VICE World News

Dinero fresco para Kim: cómo norcoreanos trabajan en condiciones infrahumanas en Europa

Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

¿Esclavos laborales norcoreanos en el corazón de la Unión Europea? Parece increíble de creer. Sin embargo, una investigación desplegada por VICE ha descubierto la presencia de norcoreanos trabajando en condiciones inhumanas en Polonia. Lo peor de todo es que sus sueldos los cobra, directamente, el partido del dictador norcoreano Kim Jong-un.

VICE ha confirmado que existe una red de ciudadanos norcoreanos que son contratados en cadenas de producción esparcidas por todo el país del este y que sus sueldos serían ingresados tras transitar por una cadena de empresas que desembocan siempre en las arcas del partido de los Trabajadores.

Videos by VICE

VICE ha tenido acceso a documentos confidenciales como contratos de servicio, comprobantes de pago, registros de personas, copias de pasaporte y extractos de un registro de la población que habría sido rescatado de manera clandestina de Corea del Norte. La documentación, especialmente este último documento, probaría que la compañía polaca estaría siendo dirigida por un miembro de la cúpula militar norcoreana.

La investigación fue desatada por la muerte de un norcoreano que trabajaba como soldador en un astillero enclavado en la provincia de Varsovia. El soldador padeció quemaduras en el 95 por ciento de su cuerpo y se ha demostrado que semejantes lesiones son consecuencia de la falta de equipamiento de trabajo y de la observación de prácticas temerarias, ha relatado a VICE Tomasz Rutkowski, responsable de la inspección del astillero.

Después de obtener una copia del informe oficial del accidente a través del departamento de Inspección Laboral Polaco (PIP en sus siglas inglesas), hemos descubierto una compleja red de explotación laboral coordinada, de caos burocrático, indiferencia oficial e ignorancia política que llega hasta la misma Comisión Europea. Pero, sobretodo, la investigación arroja su luz sobre la existencia de trabajos que parecen encajar en la definición de trabajos forzosos que contemplan tanto la Convención Europea de los Derechos Humanos como la Organización Internacional del Trabajo — de un trabajo del que se estarían aprovechando empresas de toda Europa mientras Kim Jong-un llena sus arcas de divisas internacionales.

Uno de los documentos interceptados por VICE revela que el PIP ha descubierto a 14 empresas polacas distintas que habrían contratado a trabajadores norcoreanos entre 2010 y 2016.

Una compañía a la que se conoce como Korea Rungrado General Trading Corporation, registrada directamente a nombre del partido de los Trabajadores de Kim y que ha sido implicada en el envió ilegal de partes de los misiles Scud a Egipto, también aparece en el documento.

Nuestra investigación se ha centrado en Rungrado y en tres empresas polacas, dos de las cuales abastecerían de trabajadores norcoreanos a sendos astilleros que construyen y reparan barcos para clientes repartidos por toda la Unión Europea (UE).

Mira la película de VICE ‘Dinero para Kim: norcoreanos trabajando a muerte en Polonia’ (pronto con subtítulos en español):

Los documentos del PIP a los que ha accedido VICE descubren la existencia de sendas compañías: Armex y Alson, que serían propiedad de la misma empresaria polaca, Cecylia Kowalska. Esta se dedicaría a enviar trabajadores a los astilleros de Nauta, uno de los más antiguos del país; y al de Crist, donde un trabajador murió quemado vivo después de que la ropa que llevaba fuera pasto de las llamas. Nauta menciona “sus bajos costes laborales”, como uno de los motivos ideales que explican por qué es “el lugar ideal para reparación de embarcaciones navales para otros países de la OTAN”.

Los documentos del PIP también muestran que entre 2013 y 2016 Armex fue provista de trabajadores norcoreanos por Rungrado, que, según reza uno de sus panfletos propagandísticos, es una empresa que se dedica al negocio de la cosmética, la ropa, el agua mineral y el de otros muchos productos.

Un exhausto informe de Naciones Unidas publicado en febrero implicaba a Rungrado en el envío ilegal de piezas de misiles a Egipto. Se sospecha, igualmente, que la compañía estaría exportando artículos de lujo a Corea del Norte.

‘No cobramos en mano personalmente… Cuando regrese a Corea [del Norte], me pagarán’.

