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Federico Abad, argentino de 30 años, diseñador y programador residente en Buenos Aires, es una de las personas menos queridas por la industria cinematográfica y muchos cineastas le consideran un ladrón.
En 2014, Abad ayudó a desarrollar un reproductor de vídeo de código abierto especialmente diseñado para reproducir películas, programas de televisión y otro tipo de materiales compartidos en la web y con derechos de autor — la mayoría de manera ilegal. Rápidamente el software se convirtió en una plataforma online que él y su equipo nombraron Popcorn Time.
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El sitio Popcorn Time ofrece la descarga gratuita del reproductor de vídeo y un motor de búsqueda también gratuito, el cual torna accesibles las películas piratas para personas que normalmente se desanimarían por el complicado proceso para ver una película de forma ilegal, el peer-to-peer de “torrents”.
Días después que Popcorn Time comenzase a funcionar a mediados de febrero de 2014, se convirtió en un fenómeno de Internet. El sitio fue apodado rápidamente como el “Netflix para piratas“, y los blogs dedicados al intercambio de archivos no tardaron en calificarlo como una “app rupturista” la cual ofrece “un potente streaming de BitTorrent dentro de una interfaz del estilo Netflix, fácil de usar”.
“Crearlo nos tomó una semana”, cuenta Abad a VICE News. “Después de una semana online, tuvimos cientos de usuarios. Después de un mes, teníamos un millón en todo el mundo”.
Popcorn Time prosperó ya que dio a la gente un acceso fácil a una amplio catálogo de películas, algo que los críticos dicen que la industria del cine no ofrece. Pero la industria interpretó el servicio como una grave amenaza para su modelo de negocio y ha buscado desde entonces la manera de poner fin a su uso.
Lobbies de la industria cinematográfica amenazaron a Abad y a sus compañeros desarrolladores de Popcorn Time poco después que el sitio se puso en marcha, cuenta Abad, y él y su equipo cerraron el sitio original Popcorn Time voluntariamente el 14 de marzo de 2014, tras sólo un mes online.
“Tomé consciencia de lo grande que era cuando vi un artículo sobre nosotros en la revista Time“, cuenta Abad. “Fue la primera vez que mi padre entendió en qué estaba trabajando”.
Kim Dotcom: el hombre tras Megaupload. Mira el documental aquí.
Mientras que su padre le aconsejó hacer dinero con Popcorn Time, su madre se preocupó. Abad y los otros desarrolladores pronto descubrieron que un abogado de Warner Bros había visitado cada una de sus páginas profesionales de LinkedIn.
“No sé cómo nos encontró”, explica Abad. “Popcorn Time era una cosa divertida que creamos para nuestros amigos, para nuestras familias, pero se hizo demasiado grande. Nunca quise meterme problemas por este proyecto”.
Aunque Abad y su equipo cerraron el original Popcorn Time, varias webs de ámbito internacional siguen utilizando el código de fuente abierta original y lo siguen modificando y, por lo tanto, el contenido sigue circulando por la red. Popcorntime.io fue el buque insignia de estos sitios, pero a finales de octubre fue finalmente retirado de la red por las presiones de la industria. Abad le había dado su apoyo y lo consideraba como el verdadero sucesor del original Popcorn Time. Abad y otros desarrolladores dicen que no saben cuántas veces ha sido descargado el software, pero el sitio tiene 141.000 fans en Facebook, y cerca de 40.000 seguidores en Twitter.
Tras el éxito del sitio, algunas productoras de cine han demandado a los usuarios del servicio.
Survivor Productions, que hizo Survivor, un thriller de espionaje estrenado en 2015 protagonizado por Pierce Brosnan, presentó una denuncia contra 16 usuarios de Popcorn Time en el Tribunal del Distrito de Oregon en Estados Unidos el pasado 20 de agosto.
“Popcorn Time existe para un propósito y un solo propósito: robar el contenido con derechos de autor”, esgrime la denuncia de la empresa presentada en la corte. “Survivor ha sido descargada cientos de miles de veces, con más de 10.000 casos de piratería solo en el estado de Oregon”.
El 16 de agosto, la productora de la película de Adam Sandler The Cobbler [Con la magia en los zapatos] demandó a 11 usuarios de Popcorn Time en una alegando los mismos motivos.
Pero no sólo los estudios de Hollywood se alarmaron. Netflix denominó el surgimiento de Popcorn Time en los Países Bajos como “peligroso”. En una carta a sus accionistas en enero, Netflix escribió, “La piratería sigue siendo uno de nuestros mayores competidores”.
Ha sido difícil para la industria del cine conseguir el cierre del sitio Popcorn Time, ya que en los EEUU la simple descarga del software es legal, mientras que su uso para descargar o transmitir una película pirateada es ilegal. En Dinamarca, dos hombres fueron detenidos por tener sitios web que proporcionaban información sobre el uso de Popcorn Time. En algunos países, como el Reino Unido, Popcorn Time ha sido bloqueado.
En EEUU, la Asociación Cinematográfica de América (MPAA por sus siglas en inglés) jugó un rol clave para el cierre de Popcorn Time. Sus demandas fueron interpuestas en 2014 tras el hackeo de los correos electrónicos de Sony.
