explica que hay personas a las que les han llegado a hacer colonoscopias para descartar alguna patología intestinal cuando en realidad tenían una proctitis, una infección rectal derivada de una gonorrea.
En el caso de personas que desarrollan gonorrea en la garganta, los síntomas raramente son visibles o pueden ser atribuidos a una simple faringitis o molestias en la garganta, algo que es muy fácilmente transmisible mediante sexo oral (el uso de preservativo para este tipo de práctica sexual es más bien escaso o nulo) y solo se podría diagnosticar mediante un análisis específico.
Por ello, el doctor Pep Coll recomienda someterse a exámenes médicos cada tres meses en el caso de tener relaciones sexuales activas con varias parejas, sobre todo en el caso de hombres que tienen sexo con hombres. “Infecciones como la gonorrea o la clamidia no son detectables con un análisis de sangre rutinario, deberían hacerse unas pruebas específicas en las que se recogería una muestra para analizar”.
Se haría mediante una muestra de orina si hay indicios de uretritis, una muestra rectal en caso de afectación en el ano o bien una muestra de la faringe. La extracción de la muestra se hace con un bastoncillo parecido al que algunos usan para limpiarse las orejas. El análisis posterior se lleva a cabo mediante una técnica de amplificación de ácidos nucleicos.
Existe también el caso de la supergonorrea, de la que, aunque en España no se conocen casos de momento, se han visto casos en Asia e Inglaterra. Se trataría de un gonococo resistente a los antibióticos que se utilizan actualmente para tratar la gonorrea. Para saber si el gonococo es resistente a los antibióticos se debería llevar a cabo otro tipo de análisis.
La única forma de diferenciar la gonorrea de otra ITS parecida, como la clamidia, es haciéndose una prueba específica. Antes se decía que según el tipo de secreción era una o la otra, pero se ha visto que ambas pueden tener un aspecto parecido.
Lo más complicado de esta infección es la detección en aquellos casos que no dan síntomas. Una vez se conoce que una persona ha contraído esta ITS, habría que administrarle antibióticos mediante inyección y de forma oral.
En algunos casos la gonorrea puede dar complicaciones graves: puede llegar a diseminarse por todo el cuerpo creando una sepsis, una respuesta abrumadora del cuerpo que puede poner en peligro la vida de una persona. “Se ven casos aislados y con poca frecuencia”, explica el doctor, “aunque hay casos que en cuestión de poco tiempo pueden llegar a complicarse”, asegura.
Por eso es tan importante la detección precoz de cualquier tipo de ITS; el control periódico y rutinario es la clave para combatir el riesgo de contraer la enfermedad y de transmitirla a otras personas. Además, hay casos en que esta infección no va sola y existe el riesgo de contraer más de una a la vez.
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