Defensores de derechos humanos están pidiendo al gobierno iraní que detenga el ahorcamiento de un blogger acusado de “insultar al profeta del Islam”, en comentarios publicados en ocho cuentas diferentes de Facebook.
Después de que el Tribunal Supremo iraní confirmara la semana pasada la decisión de un tribunal penal de ejecutar a Soheil Arabi, destacados grupos de defensa de los derechos humanos han pedido al líder supremo iraní, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, la liberación de Arabi, de 30 años de edad, para que pueda cuidar de su hija de cinco años.
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“Es simplemente impresionante que cualquiera pueda enfrentarse a la horca, sólo por unos comentarios en Internet que han sido considerados groseros, ofensivos o insultantes”, dijo el Director de la división de Oriente Medio y el Norte de África de Human Rights Watch (HRW), Eric Goldstein, en un comunicado emitido el pasado martes.
“Irán debe revisar urgentemente su código penal para eliminar las disposiciones que criminalizan la libertad de expresión, especialmente cuando se castiga su ejercicio con la muerte”, denunció Goldstein.
Arabi fue detenido junto con su esposa, Nastaran Naimi, en noviembre de 2013. Niami fue liberada horas después, pero Arabi fue trasladado a una cárcel especial de la Guardia Revolucionaria, donde le mantuvieron bajo un régimen de aislamiento durante dos meses. Inicialmente le denegaron el derecho a un abogado y fue interrogado durante largas sesiones, durante las cuales supuestamente confesó sus crímenes, según Amnistía Internacional.
El pasado 30 de agosto, el Tribunal Penal de Teherán declaró a Arabi culpable de “sabb al-Nabi” (insultar al Profeta), un delito que deberá pagar con la pena a muerte.
En otro caso abierto también por los mismos comentarios publicados en las redes sociales, un tribunal de Teherán condenó a Soheil Arabi el 4 de septiembre a tres años de prisión por “difundir propaganda contra el sistema” e “insultar al líder”.
La Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán (ICHRI) asegura que los abogados de Arabi apelaron contra los cargos en base a las disposiciones del artículo 264 del Código Penal Islámico, que prevé que “si un sospechoso se limita a alegar ante el tribunal que pronunció las ofensas desde la ira, citando a otros o por error, será condenado a 74 latigazos y no será condenado a muerte”.
El 24 de noviembre, un año después de la detención de Arabi, la Corte Suprema no sólo confirmó la decisión del tribunal de primera instancia, sino que también añadió el cargo de “sembrar corrupción en la tierra”, lo que eliminaría la posibilidad del indulto.
La última vía posible para conseguir detener la ejecución de Arabi recae en un Juez de la Instrucción n.41 del Tribunal Superior, afirma la ICHRI. El juez podría revocar el cargo de corrupción en la tierra, alegando que lo dijo “por error”, lo que permitiría que el caso fuese revisado por un tribunal paralelo, dijo el grupo.
Además de pedir a las autoridades iranís que suspendan la ejecución de Soheil Arabi, Amnistía Internacional fue más lejos al pedir que se “establezca sin demora una moratoria oficial de las ejecuciones como primer paso para abolir la pena de muerte”. El grupo también dijo en un comunicado la semana pasada que el de Arabi resulta ser el segundo caso en el que un blogger ha sido condenado a muerte por “insultar al profeta”. Rouhollah Tavanato fue condenado por cargos similares en febrero de 2014.
HWR ha expresado su preocupación de que Irán empiece a utilizar ampliamente el cargo de “sembrar la corrupción en la tierra” contra escritores, bloggers, periodistas y opositores políticos para acallar cualquier tipo de disidencia, restringiendo así la libertad de expresión, de asociación y de religión.
Sigue a Liz Fields en Twitter: @lianzifields
Traducido por Alexandra Carrera.