Comida

Consiente a tu catlover interno en estos deliciosos cafés gatunos

Está de moda que los nuevos negocios de comida se hagan friendly de todo. Y el rubro de las mascotas no es la excepción. Los catcafés van más allá de lo petfriendly, porque se han convertido en espacios donde los felinos no sólo son bienvenidos, sino que son los reyes. Es bien sabido que Japón venera a los gatos como parte de la cultura popular y tradicional, pero fue en Taiwán donde se inauguró el primer café de gatos del mundo hace ya casi 20 años.

En México, no nos quedamos atrás y desde 2015 se inauguró el primer catcafé de Latinoamérica, tomando como inspiración el concepto asiático. A pesar de su inauguración un tanto reciente, la idea de crear lugares donde los comensales puedan interactuar con felinos se ha vuelto popular y han surgido más establecimientos similares en el resto del país.

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De manera que decidimos visitar estos sitios y averiguar un poco más de ellos.

La Gatería

Es el primero que abrió en la Ciudad de México y Latinoamérica. Se inauguró en 2015 y está ubicado en la calle Tabasco 337, de la colonia Roma. En La Gatería todo está diseñado para que los animalitos se paseen y jueguen en túneles y pisos flotantes, así como para que descansen en camas o suaves almohadones. La Gatería café nació gracias a la inspiración en los cafés gatunos de Asia. La boutique de la Gatería —ubicada justo al lado— fue madre del hoy famoso café, en ella venden productos veterinarios dedicados al mundo de los gatos.

El café se trata de una especie de hostal para los felinos. Una parte del lugar es exclusiva para comer, así que desde ahí no podrás ver o acariciar gatos; sin embargo, sólo una puerta de cristal separa esta zona del área gatuna.

Puedes sentarte y verlos jugar por horas. Foto cortesía de La Gatería.

En esta estancia también se puede comer o beber mientras —ahora sí— convives con los gatos. El menú es vegetariano, utiliza ingredientes nacionales y orgánicos de buena calidad. Destacan sus pastas (cualquiera, en serio), ensaladas o el pan de huitlacoche. Además también ofrecen smoothies, paninis, cupcakes, etcétera. Pero la mención honorífica es para sus galletas de mantequilla que, como podrás ver, van muy a la par de la temática del lugar.

Las galletas son de distintos sabores y puedes comprarlas desde la entrada. Foto cortesía de La Gatería.
Con esto enfrente, difícilmente podrás olvidar dónde estás. Foto cortesía de La Gatería.

Lo mejor de la labor de Esther y Marco —la pareja que inició este proyecto desde julio 2012— es que permite a los amantes de los gatos, si son buenos candidatos, enlazarse con el refugio de los gatitos que ahí conviven para iniciar los trámites de adopción. Incluso crearon el hashtag #ViernesDeAdoptables.

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Meow café

Éste se encuentra al norte de México, en Monterrey, Nuevo León, en la calle Diego de Montemayor 659. Meow Café abrió sus puertas apenas el año pasado, pero es el primero en su tipo en la ciudad regia, tiene un mood japonés súper juvenil y, por lo mismo, no hay de otra: uno tiene que sentarse sobre cojines en el piso para abrazar a todos los gatitos que se crucen por enfrente. Por la disposición del lugar, se come al estilo oriental, sentado en Flor de Loto y sobre mesitas japonesas.

Si no tienes problema con sentarte en el suelo, éste es tu lugar. Foto cortesía de Meow Café.

La experiencia en sí misma es distinta, pero es que además de los típicos tés fríos descubrimos que la oferta culinaria se reduce a snacks, en su mayoría de origen japonés (cupcakes, galletas y dulces), la entrada cuesta 60 pesos e incluye una bebida y una galleta. Nada mal.

No te vayas sin probar estos dulces sabores de Oriente. Foto cortesía de Meow Café.
Para los 45º de temperatura a los que llega Monterrey, estas sodas son la opción. Foto cortesía de Meow Café.

En Meow Café permiten que lleves a tu propio gatito para que socialice con otros, así que dale permiso de hacer nuevos amigos mientras te tomas un frappé y curioseas en la sección de artículos japoneses a la venta.

Como en el ejemplo anterior, Meow Café también realiza una buena labor, fungiendo de intermediario entre posibles futuros dueños y los gatos adoptables que viven en el local. Además suelen realizar eventos temáticos, rifas y sesiones de adopción en fin de semana.

Catfecito Condesa

Catfecito Condesa es la apertura más reciente en la capital mexicana. Aunque reúne entre sus muros de colores pastel al mismo perfil de catlovers, ofrece comida un poco más divertida que los anteriores. Sus variadas opciones incluyen baguetes, sushi y hasta malteadas, todos con nombres y presentaciones que remiten a razas de gatos.

Por si ocupas, venden cupcakes con decoraciones tan lindas que no querrás comértelos y hacen arte latte gatuno. Te recomiendo el Azul Ruso, una especie malteada con café, vanilla y vodka que está para relamerse los bigotes, además ofrecen hamburguesas, ensaladas y hasta su propia cerveza artesanal Meow, una Pale Ale ámbar que puedes maridar con algún postre, su costo es de $65 pesos.

Foto cortesía de Meow Cerveza Artesanal.

Este café pertenece a la asociación La casa del Gato Gazzu, una asociación civil sin fines de lucro que opera desde hace diez años como refugio, centro de adopción y tienda de artículos para el cuidado de los gatos. Adicional a esto, en el Catfecito realizan eventos como lecturas de cartas del Tarot, concursos de Cosplay (disfraces que imitan a personajes ficticios populares), galerías para la venta de cuadros, entre otros. Las ganancias de estos eventos van directamente a la asociación y, por tanto, a los gatitos.

Como en los otros ejemplos, también hay chance de adopción. Los trámites tardan de 2 a 3 semanas, pero vale la pena porque son gatos esterilizados y sanos. Catfecito se encuentra ubicado en el número 266 de la calle Baja California, de la colonia Condesa.

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En este mundo hay gatos hasta en el café. Foto cortesía de Catfecito Condesa.

Tu mascota, tu catlover interno (y el glotón que habita el mismo cuerpo) se merecen cariñitos en cualquiera de estos lugares, así que decídete por uno y prepárense para salir ronroneando de felicidad.