Rungrado también abastece de mano de obra norcoreana a Atal, una empresa polaca líder en su sector y que está especializada en la construcción de apartamentos de lujo, según apunta la información del PIP. En respuesta a las preguntas de VICE, un portavoz de Atal ha asegurado que Corea del Norte no trabaja para la compañía sino para un subcontratista, JP Construct, cuyo gestor, Mateusz Zbigniew Juroszek, es el hijo del presidente de la empresa.

VICE ha visitado una de las obras de Atai en la ciudad de Wroclaw, donde observó la presencia de varios norcoreanos trabajando. Los empleados se dedican a poner los suelos de las casas y a levantar sus tabiques, nos cuenta el guarda polaco de la obra. “Atal lleva 8 años trabajando con norcoreanos”, explica el vigilante, “así que me imagino que, a estas alturas, se puede decir que contamos con ellos”.

Los trabajadores norcoreanos descubiertos por VICE News en un obra de Wroclaw. (Captura de pantalla del documental de VICE)

Los documentos del PIP también muestran que los norcoreanos habrían sido descubiertos trabajando en industrias como la de construcción de grandes superficies, la de producción de muebles; además de en los sectores de la agricultura, la metalurgia, la medicina y la economía.

Las conversaciones que hemos mantenido con los trabajadores norcoreanos de los astilleros revelan que, normalmente, su jornada laboral es de entre 11 y 12 horas durante cinco días a la semana, mientras que los sábados trabajarían “solo media jornada”, que sería un jornada de 7 horas. VICE también ha sido testigo del trayecto efectuado por los autobuses que transportan a los norcoreanos a un obra de Varsovia.. El autobús les deja allí, a pie de obra a las 5:52am, y los recoge de nuevo a las 7 pm. Entonces son desplazados hasta las barracas en las que viven, localizadas en un recinto de una zona rural aislada y protegida por fuertes medidas de seguridad.

Hemos conseguido hablar con un norcoreano por teléfono, quien después de que le hayamos preguntado si él y sus colegas están sometidos a supervisión alguna durante su jornada laboral responde: “por supuesto que lo estamos”. Claro que no puede decirnos “nada más que esto”, susurra en un tono claramente nervioso. Le preguntamos si cree que hablar con nosotros puede ser problemático y responde con un elocuente: “nada bueno puede salir de esto”.

El recinto donde los trabajadores a los que siguió VICE se apearon para trabajar. (Captura de pantalla del documental de VICE)

También hemos podido hablar con trabajadores que han disfrutado de un nivel de libertad ligeramente superior. Les hemos interceptado cuando salían del astillero de Crist al cabo de su jornada laboral. La mayoría regresan a sus casas caminando o en bicicleta — por mucho que nos cuentan que no se les permite utilizar teléfonos móviles o tener ningún acceso a dinero en metálico.

“No nos pagan directamente en mano”, cuenta uno. “Dejamos que sea la empresa la que se encargue. Cuando yo regrese a Corea del Norte, conseguiré el dinero. Si llevamos efectivo, existe una posibilidad de que lo perdamos. En cualquier caso, el dinero no nos hace falta ni para ir al trabajo ni para volver a casa. Dejamos que se encargue la empresa. Es lo más seguro”.

El trabajador no sabe decirnos cuánto gana por hora o al mes. Y cuando le preguntamos por el nombre de la compañía norcoreana que le ha mandado a Polonia, nos dice: “eso es un secreto”.

‘Vamos a trabajar y luego volvemos a casa. Eso es todo lo que hacemos’.

En sus cuarteles generales, grupos de entre 4 y 5 trabajadores comparten una misma habitación en la que dispone cada uno de su cama, nos cuenta otro trabajador norcoreano. Comoquiera que también se les exige trabajar de noche, siempre hay dos o tres personas durmiendo en la habitación en cada momento del día.

Nos dirigimos a otro trabajador norcoreano y le preguntamos si le está permitido hablar con sus colegas polacos. “Simplemente no tenemos tiempo. Vamos a trabajar y luego volvemos a casa. Eso es todo lo que hacemos”, cuenta.

