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La oposición venezolana ha acusado al presidente del país, Nicolás Maduro, de ser el responsable en la sombra del asesinato de Luis Manuel Díaz, un miembro de la coalición opositora al régimen que fue ejecutado públicamente a balazos el miércoles por la tarde, mientras emitía un discurso.
El presidente Maduro, por su parte, ha proclamado que las primeras investigaciones sugieren que Díaz fue asesinado por sus vínculos con las mafias criminales. El líder ha denunciado una conspiración de la derecha venezolana para acusarle de la muerte de su líder.
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El asesinato de Díaz ha puesto de manifiesto la extrema tensión que reina en Venezuela a solo unas semanas de las elecciones que se celebrarán el próximo 6 de diciembre.
El partido de la oposición, la Mesa de la Unidad Democráctica (MUD), una coalición de orientación derechista, tiene serias posibilidades de arrebatar la mayoría al Partido Socialista por primera vez desde que el difunto Hugo Chávez asumiera el poder en 1999. Su heredero, Nicolás Maduro, es quien lidera ahora la llamada “Revolución Bolivariana”.
“Eres el único responsable”, proclamó ayer Lilian Tintori, miembro de la oposición antichavista, durante una rueda de prensa celebrada tras la muerte de Díaz.
Tintori es la esposa del popular líder de la oposición, el encarcelado Leopoldo López. Tintori [protagonista de la fotografiada del artículo] se encontraba en el mismo púlpito que Díaz — durante la celebración de un mitin en el estado de Guárico, en las llanuras centrales de Venezuela — cuando una súbita ráfaga de diez balazos abatió al candidato, que cayó en redondo al suelo.
“Me revisé porque creía que me habían dado a mí”, exclamó Tintori. “Me quieren matar”.
Tintori aseguró haber recibido sendas amenazas a su seguridad durante la mañana del mismo día en que Díaz fue abatido en frente de ella. Según Tintori, grupos afines al Partido Socialista armados con palos y con piedras habrían impedido que saliera del aeropuerto del estado de Nueva Esparta. Tintori afirmó igualmente, que horas más tarde, el avión en que viajaba se incendió a su llegada a Guárico.
“No tengo duda de que esa avioneta estaba intervenida por el régimen”, aseguró. “No tengo duda, y no tengo miedo en decirlo”.
Díaz había sido la líder en Guárico del partido Acción Democrática (AD) — uno de las formaciones políticas que forma parte de la coalición MUD. El líder nacional de Acción Democrática, Henry Ramos, confesó que fue seguidor de Chávez hasta hace cinco años. “cuando se vino arrepentido a militar en AD y fue avanzando en su carrera hasta ser el secretario de Guárico”.
Ramos Allup había acudido a su perfil de Twitter para acusar directamente a los miembros del Partido Socialista del asesinato de Díaz.
Por su parte, el presidente Maduro se apresuró a expresar ayer sus condolencias a la familia de Díaz durante un evento de su campaña presidencial celebrado en el estado de Portuguesa. Maduro aprovechó la ocasión para proclamar que el político habría sido asesinado por sus vínculos con la mafia venezolana. “Los primeros elementos de la investigación apuntan hacia un sicario, hacia un ajuste de cuentas de grupos rivales dedicados a situaciones criminales, irregulares”, aseguró Maduro.
El presidente siguió insistiendo en que existe una campaña de “manipulación” orquestada por la oposición, e hizo un llamamiento a los venezolanos para que estén “en alerta” ante la oleada de criticismo que va a llegar de la derecha de todo el mundo. De hecho, Chávez acusó al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de ser el responsable de la campaña.
“Todavía no se cumplen 12 horas de la investigación y ya sale la basura de Luis Almagro en la OEA a declarar contra el pueblo y la revolución bolivariana”, sentenció Maduro.
Almagro dirigió previamente un durísimo comunicado en el que aseguró que el asesinato debería de ser interpretado en el contexto de otros ataques contra la oposición, e hizo un llamamiento al gobierno “para que cese toda violencia; pedimos transformar la contienda electoral en una fiesta y no en un ejercicio de fuerza, violencia y miedo”.
Se da la circunstancia que durante la misma jornada del viernes, el activista de la oposición Luis Urbina fue golpeado en la cabeza con una barra de hierro antes de la celebración de un evento de la campaña. El acto iba a celebrarse en el estado de Guayana, en la frontera con Brasil. Urbina compartía cartel con el ex candidato a la presidencia Henrique Capriles.
El pasado domingo, el candidato de la oposición Miguel Pizarro denunció que había sido obligado a cambiar sus planes de campaña electoral después de haber sido amenazado por un grupo de personas que lucían camisas rojas y cargaban rifles de asalto, en el municipio de Sucre.
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