Música

Conoce al hombre que diseña los costosos escenarios del EDM

Todas las fotos cortesía de SJ Lighting.

Cada año, cuando cae el último drop en el Ultra Music Festival y monzones de confeti inundan el suelo, decenas de miles de sudados asistentes envueltos en coloridas banderas de todo el mundo llenan las calles del centro de Miami. Pero mientras los asistentes del festival regresan a sus cuartos de hotel y van a las afterparties, una colonia de tramoyistas vuelve al trabajo, desarmando las masivas estructuras de metal que pasaron un mes entero construyendo—escenarios creados en forma de pirámides geométricas o de domos masivos alineados en forma de colmenas de LED. Steve Lieberman, de 43 años, se para por un segundo con una silenciosa admiración, entonces da vuelta a la página con un sólo pensamiento en la mente: ¿Cómo vamos a superar esto?

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“Esa ha sido una conversación que hemos tenido por casi dos décadas,” comenta Lieberman, el dueño y diseñador y director especialista en SJ Lighting, la compañía oficial de producción e iluminación del Ultra Music Festival y de su gran competidor, el Electric Daisy Carnival. “Hemos dado nuestro mejor esfuerzo para de verdad tomar lo hecho el año pasado y superarlo. ¿Quieres ver la evolución de esto? Regresa el próximo año.”

Ultra Music Festival 2015

Desde que SJ Lighting llegó a la nomina del Ultra en el 2000 para la segunda edición del festival, las libertades (y el presupuesto) destinadas a su producción han crecido junto al avance del EDM a través de su atractivo en la escena comercial y su éxito financiero. Este año, tan sólo la mega estructura que albergó el showcase de Carl Cox & Friends conto con 750 luces, 1600 tejas de video de 2 por 2 pulgadas, 110 luces estroboscópicas, 220 luces móviles y 600 LEDs.

La compañía de Lieberman también diseña los escenarios EDM del buque insignia de Insomniac, el Electric Daisy Carnival en Las Vegas. Recuerda haber gastado $300,000 dólares en luces y diseño para todo el festival a inicios de la década del 2000. Hoy en día, ese número no lo ayudaría ni para comenzar a armar el escenario 4, sin mencionar escenarios más pequeños como el 5 y 6. Actualmente el presupuesto por si sólo para el escenario principal supera los millones de dólares, reforzado por el incremento en el precio de los boletos, las ventas y los lucrativos acuerdos de patrocinio que van en aumento conforme la música electrónica continua dominando la escena mainstream del entretenimiento.

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El imperio de Lieberman también se ha expandido. Él es responsable de cada evento del Ultra alrededor del mundo, así como las incontables movidas de Insomniac. Su compañía se encarga del escenario Yuma en Coachella—uno que el describe más como un club nocturno bajo una carpa más allá de ser un espectáculo como el Ultra o los escenarios del EDC—así como configurar los clubes nocturnos más renombrados del mundo, desde el LIV y el Story en Miami hasta el XS y Marquee en Las Vegas. Los clubes nocturnos le ofrecen variedad al diseñador, forzándolo a trabajar dentro de los confines de un cierto espacio y forma para aprovechar al máximo el entorno. Además, es algo cool que las configuraciones no sean desarmadas de inmediato al final de cada noche.

Cuando todo está dicho y hecho, Lieberman diseña personalmente más de 70 escenarios y entornos cada año. Básicamente, este individuo es el rostro de EDM. “Los chicos del audio siempre dicen ‘nadie viene a escuchar las luces’, pero nadie viene a admirar a los ingenieros de audio tampoco,” comenta. “El elemento visual de lo que está sucediendo crea una muy tangible conexión emocional con la música. Cuando las cosas suceden cuando se supone que sucedan—el video, la luz, esos grandes drops y momentos en la música—significa todo para la audiencia. Esto es lo que te da un hormigueo por la espalda. Esto es lo que hace que se te ericen los bellos detrás del cuello.”

Algunos artistas tienen demandas más estrictas que otros. A excepción de una canción, Knife Party no desea ver algún otro color que no sea el rojo. A Carnage sólo le gusta usar cuatro colores distintos a la vez. Richie Hawtin tiene una visión distintiva de cómo los visuales y la música interactúan. No es fácil hacer felices a más de 20 artistas en el escenario, pero son sus años de experiencia y su habilidad para adaptarse los que hacen a Lieberman y a su equipo continuar en la industria.

“No puedo toma el crédito por la industria, pero cuando iniciamos, no había realmente nada en lo que pudiéramos basarnos,” comenta Lieberman. “Cuando quisimos producir, como que hicimos nuestras propias reglas. Cuando se trataba de diseñar shows y poner las cosas en orden, era como queríamos hacerlo.”