Cuando se le pregunta si es cierto que los trabajadores no pueden quedarse con sus sueldos y si es cierto que su jefe se queda con una enorme parte proporcional, responde: “desgraciadamente esa es una pregunta a la que no te puedo responder”. Y, después de una pausa, añade: “déjame que te lo aclare. Estamos trabajando para una firma que se llama Armex. Así que es esta compañía, Armex, la que le paga a nuestra empresa. Entonces nuestra empresa reparte el dinero entre nosotros”.

‘Beben cervezas con los polacos, salen a comer pizza… Nos cuentan en el astillero’.

Armex se ha abstenido de hacer declaraciones después de que VICE les haya contactado por correo electrónico y teléfono — claro que cuando nos presentamos en la sede, entonces logramos conversar con Kowalska.

Según ella es absolutamente falso que no se pague directamente a los trabajadores. Según ella, de hecho, cada trabajador cobra en metálico mensualmente y firma un recibo conforme ha recibido esa cantidad.

“Nosotros nos encargamos de entregarles el dinero cada mes en un sobre”, explica. “Algunos, de hecho, cuentan los billetes”.

Kowalska también denuncia que es totalmente falso asegurar que sus trabajadores no tengan absoluta libertad de movimientos. “Salen, van a comprar, a ver las vistas”, relata. Maciej Kowalski, su hijo y un miembro de la junta de Armex, asegura que los norcoreanos se socializan con sus colegas polacos, a pesar de la barrera lingüística. “Beben cerveza con los polacos, salen a tomar pizza”, cuenta. “Nos lo relatan desde el astillero”.

‘No tienen acceso a medios de comunicación, apenas pueden hablar con sus familiares en Corea y las lecciones de adoctrinamiento ideológico son incluso más intensas que las que se imparten en la República Democrática Popular de Corea del Norte’.

Tanto las observaciones sobre el terreno de VICE como su reportajes de investigación sugieren que si las reivindicaciones de Armex son ciertas, la situación de sus trabajadores sería extremadamente inusual.

Según la Alianza Europea por los Derecho Humanos, a los trabajadores extranjeros se les privaría de la gran parte de sus sueldos, que son pagados en la moneda internacional del país en que trabajen y que van directamente a las arcas de la administración de Corea del Norte, lo cual les permite ahorrarse las sanciones económicas de la Unión Europea. “A los trabajadores raramente se les permite abandonar su lugar de trabajo o relacionarse con los trabajadores locales durante sus jornadas de trabajos forzosos. El acceso a los medios de comunicación no está permitido y la comunicación con los familiares en Corea del Norte es limitada. Además, el adoctrinamiento ideológico es más concienzudo que el que se vive en la misma Corea del Norte”, señala un informe publicado el pasado mes de septiembre y que está basado en entrevistas con desertores.

Naciones Unidas estimó en un informe elaborado el año pasado que habrá alrededor de 50.000 norcoreanos en el extranjero, quienes estarían generando unos beneficios al régimen de Kim que oscilarían entre los 1’2 mil millones de dólares y los 2’3 millones de dólares al año. A los trabajadores se les paga muy poco, mientras que sus empleados estarían pagando “cantidades mucho más elevadas”, a través del gobierno de Corea del Norte, asegura el reportero especial Marzuki Darusman.

Las investigaciones concluyen que los trabajadores son en su mayoría de Pyongyang y que tienen que ser leales al régimen y que estar casados — de hecho, si no cumplen con el mandato religiosamente se enfrentan a que sus familiares en la isla asiática sean amenazados.

‘Desde mi punto de vista, Corea del Norte es la agencia de trabajo ilegal más grande del mundo… No existe un estado de Corea del Norte — lo que existe es la Corporación Pyongyang’.

Pasados dos años de trabajar en el extranjero tienen derecho a 40 días de vacaciones, transcurridos los cuales son obligados a trabajar en el extranjero durante 3 años más. Uno de los trabajadores con el que hemos hablado dice llevar 5 años en Polonia.

Remco Breuker, un profesor de estudios coreanos en la universidad holandesa de Leiden, y responsables de dirigir la investigación de un grupo de expertos sobre trabajos forzosos en la Unión Europea, lo dice sin tapujos: “desde mi punto de vista Corea del Norte es la agencia de trabajo ilegal más grande del mundo. Envían a gente allí adonde quiera que se la necesite y a cualquiera que quiera pagar. No existe un estado que sea Corea del Norte — lo que existe es la Corporación Pyongyang. Es una empresa. Y hace todo lo posible por garantizar que su director y su presidente conservan su puesto de trabajo y amasan todo el dinero que pueden”.