“El equipo de protección de contenido de la MPAA obtuvo una gran victoria con el cierre del desarrollador de Popcorn Time”. “El esfuerzo en las tareas de investigación requirió mucho tiempo y la colaboración transfronteriza en tres continentes — lo que evitó que Popcorn Time se convierta en una amenaza pirata de grandes dimensiones y se popularizase”.
En lo que ha significado el último paso en una guerra de intereses, la MPAA demandó a los tres desarrolladores principales de Popcorn Time en Canadá, consiguiendo una importante victoria en favor de los defensores de los derechos de autor.
Se publican los datos pirateados de los clientes del portal Ashley Madison. Leer más aquí.
Howard Gantman, vicepresidente de MPAA, se niega a hablar de Popcorn Time como un caso aislado; en lugar de eso critica a todos los sitios y softwares que ponen a disposición el contenido con copyright de forma gratuita.
“La lucha contra la piratería es un problema importante para nosotros”, explica, citando estudios financiados por la industria de cine que afirman que casi una cuarta parte del ancho de banda total en América del Norte, Europa y los países de Asia-Pacífico se utiliza para infringir los derechos de autor.
Otros estudios que la MPAA cita, estiman que 710 millones de películas y programas de televisión pirateados fueron compartidos en BitTorrent [un protocolo para compartir archivos peer-to-peer] en los EEUU durante el último año, incluyendo 416 millones de películas.
Esto significa una cuantiosa pérdida de ingresos para la industria cinematográfica. Gantman afirma que su trabajo es asegurarse de que la industria del cine no sea diezmada por la piratería.
“Estamos protegiendo la creatividad y los puestos de trabajo de la industria del cine”, afirma Gantman.
Pero, ¿puede la piratería, a través de sitios como Popcorn Time, dañar a Hollywood realmente?
En 2002, los estadounidenses y canadienses fueron a las salas de cine alrededor de 1,6 mil millones de veces, lo que representa un récord histórico. Desde entonces las cifras se han estancado o han ido bajando. En 2014, las visualizaciones en la gran pantalla crecieron a 1,27 millones de espectadores. Sin embargo, los ingresos se han mantenido estables o incluso han aumentado.
La Asociación Nacional de Propietarios de Teatros espera que el 2015 sea para Hollywood el año más taquillero de la historia, con un estimado de 10,9 mil millones de dólares en ingresos brutos de taquilla para el final del año.
“La piratería está teniendo efectos en las salas y la venta de películas”, opina James Gibson, experto en derechos de autor y profesor de Derecho en la Universidad de Richmond. “Pero no creo que se trate de un problema existencial para Hollywood, como sí lo fue para la industria de la música”.
Denise Mann, profesor asociado en el Departamento de Cine, Televisión y Medios Digitales de la UCLA, sostiene que los problemas de Hollywood provienen de diferentes lugares.
“Hollywood no está a punto de caducar o de ser reemplazado”, expresa. “Pero se está adaptando muy lentamente a la nueva era de Internet”.
Mann ve una empresa en particular que se está adaptando mucho más rápidamente que los estudios cinematográficos: Netflix. Durante cinco años, Netflix ha sido el actor dominante en los contenidos legales a través de Internet, y está comenzando a expandirse internacionalmente. Durante el horario de máxima audiencia en marzo de este año, Netflix fue responsable de hasta el 37 por ciento del uso de ancho de banda de Internet en América del Norte. Consume más ancho de banda que YouTube, Amazon y Hulu juntos en las horas prime time.
Mientras ver series de televisión y películas en casa se hace cada vez más popular, “el viejo Hollywood todavía depende de un obsoleto sistema de distribución”, explica Mann. “Eso está cambiando con Netflix, Amazon Prime, y otros servicios. Ese es el desarrollo por el que Hollywood debería estar preocupado, más que por la piratería”.
Abad va más allá y dice que incluso se preocupa sobre los efectos que aplicaciones como Popcorn Time tendrán sobre la industria del cine.
“Por supuesto que no quiero que la industria del cine pierda grandes cantidades de dinero”, sentencia. “Pero no es un problema de la piratería, es un problema del servicio: hay que dar a los usuarios lo que quieren por un precio justo”.
Por ejemplo, explica Abad, las películas no son estrenadas en Argentina hasta mucho tiempo después de que se estrenan en EEUU y mucho después de que han estado disponibles de forma ilegal en Internet.
“Me encantaría pagar por un Netflix con un gran catálogo”, dice. “Pero su catálogo tiene un atraso de años en mi país”.
El desarrollador de Popcorn Time cree que el sitio está obligando a la industria del cine a enfrentarse con la dura realidad.
“Mostramos al mundo lo bien que podría funcionar la industria del cine si ésta se amolda al siglo XXI”, sentencia.
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Para Abad, el corto período que experimentó como hombre más odiado de la industria del cine no ha tenido mucho efecto en su vida actual. Asegura que no hizo dinero con Popcorn Time, y que todavía vive en su viejo departamento de Buenos Aires junto a dos gatos. Además, afirma que trabaja en un lugar relativamente normal en una empresa de seguridad de Bitcoin. Abad trató de jugar limpio durante su tiempo como pirata, y es probablemente esa la razón por la cual industria del cine no interpuso demandas contra él.
Sigue a Lisa Nienhaus en Twitter: @lisakatharina