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El viernes pasado, un juez ratificó la sentencia de cuatro hombres condenados a muerte después de haber violado, torturado y asesinado a una joven a bordo de un autobús en la India.
El crimen, sucedido en diciembre de 2012, levantó una ola de indignación en todo el mundo, dejando al descubierto la deficiencia de las autoridades ante los casos de violación en el país.
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R. Banumathi, jueza de la Suprema Corte de Justicia, dijo lo que los hombres habían cometido un “crimen bárbaro” que “sacudió a toda la sociedad”, de acuerdo a la cadena BBC. Por su parte, la agencia CNN dijo que la sala estalló en aplausos una vez que el juez dictó la sentencia.
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Jyoti Singh, una estudiante de fisioterapia, acababa de ver la cinta The Life of Pi en Delhi con un amigo. Después de que ambos abordaron un autobús camino a los suburbios, seis hombres, incluyendo el conductor, fueron tras los dos jóvenes: primero golpearon, amordazaron y dejaron inconsciente al chico, para luego violar en grupo a Singh, mientras el autobús daba vueltas durante casi una hora.
Las dos víctimas fueron encontradas a un lado del camino esa misma noche. La chica sufrió severo daño en los órganos como resultado de haber sido violada con un tubo de metal, muriendo dos semanas después en un hospital de Singapur. Su amigo sobrevivió.
“Estamos muy felices de que la Suprema Corte nos haya escuchado, y entendieran el dolor causado a Nirbhaya (como se conoce a la chica). Es un acto de justicia para todo el país”, dijo a los reporteros Badrinath Singh, el padre de la víctima, usando el apodo que usaba para su hija. Las leyes de la India impiden que la prensa publique los nombres de las víctimas de violación, así que Jyoti Singh es conocida como Nirbhaya, que significa “quien no tiene miedo” en hindi.
Una niña de 15 años que fue violada y quemada viva lucha por su vida en la India. Leer más aquí.
Uno de los seis hombres arrestados tenía 17 años, por lo que su caso fue llevado en la corte juvenil, siendo liberado en 2015. Otro de los criminales murió bajo la custodia de la policía, posiblemente por suicidio, apenas meses después del incidente. Los cuatro hombres restantes fueron condenados a muerte en septiembre de 2013, pero apelaron la sentencia, por lo que el caso escaló hasta la Suprema Corte.
Aunque es común que los criminales sean sentenciados a muerte, pocas veces se lleva a cabo la condena. De hecho, sólo se han realizado seis ejecuciones desde 1995.
Después de que se diera a conocer el caso, miles de protestantes salieron a las calles de Delhi y otras ciudades en todo el país para protestar en contra de la actitud de la sociedad que ha derivado en violencia contra las mujeres, así como con la falta de justicia por parte de las autoridades.
Ante estas manifestaciones, el gobierno indio aprobó una serie de leyes para aumentar los castigos a las ofensas sexuales, y se estableció un comité especializado en encontrar formas de combate.
El número de denuncias sexuales ha aumentado desde el incidente. La Oficina Nacional de Registro Criminal asegura que cerca de 35.000 violaciones fueron reportadas en 2016, y el rango de edad de las víctimas va desde los 6 y hasta los 60 años. Los analistas dicen que ese aumento no se debe a que haya más ataques sexuales, sino a que existe una mayor consciencia sobre lo que constituye una violación y la importancia de reportar esos crímenes.
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