Este artículo se publicó originalmente en Broadly.
La gente dice que las Navidades son una época para la familia y los amigos, pero se equivoca. Las Navidades existen para un propósito y solo uno: comer hasta que te sientas físicamente enfermo… y después comer un poco más.
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Como dice la Biblia, “Vete, come tu pan con gozo, y bebe tu vino con corazón alegre, porque Dios ya ha aprobado tus obras”. También en la Biblia puede leerse: “Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y dijo: Apresúrate a preparar tres medidas de flor de harina, amásala y haz tortas de pan”.
Por supuesto, aquí en Broadly no pretendemos decirte lo que debes hacer. No tienes que tomarte todo el Antiguo Testamento al pie de la letra y ponerte a hacer tortas de pan. No importa lo que comas mientras comas tanto como te sea humanamente posible.
Aquí te ofrecemos la guía Broadly para comer durante estas fiestas. ¡Feliz Navidad!
Kate Ovens: venció una vez a la celebrity británica de realities en un concurso de comer bocatas
Una vez superada la barrera de los 20 minutos, es difícil lidiar con la saciedad. Tómate tu tiempo y ve paso a paso. Si sigue quedando mucha comida y ya estás súper llena, no merece la pena que apures el plato si todo lo que vas a conseguir es sentirte enferma. No me malinterpretes, inténtalo todo lo que puedas, pero a mí personalmente no me gusta vomitar por haber apurado la comida, así que prefiero parar. Si crees que te vas a sentir mal, deja de comer y tómate un descanso. Sal a que te dé el aire, así no tendrás que ver ni oler nada de comida.
Michelle Lesco: sobrenombre “Escudo de Cartón”
Intenta seguir el camino zen y céntrate en la comida que tienes a tu alcance. Recordar mis objetivos y las técnicas que deseo emplear me ayuda a engullir de forma más eficiente. Algunos alimentos requieren más técnica que otros, así que me entreno exclusivamente en la comida que voy a comer en esa ocasión.
Cuando empieces a sentirte llena, recuerda que la mente es más poderosa que la materia. Yo lo comparo con correr un maratón. Te esfuerzas al máximo, tu cuerpo te dice que pares, duele, es duro, pero simplemente lo ignoras. Es como el antiguo dicho: “El dolor es temporal, la gloria es para siempre”. Si no estás dispuesta a esforzarte hasta el máximo de tus posibilidades, probablemente no deberías estar sentada a la mesa. Pero si sientes que ya has expandido el estómago hasta el límite, o empiezas a sentir un poco de náuseas, céntrate en los objetivos pequeños: un perrito caliente más, un bol de chili más… trágate los bocados uno a uno y no te rindas hasta que no haya acabado el tiempo.
Cuando todo haya terminado, simplemente escúrrete debajo de la mesa y siéntate sobre el suelo hasta que dejes de ser una bomba de relojería con patas.
Nela Zisser: modelo y comedora profesional
Intenta relajarte. Cuanto más relajada estés, mejores serán tus resultados. Tienes que colocarte en una zona donde todo en lo que estés pensando sea terminarte la comida lo más rápido posible. No todo el mundo puede hacerlo, pero sin duda es una habilidad que puede aprenderse. Yo creo que aferrarte a algo mientras comes puede ser de mucha ayuda, como una mesa por ejemplo. El momento de parar es cuando tu cuerpo se niega a tragar. Conoce tus límites físicos y no intentes sobrepasarlos.
Después lo mejor es simplemente tumbarse en una habitación fresca y beber mucha agua.
Miki Sudo: tres veces campeona del Concurso de Perritos Calientes de Nathan’s Famous
Mi estómago es de forma natural más grande que el de la mayoría de personas del planeta, así que no tengo que prepararme demasiado. Evita los alimentos que más te gusten al principio, para que cuando les des el primer bocado te resulte refrescante y emocionante.
Si vas a comer cosas que llevan hueso, intenta comerte las partes más grasas, porque son más fáciles de tragar. Con los perritos calientes, todo está muy predeterminado. Cómete dos perritos a la vez, agarra un panecillo, sumérgelo en agua y métetelo en la boca.
Vístete para la ocasión. Recuerda: es una competición de comer, no una competición de belleza. Ponte unos pantalones amplios y algo muy elástico. Mi cintura siempre va cubierta por algo muy holgado.
Si tienes la sensación de que no puedes más, para. Tienes que conocer tu cuerpo y conocer tus límites. Nadie quiere que empieces a vomitar encima de la mesa.