Música

De top model a artista plástica a tocar en Lollapalooza: La imposible historia de Naomi Preizler

​Naomi Preizler. Foto por Julian White-Davis​

Esta nota fue co-creada con Chevrolet Onix #SomosConectados

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“Siendo tan caradura, le voy a romper la puerta a Kendrick Lamar para conocerlo, no voy a pedir permiso”, cuenta Naomi Preizler en medio de risas. Se refiere a su presentación en el próximo Lollapalooza, festival que se celebra en Buenos Aires del 29 al 31 de marzo. A sus 27 años, esa caradurez junto a su incansable necesidad de crear le han pavimentado un camino lleno de éxitos: fue modelo, ilustradora y artista plástica, antes de conseguir la mejor manera de comunicar sus ideas a través de beats, samples y pistas. En ese sentido, el Lolla es una suerte de coronación para Naomi, un sueño hecho realidad que la establece aún más como un acto que pisa con fuerza en la escena indie porteña de la actualidad. Nada mal para una chica que hace algunos años consideraba la música un oficio exclusivo para virtuosos. “Cuando iba al Lolla en el pasado no estaba tan seria con mi proyecto, entonces presentarme era para mí algo inalcanzable. Era algo que en otra vida me iba a pasar”.

Naomi tuvo una inclinación por las artes desde muy chica. Hizo teatro y baile antes de inclinarse por el dibujo como su actividad predilecta. Las destrezas para ilustrar se le dieron con facilidad, pero con el pasar del tiempo entendió el valor del contenido y el mensaje por encima de la técnica. No bastaba con saber hacer, debía saber contar. “Aprendí que a mí lo que me importa en el arte no es cómo lo haces, sino qué es lo que estás diciendo”, explica.

Naomi Preizler. Foto por Julian White-Davis.
Naomi Preizler. Foto por Julian White-Davis.

A los 14 años fue descubierta por un scout de modelos y a los 15 años ya había comenzado su carrera en la industria nacional argentina. A partir de ese momento, su auge fue vertiginoso. Al finalizar la secundaria comenzó su carrera como modelo internacional y poco después era una figura ineludible en desfiles europeos de marcas de high couture como Chanel, Givenchy, Balenciaga y Jean-Paul Gaultier, además de engalanar las portadas de revistas de moda de la talla de Harper’s Bazaar y Vogue en sus ediciones italiana y rusa.

Naomi Preizler en la portada de Harper's Bazaar China.
Naomi Preizler en la portada de Harper’s Bazaar China.

El mundo de la moda le ofreció una notoriedad con la que la mayoría de las personas apenas puede soñar. Pero el lado oscuro de la industria le brindó algo mucho más valioso: algo para contar. “El dibujo no me lo tomaba muy en serio hasta que pude expresar lo que me pasaba como modelo. Dibujaba todo lo que veía a mi alrededor en los backstage y castings. Mis dibujos reflejaban ese mundo. Reflejaban la soledad, la flacura, la exigencia, el cansancio. Mujeres con ojeras, con caras expresivas, en soledad”.

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“Reflection at Chanel”, obra cortesía de Naomi Preizler.

A los 24 años, en la cima de su popularidad, Naomi tomó una decisión inesperada. “El dibujo comenzó a cobrar mucha importancia y llegó el momento en el que decidí volver a vivir en Argentina. Necesitaba volver acá porque pensé: no quiero ser ilustradora de moda, yo quiero ser artista”. En Buenos Aires conectó rápidamente con el circuito del arte local y se fue incorporando a un nutrido grupo de artistas mujeres que estaban consiguiendo en el feminismo una fuente de inspiración inagotable para su obra. “Viré de ser arte de modelaje a arte feminista”, explica Naomi. “Empecé a dibujar a las mujeres que sufrían de violencia de género. Después empecé a experimentar con instalaciones, con video. Veía que los artistas a mi alrededor hacían de todo. No era que el que dibujaba bien dibujaba y nada más. Y ahí es donde caigo en la performance. Pensé que podía usar mi cuerpo que ya lo tenía entrenado de mi carrera de modelaje pero para decir algo más, no solamente lo que la moda vende. Y así fue que caí en la música”.

De la serie Aterciopeladas (foto cortesía de Naomi Preizler)
De la serie Aterciopeladas. Imagen cortesía de Naomi Preizler.

Naomi Preizler cayó en la música “casi por casualidad”, como ella le gusta explicarlo. Junto a un amigo DJ comenzó a rapear un día y poco a poco a tener noción de la armonía, los samples, los beats, las pistas. Comenzó a escuchar con detalle artistas que admiraba, como M.I.A., Kanye West, Princess Nokia y, por supuesto, Kendrick Lamar. La música en general, y el trap en particular, se perfiló como el medio idóneo para expresar sus ideas. “Me gustó, me pareció poderosa. A diferencia del arte contemporáneo me pareció que es más masiva y tiene un lenguaje más directo. A veces en el arte contemporáneo sigue siendo un mundillo. Yo no quería hacer obra para que estuviese colgada en el baño del señorito de plata. Veía que los artistas trabajaban mucho para hacer obra para que los entiendan unos pocos”.