Aún sigue siendo un poco como él quiere hacerlo y no sólo porque sea la única cosa que él haya hecho. Quizá lo encuentres, a un hombre rapado de edad mediana, radiando al frente de la mega estructura de Carl Cox & Friends—uno de sus diseños más galardonados al cual el DJ británico le da total libertad artística. Cox ha trabajado con Lieberman en su escenario por más de una década y confía en que Lieberman se robe las miradas con su escenario cada año.

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Cuando le pregunto cómo su compañía ha logrado quedarse con la mayoría de los trabajos en Norteamérica, Lieberman señala sus viaje de 20 años siendo el mejor. “Pelie realmente duro para estar donde estoy, nadie me ayudó en nada,” comenta. “Cuando inicié mi negocio en Nueva York en 1995, me puse patines y una mochila en la espalda. Patinaba de club en club, puerta en puerta, bar en bar, tocando puertas y preguntando si había algo que pudiera hacer; reparar sus luces, programar sus luces, conseguirles bulbos. Barrería el piso, no me importaba, denme trabajo. Morí de hambre por años. Este era el peor lado de la industria al que te podías meter.”

Incluso una vez que su negocio había iniciado desde cero, Lieberman tuvo que soportar a malos clientes y malos trabajos. Trabajaba por duras horas sólo para ser estafado por promotores o para mirar como la policía terminaba la fiesta antes de dar inicio. Un show en particular, en alguna parte de las desérticas montañas alrededor de Arizona y la frontera de California, en el año 1999, permanece como uno particularmente horrible.

“Recuerdo haber ido a cobrar mi dinero y, literalmente, el cielo estaba lleno de murciélagos, lo cual le dio a todo una mala vibra,” recuerda. “Fui con el promotor porque me debía $2000 dólares. Yo me quede como ‘hey amigo, ¿crees que podamos llegar a un acuerdo?’ El guardia de seguridad o lo que sea que fuera, creo que así podrías llamarlo, se volteo y recortó escopeta y me dijo que me fuera al carajo y de hecho le hice caso. Recuerdo haber caminado de vuelta al camión diciendo ‘chicos, carguen todo, nos vamos.’ ‘¿Te pagaron?’ ‘No, pero estamos vivos’.”

Electric Daisy Carnival 2015.

Lieberman comenta que la industria EDM actual se ha vuelto mucho más legitima, señalando el año 2000 como el inicio del mundo moderno de la producción. Eso fue por los días en que firmó con Ultra e Insomniac por primera vez, asociaciones que provaron ser invaluables en la carrera para la innovación tecnológica. Mucho de su trabajo a inicios de la década del 2000 fue pobremente documentado, pero Lieberman está agradecido por el número de fotógrafos profesionales documentando los escenarios de festivales con sus hermosas aftermovies en cámara lenta de estos días. Él menciona que le “rompe el corazón” mirar sus escenarios ser desmontados sólo tras unas horas de haberlos creado.

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El diseño puede tener hasta 20 reiteraciones, y cada una de esas puede ser victima de tres o cuatro rediseños. Lieberman se describe a si mismo como un “neurótico obsesivo compulsivo loco por el control,” y tiene que serlo. Si un centímetro del diseño está mal en los documentos, los hombres y mujeres en la pista de baile pueden pagar por sus errores.

Si algo sale terriblemente mal, como cuando llovió tan fuerte en Johannesburgo que Ultra Sudáfrica abrió con luces y producción funcionando tan sólo a un 25%, Lieberman se siente físicamente enfermo. “Es como ser golpeado en las costillas,” comenta. “Ni siquiera saco mi teléfono o mi cámara. Ni siquiera quiero mirar.” Al final, el equipo de Ultra Sudáfrica trabajo sin descanso esa noche para tener todo corriendo por completo para el día dos.

Afortunadamente, Miami permanece brillante y soleado y Ultra 2016 fue perfecto. Desde mi hogar, cerca de los terrenos del festival, podía mirar la colmena de pantallas del escenario Carl Cox & Friends al momento de realizar sus primeras pruebas. El escenario principal se cubría de un arcoíris de luces eléctricas para invadir los rascacielos con luces estroboscópicas tecnicolor. Cada bulbo es una pequeña pieza en un rompecabezas masivo y todas deben funcionar juntas para tener un buen show. Por supuesto, Lieberman hace bien su trabajo, nadie nota nada fuera de lo común. Simplemente se quedan ahí, mirando sorprendidos.