VICE también ha descubierto que la empresaria Kowalska, que dirige Armex y Alson, también es cofundadora de la compañía polaca Wonye — horticultura en polaco — que empleaba a dos ciudadanos norcoreanos en 2015.

Según Kowalska se trata de un negocio inactivo. Sin embargo, cuando VICE se desplaza hasta la dirección registrada por los fundadores norcoreanos, descubrimos que se trata de una gasolinera situada 25 kilómetros al sur de Varsovia, enclavada muy cerca de un gran almacén dedicado a la plantación de tomates, donde, según los trabajadores, habrían trabajado los norcoreanos.

El nombre del fundador norcoreano de la empresa es Kang Hong-gu, según consta en el registro mercantil. Según las informaciones recabadas por VICE tan solo existiría una persona bajo ese nombre en los registros de población norcoreanos de 2004. Y la persona en cuestión compartiría la fecha de cumpleaños con la que Kang Hong-gun aparece registrado en los documento de la empresa.

Según informaciones del registro ciudadano de Pyongyang, Kang habría servido como comandante de brigada en el ejército de Corea del Norte tan recientemente como en 2004.

El departamento de trabajo polaco tampoco ha podido especificar a VICE cuantos trabajadores norcoreanos estarían ahora mismo en Polonia, ni porque no se ha llevado a cabo ninguna acción ante la probable evidencia de que estuvieran trabajando de manera ilegal.

‘No cabe duda de que hay signos que delatan la existencia de trabajos forzosos. Y no somos los únicos que lo han detectado’.

Todo lo que pudo facilitar fue información sobre el número de permisos de trabajo que las autoridades regionales de todo el país habrían emitido. Así entre 2010 y 2015 se habría computado la presencia de 1.972 trabajadores norcoreanos en el extranjero.

Igualmente se compulsa que en los últimos 7 años habría habido 377 inspecciones de trabajo a ciudadanos norcoreanos trabajando en Polonia —77 de las cuales estarían referidas a casos de empleo irregular, lo que significa que los trabajadores no dispondrían de los permisos exigidos.

Su inspección también ha detectado violaciones de los derechos laborales, entre las que se contarían los casos de trabajadores que habrían sido reclutados mediante engaño y a los que se habría denegado el derecho a tomarse vacaciones; o, incluso, a descansar entre turnos.

Un grupo de norcoreanos finaliza su jornada de 13 horas en una obra situada en la provincia de Varsovia. (Captura de pantalla de la película de VICE)

La Organización Internacional del Trabajo define como trabajo forzoso “a las situaciones en que personas han sido obligadas a trabajar a través de la violencia o de la intimidación; o, incluso, a través de estrategias más sutiles como la deuda acumulada, la retención de sus documentos de identidad o amenazas de denuncia a las autoridades migratorias”.

La vicedirectora de la agencia del gobierno polaco responsable de los trabajadores extranjeros en la provincia de Varsovia, Jacqueline Sánchez-Pyrc se ha mostrado clara como el agua. “No cabe duda de que existen indicaciones de que se han llevado a cabo trabajos forzosos”, cuenta. “Y no somos los únicos que lo han advertido”.

Claro que también nos cuenta que no se trata de un asunto por el que su agencia sea responsable. “Todo lo que podemos hacer al respecto es denunciarlo ante la ley”, explica. “Reclamar que trabajan como forma de solucionar otras situaciones en las que se habrían metido”.

‘Se trata de un grupo aislado que no se beneficia del derecho a moverse libremente por el país’.

Sánchez-Pyrc no ha podido aclararnos porque los norcoreanos siguen recibiendo permisos de trabajo cuando existen evidencias de trabajos forzosos; igualmente, tampoco ha sido capaz de determinar cuántos permisos de trabajo habría expedido su departamento. El caso es que en su base de datos no distingue a los trabajadores del sur del país de los del norte. De tal forma que constan, puramente, como “coreanos”.

En una entrevista aparecida en la edición polaca de la revista Newsweek en noviembre del año pasado, la policía fronteriza del país describió la situación de la siguiente manera: “[los trabajadores norcoreanos] son un grupo aislado que no se aprovecha de su derecho a moverse libremente por nuestro país, y todas sus actividades… podían solamente llevarse a cabo… en presencia de un representante nombrado a tal efecto que resida en Polonia de manera permanente y que actúe como cuidador”.

