Artículo publicado originalmente por VICE Bélgica.
Para la mayoría de los pilotos de autos de carreras, tener un accidente en la pista es lo peor que puede pasar. Pero en las carreras de destrucción de autos viejos, no solo se permite a los pilotos embestir a los demás participantes, sino que además puede ayudarte a ganar un premio.
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Este deporte, que nació en 1970 y es popular en Reino Unido, Irlanda, Bélgica y los Países Bajos, consiste en pilotar autos viejos rescatados por una pista ovalada mientras se intenta despedazar los autos del resto de competidores provocando accidentes extremadamente peligrosos. Es diferente de las carreras de demolición populares en Estados Unidos, en las que el objetivo no es conseguir el mayor número de vueltas, sino destrozar al resto de vehículos.
En Warneton, una ciudad al oeste de Bélgica, se encuentra una de las pistas donde se realizan este tipo de carreras. Fue construida por los fanáticos de la zona y se conoce como el Speedway [el Circuito]. Aunque también se celebran otro tipo de eventos, sirve principalmente como punto de encuentro para que los seguidores de estas carreras de destrucción puedan ajustar cuentas y fanfarronear de victorias.
Julien Henry, director y fotógrafo belga, se sumergió en este mundo de motores ensordecedores, goma quemada y adrenalina para un proyecto reciente. Tras varios años de contacto, acabó capturando la comunidad no solo en fotografías, sino también en su próximo corto de ficción, Lynx (en francés). Hemos hablado con él para averiguar qué le llamó la atención de este deporte y por qué a la gente le encanta a pesar de los riesgos.
VICE: Hola, Julien. ¿A qué tipo de gente fotografías?
Julien: Son apasionados de los autos. En realidad, más de destruirlos que de otra cosa. La mayoría son mecánicos, camioneros o chatarreros.
¿Qué ocurre durante las carreras?
Primero, los participantes consiguen un auto viejo y destrozado. Lo rescatan, lo reparan, lo vuelven a pintar y lo llevan a la pista. El objetivo es conseguir el mayor número de vueltas posibles sin que el auto se averíe o provocar los choques más grandes empujando al resto de pilotos contra los muros de la pista. Todo esto ocurre a entre 80 y 110 km/h. Existen varias categorías y premios: para el auto más bonito, el auto que destrozó al auto más bonito, el más rápido, el choque más espectacular y muchos más.
La carrera empieza por la mañana con la presentación de los autos con los pilotos subidos en el techo. Se divide en tres rondas con dos horas entre cada una. En esos descansos, los participantes pueden tratar de reparar los autos. A veces acaban totalmente destrozados contra la pared después de la primera ronda, así que los pilotos los enganchan con cadenas a un camión para moverlos y arreglarlos: abren los motores, los desmontan, los vuelven a montar e intentan llevarlo de vuelta a la Speedway. Parece mentira que esos autos viejos vuelvan a funcionar, pero así es. Es increíble. Aunque solo consigan dar una vuelta, ya es una victoria.
¿Dónde encuentran los autos?
Principalmente a través de anuncios en los que se etiquetan los unos a los otros. Pasan mucho tiempo poniéndolos a punto para que al final acaben completamente destrozados en los primeros 500 metros. Creo que es muy interesante que den a estos autos destinados al desguace una última vuelta de gloria.
¿Desde hace cuánto tiempo existen estas pistas en Warneton?
En Bélgica solía haber tres, todas construidas en los 70, pero la Speedway es la única que queda.
¿Los pilotos acaban heridos?
Se preocupan mucho por la seguridad, aunque se permite todo (o casi todo) durante la carrera. Nunca ha muerto nadie, pero mucha gente ha acabado con vértebras desplazadas, colapsos pulmonares o extremidades rotas.
¿Por qué crees que lo hacen?
Ellos te dirán que es por la adrenalina, para sentirse vivos. No tienen miedo, pero siempre hay cierto temor antes de entrar en la pista. Cuando empiezan a conducir desconectan totalmente el cerebro. Si lo piensas demasiado, no te chocarías con alguien a más de 100 kilómetros por hora. Por otro lado, esta gente no ha tenido necesariamente una vida fácil. En esta región hay una tasa muy alta de desempleo, con campos de una sola cosecha por todas partes y pocas cosas que hacer. Es una forma de descargar esa rabia. Nadie se pelea en la Speedway, todo se decide en la pista.
Por poner un ejemplo, robaron el auto de un hombre. Sabía quién había sido, pero no se enfrentó a él: ajustaron las cuentas en la pista. Funciona así. Es una pasión de verdad, un estilo de vida. Les ofrece la oportunidad de ser parte de algo y de lucirse. La gente se gana una reputación gracias a los choques espectaculares. Hay una multitud de 6000 personas animándote. No obstante, los premios suelen ser simbólicos; ganan un trofeo de plástico.
La pista es el corazón de la comunidad.
Exactamente. Es como su iglesia. Es donde los niños aprenden mecánica y a manejar los vehículos. Es donde se celebran todo tipo de ritos de iniciación, como los bautizos o las bodas, y cuando alguien está enfermo o muere, la gente recolecta dinero para la familia. Pocas veces he visto una comunidad tan unida como esta.
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