Desarrolló su primer proyecto musical titulado Strass en 2017, cuyo sencillo “Eva y Eva” se convirtió en un hit instantáneo gracias a su controversial video, y al hecho de que estaba dedicado a Eva De Dominici, la novia en ese entonces de su ex, el actor Joaquín Furriel. Al finalizar el disco y a causa de diferencias irreconciliables con su productor de entonces, Naomi se vio forzada a tomar las riendas de su incipiente carrera musical, un reto que encaró con valentía. Introdujo bailarinas a su show (“que tuviesen cuerpos distintos al mío, porque yo ya soy flaca y quería que en el escenario hubiesen distintas representaciones de belleza”), cambió su look y su vestimenta por un estilo más callejero con la ayuda del fotógrafo Mat de la Sierra, y pasó a tener injerencia directa en todas las etapas de su proyecto: desde elegir los productores con los que trabaja hasta definir la estética de sus videoclips. “Al decidir yo las cosas se comenzó a notar que había una mujer fuerte, que era la productora de su propio producto, y ahí fue funcionando”, explica Naomi. “La gente empatizaba más, se me acercaban más las chicas, que era mi objetivo. Equivocarse y tener fallas hace que la gente empatice con el artista. Nadie quiere ver un robot perfecto”.

A partir de ese momento, Naomi se vio forzada a tomar las riendas de su incipiente carrera musical, un reto que encaró con valentía. Introdujo bailarinas a su show (“que tuviesen cuerpos distintos al mío, porque yo ya soy flaca y quería que en el escenario hubiesen distintas representaciones de belleza”), cambió su look y su vestimenta por un estilo más callejero con la ayuda del fotógrafo Mat de la Sierra, y pasó a tener injerencia directa en todas las etapas de su proyecto: desde elegir los productores con los que trabaja hasta definir la estética de sus videoclips. “Al decidir yo las cosas se comenzó a notar que había una mujer fuerte, que era la productora de su propio producto, y ahí fue funcionando”, explica Naomi. “La gente empatizaba más, se me acercaban más las chicas, que era mi objetivo. Equivocarse y tener fallas hace que la gente empatice con el artista. Nadie quiere ver un robot perfecto”.

Naomi Preizler. Foto por Julian White-Davis para Noisey.
Naomi Preizler. Foto por Julian White-Davis.

Su esfuerzo se vio recompensado cuando fue seleccionada por Dua Lipa para abrir su concierto en el teatro Vorterix a finales de 2017, y por el equipo detrás del sideshow de Lollapalooza de Zara Larsson en 2018, su primer acercamiento al festival de sus sueños como una artista consagrada. Sin embargo, el golpe más certero de su carrera estaba por suceder, y vino de la mano de un sencillo muy personal.

“’Fama de puta’ era un tema que tenía listo en mayo del año pasado y lo quería sacar, pero nadie lo apoyaba. Ni mi sello, ni nadie. No le daban bola. La letra la escribí un día que llegué a casa de tener una relación con un chico que después me entero que está de novio. Tiene que ver con esto que hacen las chicas de estar pensando siempre en el mandato social, en medirse. Yo desde adolescente siempre tenía que medirme y como no lo hacía se burlaban, me decían puta, rápida, fácil. El tema habla de eso, de estar harta de eso, yo soy así y sé que tengo fama. Salió natural”.

A pesar de la negativa de su sello, Naomi tenía suficiente confianza en sí misma como para saber que tenía entre manos una canción poderosa. Junto al director Sebastián Muro llevó adelante un video para “Fama de puta”. Convocó para el mismo a un abanico diverso: Vera Frod, su bailarina y corista estrella; Jenni Merla, actriz y amiga; la drag queen porteña Molotok Draag; y María Riot, trabajadora sexual y figura prominente de AMMAR, La Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina. Juntas, interactúan en un especie de pijamada en un departamento de Buenos Aires, ofreciendo cinco visiones modernas de “lo sexy”, alejadas de la visión tradicional masculina.

El video, al igual que la canción, sufrió problemas de censura. Por el título de la canción y algunas de sus imágenes, no pudo promocionarse en Facebook y atravesó serios problemas de censura en canales de música tradicionales como. Pero incluso con todo en contra (o tal vez gracias a eso), el video logró viralizarse gracias al boca en boca. “Lo que pasó es que se empezó a difundir mucho entre la gente. Pasó de tener 30 mil a 300 mil, subía 100 mil views por día. Ahora que tiene 2 millones de views sí cae mucha gente. Si hay plata, a la gente no le importa que diga puta. Ya salió en todos los medios, ya está. El tema funcionó porque la gente lo adoptó. Ahí me di cuenta que el tema no era mío: la gente se lo apropió”.

Su popularidad la catapultó a un par de hitos importantes. Por un lado se convirtió en una de las cuatro embajadoras globales de Converse para su nueva campaña que lleva por nombre #EnMisConverse, elegidas por revolucionar, a su manera, nuestro entendimiento de lo que significa ser mujer hoy en día. El otro hito es, por supuesto, participar en el Lollapalooza de 2019, en la tercera fecha, en un lineup que incluye al mencionado Kendrick, Lenny Kravitz, Snow Patrol y Greta Van Fleet, entre muchos otros. “Siempre asistí desde que lo hacen acá,” explica. “Es mi festival favorito. Espero que todo mi trabajo de este tiempo se vea plasmado en ese show, que se transmita esa energía del amor, y la dedicación”. Naomi espera, además, que la experiencia le sirva para proyectarse hacia el exterior y conquistar el mercado internacional una vez más… Pero esta vez, a través de su música.

Pedro Camacho está en Instagram