Un portavoz de la autoridad de migración polaca ha declarado a VICE que se habría concedido asilo a un norcoreano que huyó mientras trabajaba en Polonia en 2015, pero no ha facilitado ningún otro detalle.

Kim Fyung-cheol escapó mientas desempeñaba un trabajo en Rusia en 1999, a pesar de que las fuentes que han hablado con VICE News a condición de hacerlo de manera anónima aseguran que raramente logran huir más de 50 norcoreanos de cada 50.000 que trabajan en el extranjero. Según cuenta Kim, la policía secreta visita a las familias de los trabajadores desobedientes. De hecho, Kim confeisa a VICE que su hijo y su madre fueron deportados y que murieron poco después de que él abandonara su trabajo. “Mi familia fue destruida”, cuenta.

‘Yo diría que están muy cerca de ser esclavos’.

Breuker tiene claro que los norcoreanos están trabajando bajo coerción. “Hasta donde yo sé, son trabajos forzosos sin ningún asomo de duda. Claro que si habría que considerar o no como esclavos a los trabajadores, esa no es una pregunta sencilla de responder — yo probablemente diría que están muy cerca de ser esclavos”, asegura. En realidad, no se puede hablar de trabajos voluntarios. Todo el mundo quiere salir de Corea del Norte. ¿Cuán peor se pueden poner las cosas afuera del país? Desde mi punto de vista, ahí no hay nada que sea voluntario. Procuras sobrevivir y te inscribes para irte al extranjero”.

En enero de 2015, una parlamentaria holandesa del Parlamento Europeo, Kati Piri interrogó a la Comisión Europea sobre si alguien estaba al corriente de los presuntos acuerdos entre un estado miembro de la Unión y Corea del Norte, unos acuerdos que incluirían la subcontratación de trabajadores. Piri también preguntó si alguien estaba haciendo algo por mejorar las condiciones de los trabajadores forzosos en Europa. La Comisión respondió que existen norcoreanos trabajando en la Unión Europea y que lo hacen sujetos a las leyes de su país de origen y de residencia. Dicho lo cual, la Comisión subrayó que los trabajos forzosos están prohibidos en todos los países miembros de la Unión Europea.

Ocho meses después de su primera intervención, Piri preguntó a la Comisión Europea si disponía de algún dato que revelara la existencia de compañías de la Unión Europea que estuviesen contratando a norcoreanos. Piri contó, que, según sus informaciones, habrían 800 norcoreanos trabajando en Polonia. La reacción fue aleccionadora: “la comisión no dispone de datos que apunten que ningún país de la Unión Europea estaría subempleando a individuos de un tercer país”.

No solo la Comisión estaría haciendo la vista gorda antre la existencia de trabajadores forzosos norcoreanos en la Unión Europea, sino que estaría procurando asistencia financiera a las empresas que se benefician de ello.

‘Sería completamente escandaloso que un estado de la Unión Europea se comportara de manera parecida’.

La investigación auspiciada por la universidad de Leiden ha descubierto que entre 2010 y 2015 los astilleros de Crist y de Nauta habrían recibido más de 70 millones de euros [79,2 millones] en préstamos y subsidios procedentes del Fondo para el Desarrollo Regional Europeo —algunos de los cuales habrían sido investigados por la comisión por ser ilícitos.

Thomas Händel, un parlamentario alemán que hace las veces de presidente del Comité Parlamentario de la Unión Europea en Empleo y Asuntos Sociales, y que es miembro de la delegación de la Unión Europea para las relaciones con los países del sudeste asiático, ha asegurado que si lo que alega VICE es cierto, que entonces la comisión tendrá que investigar.

“No tendría que ser posible, de hecho. Las convenciones contra el esclavismo de la Unión Europea y de la Organización Internacional del Trabajo son claras. Y hasta donde yo sé han sido ratificadas por Polonia”, asegura. “En cuyo caso sería totalmente escandaloso que un estado miembro de la Unión Europea se comporte de tal manera”.Follow Christian Vonscheidt on Twitter: @vonscheidt

Sigue a Miriam Wells en Twitter: @missmbc

Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs