Cosas que me han dicho después de verme desnuda por primera vez


La autora

Desde el inicio de los tiempos, con la excepción de unas cuantas semanas por allá en la época de las cavernas, la desnudez y la vergüenza han ido de la mano tanto como el queso y la leche o las borracheras y los humanos.

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Cuando se comparte, la desnudez puede ser recibida con toda clase de reacciones y actos, desde euforia hasta humillación. Pero a mí ya no me cuentan sobre la vulnerabilidad y la vergüenza que acompañan la desnudez.


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Aquí hay cuatro reacciones que he recibido después de que varios tipos vieran, por primera vez, mi forma humana sin vestir. Este no será un informe detallado de mi historial sexual, eso es algo para que mi ginecólogo sepa (¡hola, Greg!) y para que mi nuevo ginecólogo se entere (Greg se retira de su práctica pronto).

Entonces siéntate, relájate y pon tus pies en estos estribos de aquí. Perdóname si tengo las manos frías.


La autora en una piscina

“¿Sabes qué tan sexy podrías llegar a ser si hicieras ejercicio todos los días DURANTE los próximos tres meses?”

¡¿Qué?! Esta es una observación banal. ¿Quién no sería más sexy después de hacer ejercicio todos los días durante tres meses? ¡Pero en ese momento le di el beneficio de la duda. Él sólo trataba de ayudarme a darme cuenta de mi… eh…potencial sin explotar. ¡Obvio!

Unas cuantas preguntas se me vinieron a la cabeza: ¿por qué tres meses? ¿Acaso quieres que complete ese programa de “muslos más delgados en 30 días” tres veces consecutivas? ¿Puedo dejar de hacer ejercicio después de que se cumplan los tres meses? Y también, ¿por qué carajos le dirías esto una persona en su cara?

En aquel momento solamente podía asumir que quería decir “no te ves mal, los huesos los tienes donde tienen que estar, eso sí, debajo de toda esa capa blanda de queso de cabra y hierbas”.

Lo que aprendí: si no puedes decir nada agradable, no digas nada, especialmente no se lo digas a alguien que te acaba de mostrar su lienzo en blanco por primera vez. La gratitud hace milagros. Un simple “gracias por mostrarme tu cuerpo” hace que el momento sea placentero y (ojalá) fácil de olvidar. Si no, lo más probable es que tu reacción quede estampada en su mente por siempre y la chica pueda escribir un artículo raro sobre el momento. ¿Quién quiere eso?

“¿Qué HACES? Necesito un shot”

Dejando todos los chistes a un lado (sí, claro), a veces la verdad te da un puñetazo en la cara. Ese es uno de los riesgos que tomamos cuando nos abrimos al autodescubrimiento. Entonces llámalo como quieras: una sorpresa desnuda que terminó mal, la pista más rápida a la tristeza, una pésima idea de mierda.

Lo que aprendí: no puedes simplemente asumir que alguien te quiere ver desnudo, nunca. Y si debes intoxicar su hígado antes de hacerlo, mejor mándalo a la chingada. Hay pastos más verdes y mejores metáforas que encontrar.

“Has cambiado mucho desde la última vez que te ví”

Las circunstancias que rodean esta cita particular son muy chistosas. ¿Mi primera cita con el ginecólogo? Listo. ¿El ginecólogo obstétrico de mi mamá? Listo. ¿Y él, es ÉL? La última vez que interactuamos yo no tenía dientes y estaba atada umbilicalmente a mi mamá. ¿Sabe qué, doctor? Sí he cambiado mucho desde ese momento.


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Mi ginecólogo, el Dr. Greg, salió con esta joya en la mitad de un examen de seno, —que resultó sin bultos, por si tenían el pendiente—. Mientras la enfermera soltó una risa entre dientes por ese comentario tan cierto, yo sólo miraba el techo y me preguntaba cómo podría responder a semejante observación. Opté por una respuesta despreocupada “Sí, señor”.

Lo que aprendí: a veces es parte de tu trabajo conversar con el paciente mientras revisas su cuerpo buscando tumores cancerígenos. De pronto hablas sin pensar, simplemente para evitar la incomodidad aplastante de la situación. A veces, simplemente tienes que dejarte llevar por la puta corriente. Voy a dejar que esta pase.

“¡Pareces una ACTRIZ porno!”

¿Por dónde empiezo? Primero que nada, no hay ningún tipo de censura en esta frase (o en ninguna otra, si a eso vamos). Alguien realmente dijo “actriz porno” en un contexto romántico. Vamos a apreciar el entusiasmo que acompaña este comentario. Y al fin y al cabo, decir algo impulsivamente estúpido en el momento siempre es entendible, pero sería muy descuidada si no me tomara unos segundos para escribir unas cuantas posibles interpretaciones:

“Parece que te pagaron para estar aquí”, “prepárate, estamos a punto de tener una orgía de sorpresa”, “la intimidad es como una transacción comercial para mi”, y “he visto mucho más porno del que pensaste originalmente”.

Lo que aprendí: cuando se trata de complementar a tu compañero sentimental, es mejor quedarse con lo simple. Esto puede que ni siquiera requiera decir nada. Sólo haz un ruido. Muchas veces, es mejor de esa manera.

Ahora que ya saben todo sobre mi memoria vergonzosamente selectiva a largo plazo y su gusto por sobre analizar los comentarios, debo admitir que sí me siento más que un poco expuesta.