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Los símbolos siempre han sido y seguirán siendo objetos propensos a las polémicas. En Barcelona llevan unos días moviditos con el #samataopaco —lo de la estatua de Franco, para los despistados—, pero la que lió ayer Cristiano Ronaldo no tiene desperdicio. Si los símbolos son delicados por sí solos, ya ni te digo cuando la religión está de por medio.
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El tío se despertó y decidió saludar al mundo con un inofensivo ¡buenos días! y una fotografía. Suponemos que no pensó que con un solo post en las redes sociales sería capaz de ofender a más de 500 millones de personas.
Verás, el tema es que poner el pie sobre una figura de Buda es considerado una ofensa grave. Aunque literalmente no está encima de la figura, que representa a Sidarta Gautama, pisar con zapatillas templos o iconos religiosos es también un signo de desconsideración. Para los deportistas, que viajan mucho y saben que tienen aficionados en todo el mundo, pensar un poco antes de hacer las cosas no estaría de más de vez en cuando. Vamos, que un poco de culturilla general no hace daño a nadie.
Lo de CR7, sin embargo, es pasable en comparación con la burrada que hizo el extenista Boris Becker hace un par de años. El sueco no pisó a Buda, sino que se sentó encima de él para usarlo como banco.
Que brillante idea: usar un icono religioso como aposento de tu culo y el de toda tu familia… seguro que si fuera Cristo tumbado lo habría hecho de la misma manera.
La conclusión a la que queremos llegar es que cualquier persona con dos dedos de frente entendería que no se pueden usar las figuras religiosas —u otras figuras, así en general— como bancos, sean o no budistas. Bien pensado, seguro que Cristiano no usaría al niño Jesús para posar en su siguiente fotografía.
